La escena de un niño migrante consolando a su madre al grito de "tranquila mamá, aquí estoy", mientras son detenidos por agentes del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) de Estados Unidos, en una de las tantas redadas antiinmigrantes que el gobierno de Donald Trump ha realizado en las últimas semanas, ha causado conmoción en redes sociales.
La escena que se ha hecho viral en distintas plataformas tuvo lugar el 29 de mayo a las afueras de un juzgado en San Antonio, Texas, donde Érika Quiroz, una madre hondureña que acababa de salir de una cita relacionada con su proceso legal, fue arrestada por agentes del ICE. Lo que siguió fue un momento desgarrador captado en video por una reportera.
Al ser informada de su inminente detención, Érika Quiroz entró en estado de shock y sufrió una crisis de ansiedad. Las imágenes la muestran llorando desconsoladamente y sentada en el pavimento. Dentro de un camión de detenciones de ICE, Érika estaba respirando con dificultad y suplicaba: “No me quiero morir”. La mujer tuvo que ser bajada de la camioneta, tosiendo y escupiendo al suelo debido a su estado crítico.
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En medio de la angustia de su madre, su hijo menor, cuya identidad no ha sido revelada, se acercó para consolarla. Se escuchó al pequeño decir entre lágrimas: “Tranquila… ¡Mamá, tranquila! Aquí estoy yo”, mientras abrazaba a su madre en el pavimento. Su súplica, llena de ternura y desesperación, conmovió a los presentes y generó indignación entre activistas y defensores de derechos migrantes.
A pesar de la evidente angustia y el estado crítico de Érika, los agentes de ICE no solicitaron asistencia médica. Fue la reportera que grabó el video quien se acercó para ofrecerle agua a la mujer. La falta de asistencia por parte de los agentes ha sido duramente criticada por organizaciones defensoras de derechos humanos, que señalan que este tipo de detenciones agravan el trauma emocional en niños y familias migrantes.
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Los operativos migratorios
La detención de Érika Quiroz ocurrió en el marco de un nuevo operativo implementado por las autoridades migratorias de Estados Unidos. Este operativo busca acelerar las deportaciones de personas indocumentadas, especialmente aquellas con antecedentes penales o con órdenes previas de deportación.
En Texas, como parte de esta operación, agentes del ICE se han apostado fuera de los juzgados para detener a inmigrantes a la salida de sus citas legales. Se estima que la meta federal es deportar hasta 3,000 personas por día, una cifra que ha generado alarma y denuncias de prácticas calificadas como inhumanas y desproporcionadas por organizaciones proinmigrantes.
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Un trabajador de la corte indicó anónimamente que, desde el 21 de mayo, los agentes de ICE detienen diariamente a unas 40 personas, incluyendo niños, fuera de la corte. Abogados migratorios advierten que muchas de estas personas llevan menos de dos años en EU y están sujetas al proceso de “expulsión expedita”, lo que les impide presentar argumentos sólidos para quedarse en el país.
El padre de Lennys Hernández, una mujer cubana, también fue arrestado el mismo día que Érika, después de su segunda cita en la Corte de Inmigración, sin ser interrogado por el juez.
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Impacto y llamados a la acción
La imagen del niño consolando a su madre ha desatado un debate sobre la humanidad de las políticas migratorias de Donald Trump. Organizaciones de ayuda a migrantes piden una revisión inmediata de los protocolos de detención, especialmente cuando hay menores presentes.
El futuro de Érika Quiroz y su hijo es incierto, pero el impacto de esta escena ha trascendido fronteras, reavivando el llamado a un trato más digno y compasivo hacia las familias migrantes en Estados Unidos.
Este caso también evoca el doloroso testimonio de Heydi Sánchez Tejeda, una madre cubana deportada que dejó a su hija lactante en EU a pesar de tener una petición familiar activa y estar casada con un ciudadano estadounidense.
VGB