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Presidencia de Chile se definirá en segunda vuelta entre Jara y Kast

Millones de chilenos se acercaron este domingo en ambiente festivo para participar en la primeras elecciones presidenciales con voto obligatorio para todo el censo nacional

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La izquierdista Jeannette Jara y el ultraderechista José Antonio Kast competirán por la presidencia de Chile en una segunda vuelta el 14 de diciembre, según el 27.8 % de los sufragios escrutados.

De acuerdo a los resultados preliminares del Servicio Electoral, la exministra comunista de Gabriel Boric obtiene un 26.3 % de los votos, mientras que el exdiputado ultracatólico logra un 24.7 %.

La gran sorpresa de la noche es el populista de derechas Franco Parisi que, como en las presidenciales de 2021, va en tercer lugar, con el 18.4 % y un considerable avance en las regiones mineras del norte del país. 

Así se vivió la jornada electoral

Millones de chilenos se acercaron este domingo en ambiente festivo para participar en la primeras elecciones presidenciales con voto obligatorio para todo el censo nacional, incluido cerca de un millón de extranjeros, en una jornada con calor, largas filas, aglomeraciones y ausencia de incidentes reseñables.

Un proceso que se perfila como una suerte de primaria para la ultraderecha y la derecha, que concurren por separado frente a la candidata única de la izquierda, la ex ministra de trabajo y dirigente comunista, Jeanette Jara, a la que los pronósticos dan como ganadora pero con la necesidad de probarse en una segunda vuelta.

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Jara fue la última de los ocho candidatos en votar, y lo hizo cerca del mediodía, momento de mayor afluencia, frente a sus dos principales rivales, el ultracatólico, José Antonio Kast, y el ultraliberal, Johannes Kaiser, que lo hicieron a primera hora de la mañana, y casi al mismo tiempo.

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Más tarde lo hizo la candidata de la coalición de derecha tradicional, Evelyn Matthei, quien se mostró confiada pese a que las encuestas le otorgan escasas posibilidades.

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"La jornada ha ocurrido dentro de los marcos esperados, con completa tranquilidad", explicó a mitad de jornada el subsecretario del Interior, Víctor Ramos.

El subsecretario de Seguridad Pública, Rafael Collado, añadió, por su parte, que pese a algunos problemas iniciales de la llamada comisaría digital, ésta ha funcionado de forma correcta y cifró en 167.318 las personas que han logrado un código válido con excusa para eludir el voto sin ser multados.

"El llamado es que las personas se acerquen a sus centros de votación con tranquilidad", agregó Collado junto al subsecretario general de Gobierno, Erwin Díaz, quien recordó que "los vocales de mesa deben cerrar las mesas posterior a que el último elector en la fila haya ejercido su voto", siempre que estos se hayan colocado en la misma antes de las 18.00 horas local.

También compareció a mitad de jornada la subsecretaria de Relaciones Exteriores, Gloria de la Fuente, quien admitió que hubo algunos incidentes en las mesas de votación en el extranjero, aunque sin grandes complicaciones.

"Tenemos 118 locales de votación en 64 países y 426 mesas receptoras. De estas, la información hasta las 12:30 del día, es que se han instalado 86 % de las mesas, porque por los distintos husos horarios en el mundo, hay mesas que aún no terminan de abrir", afirmó.

Las mesas empezaron a cerrar a las cuatro de la mañana de Santiago y van a terminar a las once de la noche de hoy, detalló De la Fuente antes de recordar que por razones de seguridad no se votará en Haití ni en Venezuela, y se hará de forma parcial en El Líbano, con una importante colonia chilena.

Un total de 15.7 millones de chilenos estuvieron llamados este domingo a las urnas para elegir en una presidenciales y legislativas que por vez primera se realizan con voto obligatorio para todo el censo.

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Todo apunta a que ninguno de los ocho candidatos presidenciales logrará el 50,01 % de los sufragios necesarios para ganar y deberá celebrarse un balotaje el 14 de diciembre.

Los chilenos también eligen este domingo a los senadores en siete regiones y a los 155 diputados y diputadas que conforman el Congreso de Diputados.

¿Quién es Jeannette Jara?

La victoria de Jeannette Jara Román (51 años, Santiago) en las primarias de la izquierda en junio generó dos grandes sorpresas en el panorama político chileno. Por un lado, su holgado 60% frente a la socialdemócrata Carolina Tohá, pese a la baja participación de alrededor de 1.4 millones de votantes. Por otro, el impulso inesperado que la contienda dio al Partido Comunista (PC), una colectividad que históricamente ronda el 6% de respaldo electoral medido a partir del número de concejales electos, el indicador habitual para medir fuerzas políticas en el país. Esto abrió un debate inmediato: si el triunfo respondía a la figura de Jara o al peso interno del PC en el oficialismo.

Se trata de la primera ocasión, desde el retorno a la democracia en 1990, en que el PC —que mantiene en su declaración de principios una línea marxista-leninista tradicional— instala una candidatura presidencial competitiva. Su irrupción también evidenció el estancamiento de liderazgos en la centroizquierda y la izquierda, que no han logrado generar figuras con el peso político que alguna vez tuvo la expresidenta Michelle Bachelet. Incluso en el Frente Amplio, el diputado Gonzalo Winter obtuvo apenas un 9% en las primarias, lo que subrayó la dificultad de ese sector para proyectar nuevos referentes.

