Ahora que Reino Unido y Francia han planteado un posible reconocimiento del Estado de Palestina, sale a la vista el Acuerdo Sykes-Picot, un tratado secreto de 1916 entre esas dos naciones que implicó el reparto de los territorios levantinos del desmoronado Imperio Otomano en esferas de control británico y francés, el cual terminó por afectar a los palestinos, según información de The New York Times.
Este acuerdo realizó el trazado de fronteras que atravesaron comunidades religiosas, étnicas y tribales en lo que hoy son Israel, Líbano, Siria y los territorios palestinos. Para muchos árabes, es considerado una gran traición que sembró un legado de luchas y derramamiento de sangre en Oriente Próximo.
Recientemente, tanto el Reino Unido como Francia han tomado pasos hacia el posible reconocimiento del Estado de Palestina. El secretario de Estado para Asuntos Exteriores del Reino Unido declaró que su gobierno reconocería el Estado de Palestina si Israel no aceptaba un alto al fuego con Hamás, invocando la siguiente frase: "mano de la historia sobre nuestros hombros".
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De manera similar, su homólogo francés explicó que Francia había dado el mismo paso basándose en el "reconocimiento por cada uno de los Estados implicados de todos los demás", una postura que ha sido mantenida por los dirigentes franceses desde Charles de Gaulle.
Además del legado de Sykes-Picot, el Secretario de Estado para Asuntos Exteriores del Reino Unido, David Lammy, citó la Declaración Balfour (emitida un año después de Sykes-Picot) como otra injusticia histórica que el reconocimiento de Palestina podría reparar. La Declaración Balfour respaldaba "el establecimiento en Palestina de un hogar nacional para el pueblo judío", con la salvedad de que "no se hará nada que pueda perjudicar los derechos civiles y religiosos de las comunidades no judías existentes en Palestina".
Las decisiones de Reino Unido y Francia, si bien están fuertemente impulsadas por la crisis en tiempo real en Gaza (niños hambrientos, restricciones de ayuda, palestinos asesinados), también arrojan luz sobre los "oscuros papeles" de ambos países en una región donde antaño se disputaban la influencia. El Reino Unido siente una responsabilidad de actuar en nombre de la población palestina, oprimida durante tanto tiempo, especialmente tras 21 meses de ataques israelíes y el espectro de la hambruna en Gaza.
La crisis de hambruna en Gaza
El Gobierno de Gaza aseguró este domingo que Israel bloquea la entrada a la Franja de 22.000 camiones de ayuda humanitaria acumulados en los pasos fronterizos del enclave palestino, mientras sus ciudadanos padecen una situación de grave riesgo de hambruna.
En un comunicado, el gobierno gazatí, en manos de Hamás, indica que la mayoría de estos camiones pertenecen a organizaciones internacionales, multilaterales y diversas entidades, y que Israel "impide deliberadamente su entrada como parte de una política sistemática de ingeniería del hambre, el bloqueo y el caos".
"Condenamos en los términos más enérgicos la continuación del bloqueo, el hambre a los civiles y la retención de la ayuda, considerándolo un crimen de guerra completo que viola todas las normas y tratados internacionales", dice el Gobierno de Gaza.
Y denuncia a los países "que guardan silencio o complicidad por el agravamiento de la catástrofe humanitaria y las consecuencias catastróficas derivadas de privar a la población de alimentos, medicinas y combustible".
Por ello, exige la entrada inmediata de todos los camiones retenidos y la apertura de los pasos sin condiciones "para salvar las vidas de los civiles en la Franja de Gaza antes de que sea demasiado tarde".
Desde que comenzó la ofensiva israelí contra Gaza, tras los ataques de Hamás del 7 de octubre de 2023, 175 personas han muerto por hambre o desnutrición, incluidos 93 menores, según el registro de las autoridades sanitarias locales.
La mayoría de las muertes se han registrado durante las últimas semanas, después de meses de bloqueo a la entrada de ayuda humanitaria por parte de Israel, que controla todos los accesos al asediado territorio.
Entre el 2 de marzo y el 19 de mayo el bloqueo fue total, mientras que el flujo de ayuda es ahora muy limitado e insuficiente.
Las agencias de la ONU advirtieron esta semana de que Gaza enfrenta un grave riesgo de hambruna: más de uno de cada tres habitantes pasa días sin comer, y el resto de indicadores de nutrición han alcanzado sus peores niveles desde que comenzó el conflicto.
Con información de EFE
lrc
