Durante los primeros seis meses del segundo mandato de Donald Trump, más de una docena de altos funcionarios fueron destituidos o han visto frustradas sus nominaciones o ascensos. La razón principal, señala el medio estadounidense Politico, es la "falta de lealtad".
El medio afirma que la Casa Blanca atraviesa una “ola de purgas de lealtad” a pesar de que las intrigas internas son menores que en el primer mandato del presidente. Según el reporte, los despidos de funcionarios calificados como “desleales a Trump” están en aumento.
Lo particular de esta dinámica es que la lealtad no se mide por el desempeño en el cargo, sino por acusaciones externas, en su mayoría provenientes de aliados cercanos al presidente. Entre ellos destaca la activista de derecha Laura Loomer.
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El papel de Laura Loomer en la evaluación de funcionarios
Laura Loomer es una figura influyente en la Casa Blanca a la hora de evaluar la lealtad de los funcionarios públicos. Según Politico, Loomer recibe acusaciones anónimas de empleados federales contra otros colegas por supuesta deslealtad al presidente Trump.
Posteriormente, transmite esa información al mandatario, lo que ha derivado en despidos cuando dichas acusaciones son consideradas válidas. La activista ha confirmado que más despidos están en camino y que el número podría ascender a cientos.
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Loomer ha visitado la Casa Blanca en diversas ocasiones, las cuales coinciden con nuevas tandas de despidos. Además, mantiene una buena relación con la actual jefa de Gabinete, Susie Wiles.
Énfasis creciente en la lealtad
Un aliado anónimo del presidente comentó que, aunque Trump siempre ha valorado la lealtad, el nivel de exigencia actual es sin precedentes, con “cero tolerancia para cualquier otra cosa”. La administración estaría operando en un ambiente de paranoia constante ante posibles filtraciones de información.
Incluso se ha informado que Trump recurre a aliados fuera del gobierno para evaluar a su personal, una práctica que ha hecho difícil contener sus decisiones, incluso para figuras con influencia interna como John Kelly, exjefe de Gabinete, o la actual titular Susie Wiles.
Casos relevantes de funcionarios destituidos
Diversos casos han sido atribuidos directa o indirectamente a la intervención de Laura Loomer:
- Terry Adirim, exdirectora médica de la CIA, fue despedida tras críticas por su rol en la vacunación obligatoria contra el COVID-19. Loomer habría tenido un papel decisivo en su salida.
- Vinay Prasad, regulador principal de vacunas en la FDA, fue destituido por orden presidencial tras solo tres meses en el cargo. Loomer lo calificó como un “saboteador progresista de izquierda”.
- April Doss, abogada de la NSA, fue removida después de que Loomer compartiera un reportaje del *Daily Caller* que la señalaba como activista partidista.
- Jen Easterly, exdirectora de ciberdefensa durante el gobierno de Biden, vio cancelado un acuerdo con la Academia Militar horas después de que Loomer la criticara públicamente.
- Janette Nesheiwat, nominada a cirujana general, fue retirada en mayo tras ser considerada “no alineada ideológicamente” por Loomer.
- Seis funcionarios del Consejo de Seguridad Nacional (NSC), incluyendo a Brian Walsh y Maggie Dougherty, fueron despedidos en abril, un día después de una reunión entre Loomer y Trump. La activista se adjudicó esos despidos.
- Adam Schleifer y Maurene Comey, fiscales en Los Ángeles y Nueva York respectivamente, también fueron removidos tras intervenciones atribuidas a Loomer.
- General Timothy Haugh, jefe de la NSA y del Comando Cibernético de EU, junto con su adjunta Wendy Noble, fue destituido luego de que Loomer informara a Trump que Haugh había sido designado por el General Mark Milley, figura con la que el presidente ha tenido diferencias públicas.
Reacciones y posturas encontradas
El exfiscal de la CIA Kevin Carroll, abogado de algunos funcionarios destituidos, calificó la influencia de Loomer como una “situación peligrosa”, argumentando que una persona externa al gobierno y sin experiencia en seguridad nacional no debería tener capacidad de incidir en decisiones críticas de personal.
Desde la Casa Blanca, la secretaria de prensa Karoline Leavitt y el portavoz Kush Desai han respaldado las decisiones tomadas, afirmando que el presidente Trump ha “reunido el mejor gabinete y personal de la historia”, y que esta alineación es “crítica para implementar eficazmente la agenda presidencial”.
Loomer defiende su intervención
Laura Loomer reconoce que su papel genera antagonismos, pero los atribuye a “celos profesionales” y al hecho de que “la gente no suele agradar a quienes representan una amenaza para sus empleos por ser mejores en lo que hacen”.
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¿Por qué es relevante el tema?
El tema es relevante porque revela cómo decisiones clave sobre el personal gubernamental están guiadas por criterios de lealtad personal más que por mérito o experiencia.
La participación de actores externos, como la activista Laura Loomer, en evaluaciones y despidos de altos funcionarios plantea cuestionamientos sobre la transparencia, la institucionalidad y la estabilidad del gobierno.
Además, muestra una dinámica de poder poco convencional que puede impactar el funcionamiento de agencias federales sensibles, como la NSA o la FDA, con posibles repercusiones en la seguridad nacional y la gobernanza democrática de Estados Unidos.
VGB