CONFLICTO EN MEDIO ORIENTE

China: ¿ganador silencioso del conflicto en Medio Oriente?

Mientras deja a EU lidiar con la seguridad regional, involucrándose directamente en los conflictos armados; China busca ampliar su influencia con una estrategia basada en la diplomacia y los acuerdos comerciales, sobre todo en países cansados del intervencionismo estadounidense y europeo

China busca ampliar su influencia geopolítica en Medio OrienteCréditos: Istockphoto | Ilustrativa
Escrito en MUNDO el

La reciente escalada de tensión entre Israel e Irán, a una semana de iniciado el conflicto bélico, ha puesto al mundo en vilo, con la atención centrada en el papel que desempeñarán las grandes potencias, especialmente Estados Unidos y China.

Mientras que Estados Unidos ha mantenido una postura de apadrinamiento hacia Israel, China, una potencia nuclear estratégica y aliada de Irán, ha mostrado apoyo y empatía hacia Teherán, posicionándose de una manera que podría permitirle obtener ganancias significativas en la región.

China ha adoptado una postura aparentemente prudente, enfocándose en llamados al diálogo y la desescalada pacífica del conflicto más que en acciones directas.

No obstante, su Ministerio de Exteriores, a través de Guo Jiakun, repudió explícitamente las amenazas de Donald Trump contra el líder supremo iraní, Ali Jameneí, acusando a Estados Unidos de "echar leña al fuego" y de provocar una "intensificación y ampliación del conflicto".

Esta condena se extendió a los ataques de Estados Unidos contra instalaciones nucleares iraníes, calificándolos de grave violación del derecho internacional y de los propósitos de la Carta de la ONU.

El canciller chino, Wang Yi, reafirmó el apoyo de Pekín a Irán para salvaguardar su soberanía y seguridad nacional y lograr un "alto al fuego genuino".

Mientras que China asegura no haber vendido armas directamente a Teherán desde 2005, Estados Unidos asegura, sin pruebas, que sí han estado suministrando materiales y tecnología de doble a Irán, los cuales contribuyen a sus capacidades de drones y misiles. 

En todo caso, Pekín considera que Irán tiene derecho a la energía nuclear civil, para lo cual está dispuesta a ayudar al país a través de acuerdos comerciales. Para lo cual, insiste en una "diplomacia de mediación" en defensa de sus intereses económicos y estratégicos sin involucrarse directamente en los conflictos militares.

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El interés económico: energía e Iniciativa de la Franja y la Ruta

La región de Medio Oriente es de vital importancia para China, principalmente por sus vastos recursos energéticos. China se convirtió en importador neto de petróleo en 1993, y actualmente, aproximadamente la mitad de su petróleo proviene de Medio Oriente.

Es el mayor comprador de petróleo y gas natural licuado de la región, con el 40% de sus importaciones de crudo pasando por el Estrecho de Ormuz.

El posible cierre del Estrecho de Ormuz por parte de Irán, en respuesta a los ataques de Estados Unidos, representa una amenaza económica directa para China, ya que desestabilizaría los precios del petróleo y afectaría su abastecimiento energético y estabilidad económica. Esto ha llevado a Estados Unidos a instar a China a utilizar su influencia sobre Teherán para evitar tal cierre.

Además de la energía, la Iniciativa de la Franja y la Ruta (BRI) es un pilar fundamental de la estrategia china en la región. China ha invertido miles de millones de dólares en infraestructura, tecnología y energía en Irán, incluyendo un acuerdo bilateral de cooperación estratégica por 25 años firmado en 2021, valorado en más de 400,000 millones de dólares.

Aunque la implementación de este acuerdo ha sido "débil en el mejor de los casos" y la inversión china ha sido más escasa cuando Irán parece más desesperado, la importancia estratégica de estas inversiones es innegable.

