DICTADURA DE PINOCHET

El pacto secreto entre Argentina y la dictadura de Pinochet en Chile

Documentos desclasificados por Milei confirman que Juan e Isabel Perón vendieron secretamente armamento a Pinochet; por 24 millones de dólares en ventas apoyaron la represión en Chile

Argentina vendió armas a la dictadura de Pinochet en Chile (1973-1974)Créditos: Imagen creada con IA
Escrito en MUNDO el

Una reciente desclasificación de documentos por parte del gobierno argentino, bajo la administración de Javier Milei, reveló una serie de transacciones confidenciales de armamento y municiones entre los gobiernos de Juan Domingo Perón y su sucesora, Isabel Perón, y la dictadura de Augusto Pinochet en Chile

Estas revelaciones, publicadas originalmente por el diario Clarín, datan de entre 1973 y 1974 y ascienden a un valor actual de aproximadamente 24 millones de dólares. La desclasificación forma parte de una política de "apertura y transparencia" sobre el pasado reciente de Argentina, impulsada desde 2021 por el Archivo General de la Nación.

Detalles de los envíos y el secreto gubernamental

Los decretos confidenciales que autorizaron estas ventas son el Decreto 382 de 1973 y el Decreto 1140 de 1974. Los envíos incluían un considerable arsenal:

  • 2,000 pistolas ametralladoras PAM/PA3 “DM”.
  • 6,000 pistolas Browning calibre 9 mm.
  • 20 millones de cartuchos calibre 7.62 mm NATO para fusiles FAL.
  • 15,000 granadas lacrimógenas.

Todo este material fue enviado a carabineros de Chile a través de fabricaciones militares y entregado en el paso fronterizo de Las Cuevas, Mendoza, bajo exenciones aduaneras y fiscales. Los decretos incluso estipulaban que la aduana argentina no controlaría ni verificaría el contenido secreto del cargamento.

Los justificativos oficiales en los decretos hablaban de "cooperación regional y fortalecimiento institucional," pero su contraste con el contexto represivo chileno y la pasividad del gobierno de Perón ante denuncias internacionales sugiere un claro apoyo a Pinochet.

La primera venta se concretó el 26 de noviembre de 1973, apenas dos meses después del golpe de Estado contra Salvador Allende. La segunda entrega tuvo lugar en octubre de 1974, ya bajo la presidencia de Isabel Perón, cinco meses después de la muerte del líder justicialista.

El apoyo de Perón y la estrategia geopolítica

El apoyo de Perón a la junta militar chilena fue temprano y explícito. Un acta secreta de la junta militar chilena del 24 de septiembre de 1973, tan solo 13 días después del golpe, ya menciona la "presencia de un representante oficial de Perón en Chile que trae ayuda material y el respaldo argentino a la junta".

Esta revelación desafía la narrativa tradicional sobre el peronismo y su relación con la dictadura chilena, mostrando una compleja red de intereses geopolíticos durante la Guerra Fría.

Historiadores como Rosendo Fraga interpretan estas entregas de armamento como "coherentes con la estrategia de Perón", quien preveía el surgimiento de regímenes de derecha en América Latina ante el avance de grupos guerrilleros. Perón había comisionado a un enviado especial para contactar a Pinochet.

En declaraciones a "Il Giornale D’Italia", Perón incluso afirmó que la caída de Salvador Allende había "cerrado la única válvula de escape para la guerrilla argentina", a la que él había ordenado "aplastar". Esto sugiere que Perón se sentía "cómodo" con lo sucedido en Chile el 11 de septiembre de 1973 y murió "combatiendo al castrismo".

Pese a que el gobierno peronista "coqueteaba con ideas de izquierda", autorizó esta venta secreta. Incluso ministros vinculados al Partido Comunista, como José Ber Gelbard, firmaron estos decretos. Esto, según expertos como el historiador chileno Eduardo López, refleja la ambigüedad característica de Perón, quien ofrecía apoyos informales sin oficializarlos y operaba por "intereses estratégicos" ante el avance de grupos guerrilleros, más allá de "afinidades ideológicas".

Mientras tanto, en Argentina, la visita de Pinochet en mayo de 1974 fue recibida con marchas de repudio en la Plaza Dos Congresos, convocadas por la Coordinadora de Movimiento de Ayuda a Chile (COMACH), en las que participaron diputados del peronismo de base y diversas fuerzas de izquierda. Esto ponía de manifiesto la contradicción entre la política exterior secreta del gobierno y la posición de amplios sectores de la sociedad argentina.

Dictadura de Pinochet

La dictadura de Pinochet (1973-1990)

Contexto: El golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 derrocó al gobierno de Salvador Allende, un marxista amigo de la Unión Soviética y del comunismo cubano, quien había llegado a la presidencia en 1970. El gobierno de Allende buscó una transformación socialista del país, confiscando empresas, granjas y bancos, e implementando programas sociales que, sin embargo, llevaron a una inflación vertiginosa del 606% en 1973 y una recesión económica.