Jara, administradora pública, abogada y magíster en gerencia pública, adquirió notoriedad como ministra del Trabajo en el gobierno de Gabriel Boric, entre 2022 y 2024. Su gestión se caracterizó por un estilo dialogante con la oposición y el sector empresarial, especialmente durante la tramitación de iniciativas emblemáticas: la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales, el incremento histórico del salario mínimo y la reforma previsional. Aunque la propuesta original de eliminar las AFP —un objetivo impulsado con fuerza por el PC— no prosperó, Jara optó por una postura pragmática que permitió sacar adelante el proyecto, considerado uno de los más relevantes de la administración Boric.

Su biografía también ha marcado la campaña. De origen popular, destaca que creció en un hogar de ingresos modestos en El Cortijo, en la comuna de Conchalí, hija de un mecánico automotriz y una dueña de casa, y formada íntegramente en instituciones públicas. Desde el inicio de la carrera presidencial ha presentado esa trayectoria como un elemento distintivo en una contienda dominada por candidatos con perfiles más tradicionales. En el cierre de campaña en la Plaza de Maipú reiteró que su historia personal refleja a “un Chile que se levanta temprano para trabajar”.

No obstante, su militancia comunista desde los 14 años y la relación con la cúpula del PC han sido factores de debate. Aunque Jara ha adoptado posiciones moderadas durante la campaña, parte de la exConcertación —incluido el expresidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle— optó por no respaldarla, reflejo de las aprensiones que persisten en sectores de la política chilena frente a experiencias regionales fallidas y al temor latente de que se repitan modelos como el venezolano. Aun así, Jara logró el apoyo del Socialismo Democrático, el sector que representó Tohá.

¿Quién es José Antonio Kast?

A casi un año de que Donald Trump asumiera su segundo mandato en Estados Unidos, el dirigente chileno José Antonio Kast vuelve a la escena presidencial reivindicando afinidades ideológicas con los giros globales hacia la derecha. El abogado de 59 años, que compite por tercera vez por La Moneda, ha moderado su mensaje respecto de campañas anteriores, evitando referencias directas a debates sobre libertades individuales o a la defensa del legado de la dictadura de Augusto Pinochet. En esta ocasión, ha priorizado temas que, según él, concentran la preocupación ciudadana: seguridad, migración y economía. Con este enfoque, avanzó este domingo a la segunda vuelta del 14 de diciembre, donde se enfrentará a la candidata de la izquierda, la comunista Jeannette Jara.

Kast cuenta con una trayectoria política de más de tres décadas, la mayor parte en la Unión Demócrata Independiente (UDI), histórico partido de la derecha chilena fundado por Jaime Guzmán. Identificado con el movimiento apostólico Schoenstatt, está casado con la abogada Pía Adriasola y es padre de nueve hijos. En 2016 abandonó la UDI alegando un distanciamiento del partido respecto de sus principios originales y, como independiente, participó en las presidenciales de 2017. Entonces impulsó propuestas como reforzar la frontera con Bolivia para frenar el narcotráfico, instaurar profesores de religión en todas las escuelas públicas e indultar a condenados por violaciones de derechos humanos durante la dictadura, declaraciones que lo posicionaron como referente de un espacio emergente de derecha radical.

Ese sector tomó forma en 2019 con la creación del Partido Republicano, con el que Kast compitió en 2021. Su programa incluía la reducción del tamaño del Estado, revertir la ley de aborto en tres causales y eliminar el Ministerio de la Mujer. Aunque comenzó a matizar sus referencias a la dictadura, mantuvo un ideario conservador que lo llevó a imponerse en primera vuelta con el 27,8% de los votos, antes de ser derrotado por Gabriel Boric en el balotaje. Su papel en redes internacionales de derecha se ha fortalecido desde entonces: presidió la Political Network for Values entre 2022 y 2024 y ha participado en eventos como la CPAC o el congreso de Vox en Madrid, donde ha coincidido con líderes como Santiago Abascal, Javier Milei, Viktor Orbán o Giorgia Meloni.

Su reconocimiento temprano de la derrota en 2021 alimentó la percepción de que, a diferencia de algunos referentes internacionales de ultraderecha, mantiene un compromiso básico con la institucionalidad democrática. Sin embargo, expertos advierten que un eventual triunfo podría tensionar equilibrios republicanos. Según Cristóbal Rovira, académico del Instituto de Ciencia Política de la Universidad Católica, el riesgo no proviene de rupturas abruptas, sino de un desgaste paulatino de normas y acuerdos tácitos. Ejemplos recientes, como la solicitud a Boric de renunciar a beneficios como expresidente, muestran —según Rovira— una disposición a desafiar reglas informales que estructuran la convivencia institucional.

Otro punto de atención es el margen de maniobra que tendrían Kast y su equipo en temas sensibles sin necesidad de cambios legislativos. El propio candidato ha enfatizado que mantiene sus convicciones en asuntos valóricos, pese a no destacarlos en su campaña. Especialistas señalan que, mediante regulaciones administrativas, un gobierno republicano podría limitar la implementación de políticas como el aborto en tres causales, aun sin mayoría en el Congreso. En caso de que la derecha obtenga un control parlamentario amplio, también podría aumentar la presión para reabrir debates sobre la agenda moral, desafiando la cohesión entre las distintas corrientes del sector.

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