La Nueva Ruta de la Seda propuesta por China: Istockphoto | Ilustrativa 

La BRI busca transformar a Asia Central en un centro de tránsito crucial que conecte los mercados de Europa, Medio Oriente y el sur de Asia, con proyectos de infraestructura en toda la región. La estabilidad en Medio Oriente es, por lo tanto, crucial para salvaguardar las crecientes inversiones y proyectos de infraestructura de China.

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El comercio entre China y la región de Medio Oriente ha aumentado drásticamente, superando los 480,000 millones de dólares en 2022.

China es ahora el mayor socio comercial de países como Arabia Saudita, Argelia e Irán. Ha reemplazado a la Unión Europea como el socio comercial más grande del Consejo de Cooperación del Golfo (GCC) y se ha convertido en el principal destino y proveedor de productos no petroleros para Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos.

Incluso con Israel, el comercio chino-israelí alcanzó los 21,000 millones en 2022, con inversiones chinas en sectores como la tecnología, la agricultura y la infraestructura. China también ha buscado un Acuerdo de Libre Comercio con Palestina y ha realizado inversiones en territorios palestinos como parte de la BRI.

Ganancia diplomática y desafío a la hegemonía de EU

China ha aprovechado el conflicto para reforzar su imagen como un actor responsable y promotor de la paz, contrastando con la política exterior de Estados Unidos.

Pekín ha criticado las acciones de Washington por "agravar las tensiones" y "dañar su credibilidad". Esta narrativa presenta a Estados Unidos como una fuerza desestabilizadora, mientras que China se posiciona como una alternativa "preferible" para los estados de Medio Oriente, frustrados con la postura occidental y su historial de intervenciones militares.

El éxito diplomático de China en mediar el restablecimiento de relaciones entre Irán y Arabia Saudita en 2021 fue un "hecho significativo de desafío al protagonismo de Estados Unidos en la región". Aunque China no ha logrado una mediación similar entre Israel y Hamás, su intento de facilitar discusiones entre facciones palestinas y su apoyo a la causa palestina refuerzan su imagen en el "Sur Global".

China promueve las transacciones comerciales con monedas locales, evadiendo los bloqueos de EU al no usar el dólar: Istockphoto | Ilustrativa 

Este enfoque de no injerencia en los asuntos internos y la oferta de acuerdos económicos ventajosos resultan atractivos para los líderes de la región que buscan diversificar sus alianzas y reducir su dependencia de Occidente.

Un beneficio estratégico adicional para China es que un prolongado enfoque de Estados Unidos en Medio Oriente podría desviar su atención y recursos del Indo-Pacífico, aliviando la presión sobre China en su propia región. Esto permitiría a Pekín recalcular su estrategia en relación con Taiwán y otros intereses en Asia.

Limitaciones y el camino por delante

A pesar de sus crecientes ambiciones, la influencia política y militar de China en Medio Oriente sigue siendo limitada en comparación con la de Estados Unidos. Pekín no busca suplantar a Estados Unidos, sino más bien complementarlo, actuando como un "contrapeso importante" y un "suplemento" a lo que Estados Unidos está dispuesto a proporcionar.

China tiende a evitar involucrarse en la resolución de conflictos complejos de seguridad en la región, percibiendo poco beneficio y poca capacidad para hacerlo, prefiriendo que Estados Unidos se "atasque" en ellos.

Sin embargo, el éxito de China en capitalizar el creciente descontento con la política occidental y su oferta de un modelo de desarrollo económico sin condiciones políticas han fortalecido su posición.

La reconfiguración de la dinámica regional, lejos de la hegemonía occidental, podría beneficiar a China al encontrar a los estados de Medio Oriente cada vez más receptivos a su compromiso bilateral y multilateral, incluyendo a través de instituciones lideradas por China como los BRICS y sus iniciativas estratégicas como la BRI.

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En resumen, China está hábilmente posicionándose para ser un beneficiario clave de las tensiones en Medio Oriente. A través de su diplomacia selectiva, su poderosa influencia económica y su enfoque no intervencionista, busca remodelar el orden mundial en su beneficio, incluso si esto implica dejar que otras potencias asuman la carga directa de la seguridad regional.

VGB