A sus 34 años, el ugandés-estadounidense Zohran Mamdani se convierte en el primer alcalde musulmán y socialista de Nueva York, símbolo de una nueva era política marcada por el cambio generacional y el impulso progresista.
Zohran Mamdani, recién elegido alcalde de Nueva York, representa una transformación sin precedentes en la política estadounidense. Apenas un año atrás, era un legislador estatal poco conocido en Albany. Hoy, se convierte en el líder de la ciudad más poblada y emblemática de Estados Unidos, tras unas elecciones históricas con la mayor participación ciudadana desde 1969, según datos de la New York City Board of Elections.
Hijo de la cineasta india Mira Nair y del académico ugandés Mahmood Mamdani, nació en Kampala (Uganda) en 1991 y emigró siendo niño a Estados Unidos. Su biografía, marcada por la diversidad cultural, la militancia social y una visión cosmopolita, se ha convertido en parte esencial de su narrativa política.
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El alcalde más joven y el primero musulmán de la Gran Manzana
Con tan solo 34 años, Zohran Mamdani es el alcalde más joven de Nueva York en más de un siglo, y el primero de confesión musulmana en ocupar el cargo. Su victoria no solo rompe moldes políticos, sino también simbólicos: en la ciudad que sufrió los atentados del 11 de septiembre, un político musulmán ha sido elegido de forma abrumadora para encabezar su futuro.
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“Soy musulmán. Soy socialista democrático. Y me niego a pedir disculpas por ello”, declaró Mamdani en su discurso de victoria, retransmitido por MSNBC. La frase, coreada por miles de simpatizantes en Brooklyn, sintetiza su estilo: desafiante, inclusivo y anclado en los ideales de igualdad y justicia social.
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De activista estudiantil a referente progresista
Antes de irrumpir en la política municipal, Mamdani fue activista universitario y miembro de los Democratic Socialists of America (DSA), el mismo movimiento que impulsó a figuras como Alexandria Ocasio-Cortez y Bernie Sanders. Su carrera política comenzó en la Asamblea estatal de Nueva York, donde defendió causas relacionadas con la vivienda asequible, la movilidad sostenible y la justicia migratoria.
Su estilo directo, su dominio de las redes sociales y su conexión con los jóvenes neoyorquinos lo catapultaron a la popularidad. Su campaña contó con más de 100.000 voluntarios y logró movilizar a dos millones de votantes, una cifra récord para la ciudad.
Un programa progresista frente al establishment
Mamdani ganó con un mensaje de “asequibilidad y dignidad”. Prometió autobuses gratuitos, cuidado infantil universal y congelación de los alquileres hasta 2030, propuestas que calaron entre las clases trabajadoras y los jóvenes profesionales agobiados por el alto costo de vida en la Gran Manzana.
Sus planes de financiación, sin embargo, despertaron críticas del sector empresarial: un aumento del 2 % en los impuestos a millonarios y la equiparación del impuesto corporativo con el de Nueva Jersey (11,5 %), con lo que espera recaudar unos 9.000 millones de dólares anuales.
Ni los ataques del presidente Donald Trump, ni el apoyo económico de magnates como Elon Musk a su rival Andrew Cuomo, impidieron su triunfo. “Si quiere que el hombre más rico del mundo decida la democracia, vote a Cuomo”, ironizó Mamdani en una entrevista previa al cierre de urnas.
Un nuevo rostro para la izquierda estadounidense
El triunfo de Mamdani marca un punto de inflexión en la política del Partido Demócrata. Su éxito, respaldado por una base joven, diversa e ideológicamente comprometida, impulsa el debate sobre el futuro del progresismo en Estados Unidos.
Analistas políticos del New York Times y The Washington Post coinciden en que su victoria podría redefinir la estrategia del partido, especialmente tras la derrota presidencial de 2024. En palabras del propio Mamdani:
“Cuando te centras en la gente trabajadora, cuando crees que lo imposible es posible, puedes rehacer la política del lugar que llamas hogar.”
Un liderazgo por probar
Mamdani asumirá oficialmente el cargo el 1 de enero, en una ciudad expectante ante su capacidad para convertir sus promesas en políticas tangibles. Los desafíos son mayúsculos: desigualdad, vivienda, transporte y seguridad siguen siendo las grandes preocupaciones neoyorquinas.
Sus detractores lo tildan de utópico; sus seguidores, de visionario. Pero, más allá de las etiquetas, Zohran Mamdani ya ha inscrito su nombre en la historia de Nueva York como el alcalde que rompió el molde del poder tradicional y redefinió el significado del cambio político en el siglo XXI.
AJA