APAGÓN MUNDIAL

Alerta NASA posible apagón tecnológico mundial

La actividad del Sol registra incrementos que elevan el riesgo de fallos tecnológicos; agencias espaciales monitorean el ciclo solar para anticipar posibles afectaciones

Alerta NASA posible apagón tecnológico mundialCréditos: Istockphoto | Ilustrativa
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La NASA registró un incremento inesperado en la actividad solar durante el ciclo actual. El cambio revirtió la tendencia descendente que se observó desde la década de 1980. Investigadores del Laboratorio de Propulsión a Chorro señalaron que el aumento inició en 2008.

Los registros indican variaciones en la energía que emite el Sol. El viento solar registró incrementos en velocidad, densidad, temperatura e intensidad del campo magnético interplanetario. Estas variaciones elevaron la probabilidad de tormentas geomagnéticas.

Las agencias espaciales estudiaron los datos para evaluar riesgos. Aunque no proyectaron un apagón global, sí señalaron la posibilidad de un escenario de interrupciones tecnológicas si el Sol envía una perturbación significativa hacia la Tierra.

Los especialistas definieron ese escenario como un “evento de oscuridad tecnológica”. Su impacto dependería de la intensidad del flujo de partículas y de la respuesta de la infraestructura eléctrica y satelital.

Efectos potenciales

Las tormentas geomagnéticas surgen a partir de eyecciones de masa coronal y fulguraciones solares. Cuando estas partículas alcanzan el entorno terrestre, interactúan con el campo magnético y generan variaciones que afectan sistemas sensibles.

Los principales riesgos se relacionan con redes eléctricas. Las corrientes inducidas pueden saturar transformadores y limitar la transmisión de energía. El efecto podría dejar regiones sin suministro por intervalos prolongados.

Los satélites también registran perturbaciones durante estos eventos. Alteraciones en sus órbitas o en sus instrumentos pueden interrumpir comunicaciones, navegación aérea y servicios de posicionamiento.

Los sistemas de telecomunicaciones presentan vulnerabilidad adicional. Fallos en enlaces de radio, internet y telefonía afectarían operaciones esenciales como transporte, logística y servicios financieros.

Casos previos

Existen antecedentes que muestran el efecto de estas tormentas. En 1989, una perturbación geomagnética dejó sin electricidad a millones de personas en Quebec durante varias horas, lo que evidenció la susceptibilidad de la red eléctrica.

En 1859, el Evento Carrington afectó el sistema de telégrafos y generó descargas eléctricas en líneas de comunicación. Los investigadores estiman que un fenómeno de esa magnitud tendría consecuencias de mayor escala en la actualidad.

En 2024, la tormenta conocida como “Super Gannon” alteró señales GPS en Estados Unidos. La interrupción provocó pérdidas económicas en sectores dependientes de la navegación satelital.

El análisis de estos casos permitió dimensionar la importancia de la vigilancia constante. También impulsó ajustes en protocolos para disminuir daños en caso de eventos similares.

Ventana de riesgo

El ciclo solar actual llegó a su punto más alto, lo que incrementó la posibilidad de tormentas. Algunas proyecciones mencionan que un evento de gran intensidad podría ocurrir alrededor de 2026, aunque sin una fecha definida.

Las agencias espaciales identificaron un periodo de mayor atención entre finales de mayo y principios de junio. Durante ese lapso, las manchas solares orientadas a la Tierra suelen alcanzar niveles elevados de actividad.

Una erupción clasificada como X2.7 interrumpió comunicaciones de alta frecuencia en Europa, Asia y Medio Oriente en un lapso breve. El episodio confirmó la sensibilidad de los sistemas de radio ante la actividad solar.

Los investigadores continúan el seguimiento para estimar la frecuencia de perturbaciones durante la fase máxima del ciclo solar. El aumento de energía en la superficie del Sol sostiene el nivel actual de alerta técnica.

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Monitoreo permanente

La NASA y la NOAA desarrollan misiones para observar el viento solar y el campo magnético del Sol. Proyectos como SWFO-L1 y SunRISE permiten obtener datos en tiempo real y generar avisos con uno a tres días de anticipación.

Estos avisos permiten activar protocolos de protección para redes eléctricas y satélites. Las empresas de energía ajustan cargas y operan sistemas de respaldo para limitar daños por corrientes geomagnéticas.

Los satélites pueden colocarse en modo seguro durante las perturbaciones. Esta medida reduce fallos y evita desgaste en instrumentos sensibles frente a la radiación solar.

Aunque especialistas consideran poco probable un apagón total, sí prevén un aumento en la frecuencia e intensidad de las tormentas durante los próximos años. La vigilancia científica se mantiene como el principal recurso para mitigar efectos en una infraestructura altamente conectada.

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