Pinochet, quien había sido ascendido a Comandante en Jefe del Ejército con la anuencia de Allende, orquestó el golpe bajo la promesa de "rescatar a Chile del comunismo".

El régimen de Pinochet, que gobernó desde 1973 hasta 1990, fue una junta militar autoritaria que consolidó un sistema político basado en los valores del ejército: jerarquía, disciplina y orden público. Se caracterizó por una feroz persecución a cualquier forma de oposición izquierdista, con un "régimen de terror de estado sistemático" que cobró un número incalculable de víctimas.

Se estima que dejó un saldo de 3,200 asesinados y 1,162 desaparecidos, sentando un modelo para la dictadura argentina de 1976. El gobierno de Pinochet evitó la formación de partidos políticos, revelando su desprecio por la política partidaria y una falta de ideología cohesiva, más allá de su anticomunismo y patriotismo castrense.

Económicamente, Pinochet implementó un "shock económico" en 1975, abriendo el país a los mercados internacionales y reduciendo el rol del Estado, bajo la influencia de los "Chicago Boys". Esto incluyó la privatización de áreas sociales y empresas estatales, aunque la industria del cobre permaneció nacionalizada y parte de la tierra expropiada bajo Allende no fue devuelta a sus dueños originales, sino subastada o entregada a campesinos para fomentar la agroindustria.

Este modelo económico fue descrito por Milton Friedman como el "milagro de Chile", a pesar de los cuantiosos costos sociales iniciales.

La dictadura enfrentó oposición, incluyendo al Frente Patriótico Manuel Rodríguez, una agrupación guerrillera marxista-leninista que intentó asesinar a Pinochet en 1986. El fin del régimen llegó con un plebiscito a finales de los años 80, donde el "No" a la continuidad de Pinochet ganó con el 55.9% de los votos, dando paso a la democratización.

Pinochet, sin embargo, permaneció como Comandante en Jefe del Ejército y luego como senador vitalicio gracias a la Constitución y una ley de amnistía. En sus últimos años, fue detenido en Gran Bretaña por su presunta participación en delitos de lesa humanidad cometidos en el marco de la Operación Cóndor, un entramado de relaciones entre servicios de inteligencia de las dictaduras del Cono Sur contra militantes populares.

Dictadura de Pinochet

Repercusiones históricas y políticas

La revelación de estos documentos ha generado "repercusiones en el ámbito político e historiográfico" en Argentina. El abogado y exdiputado Ricardo Monner Sans ha calificado estos decretos como una demostración de la "hipocresía histórica" del peronismo frente a las dictaduras del continente. Sectores académicos y organismos de derechos humanos están exigiendo una "revisión más profunda del rol que jugó el gobierno peronista" durante los años más duros de represión en el Cono Sur.

La existencia de este apoyo material secreto desde Argentina a la dictadura chilena, un dato previamente desconocido, obliga a reevaluar las relaciones entre ambos países y los intereses geopolíticos que las subyacían en el contexto de la Guerra Fría.

¿Por qué es relevante el tema?

La reciente desclasificación de documentos oficiales argentinos sobre la venta secreta de armas a la dictadura de Pinochet entre 1973 y 1974 es relevante porque reconfigura la comprensión histórica sobre el rol del peronismo en el contexto latinoamericano durante la Guerra Fría.

Lejos de mantener una postura neutral o de izquierda, los gobiernos de Juan Domingo Perón e Isabel Perón colaboraron de forma activa y encubierta con una de las dictaduras más violentas del continente, apenas semanas después del golpe contra Salvador Allende.

Estos hallazgos no solo evidencian una alianza política y militar no reconocida entre Argentina y Chile en ese momento, sino que también revelan las contradicciones internas del peronismo, que simultáneamente coqueteaba con sectores progresistas y autorizaba apoyo logístico a regímenes represivos.

El hecho de que las armas y municiones fueran enviadas con total opacidad y exenciones aduaneras, y que incluso ministros vinculados al comunismo firmaran los decretos, subraya la dimensión estratégica más que ideológica de estas decisiones.

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Históricamente, esta revelación cuestiona la narrativa oficial de neutralidad o resistencia frente a las dictaduras del Cono Sur. Políticamente, abre un debate sobre la memoria, la transparencia del Estado y la responsabilidad de los gobiernos democráticos en crímenes de lesa humanidad cometidos por terceros.

Además, se inscribe en una política más amplia de revisión del pasado impulsada por el Archivo General de la Nación y puede tener implicaciones en los debates contemporáneos sobre derechos humanos y el uso del aparato estatal con fines geopolíticos encubiertos.

VGB