Sanae Takaichi, política de 64 años y exministra de Seguridad Económica, ganó las elecciones internas del Partido Liberal Democrático (PLD). Con esta votación, se convirtió en la primera mujer en liderar el partido gobernante, lo que la coloca como favorita para asumir el cargo de Primera Ministra.
La investidura parlamentaria de Takaichi podría celebrarse alrededor del 15 de octubre, ya que el PLD mantiene la mayoría legislativa necesaria para respaldar su nombramiento. Japón nunca ha tenido a una mujer al frente del Ejecutivo, por lo que el ascenso de Takaichi marcaría un momento inédito en la política nacional.
El resultado de la elección interna se definió en segunda vuelta frente a Shinjiro Koizumi, ministro de Agricultura. Takaichi obtuvo 185 votos, mientras que Koizumi alcanzó 156. El apoyo de los legisladores del PLD y de los capítulos prefecturales fue determinante en su victoria.
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Contexto de género en Japón
El ascenso de Takaichi ocurre en un país que ocupa una posición baja en los índices internacionales de igualdad de género. El Foro Económico Mundial ubicó a Japón en el puesto 118 de 146 países en sus reportes de 2024 y 2025, la calificación más baja entre las naciones del G7.
Los especialistas señalan que estas cifras reflejan la influencia de estructuras patriarcales heredadas de siglos anteriores. El sistema familiar IE, basado en principios confucianos, colocaba al hombre como autoridad central y dejó un legado cultural que todavía impacta la vida pública.
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En la política actual, la representación femenina es limitada. En la Cámara de Representantes, las mujeres ocupan alrededor del 15% de los escaños. En el gabinete en funciones previo a la elección, solo dos ministras integraban un total de veinte carteras.
El PLD, que Takaichi dirigirá, atraviesa además un periodo de inestabilidad. Ella se convierte en la tercera líder del partido en poco más de un año, tras la dimisión de sus dos predecesores.
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Posturas y compromisos de Takaichi
Takaichi mantiene posiciones sociales conservadoras que incluyen la oposición a la reforma de la ley del siglo XIX que obliga a las parejas casadas a compartir el mismo apellido. En la práctica, esta norma provoca que la mayoría de las mujeres adopten el apellido del esposo.
Durante su campaña, Takaichi declaró que conformará un gabinete con una proporción de ministras similar a la de los países nórdicos. Estos países figuran entre los referentes internacionales en paridad de género.
Su prioridad inmediata será reconstruir la unidad del PLD tras la pérdida de mayoría en ambas cámaras del Parlamento. También deberá responder a retos como la inflación y el envejecimiento de la población.
El futuro del partido bajo su liderazgo apunta hacia la reafirmación de políticas económicas expansivas y la posible continuidad de la agenda marcada por el fallecido exprimer ministro Shinzo Abe, de quien Takaichi fue cercana colaboradora.
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Implicaciones históricas
El nombramiento de Takaichi como líder del PLD y su previsible designación como primera Ministra representan un hito en la política japonesa, al romper una barrera que hasta ahora había impedido la llegada de una mujer al cargo más alto del Ejecutivo.
El impacto de este hecho se mide en el contraste entre la baja representación femenina en Japón y el simbolismo de ver a una mujer en la jefatura de gobierno. El país estableció como meta que el 30% de los puestos de liderazgo sean ocupados por mujeres en 2030, aunque todavía se encuentra lejos de esa cifra.
La elección de Takaichi coloca en el centro del debate la relación entre tradición política, representación femenina y transformaciones sociales. La expectativa gira en torno a si este cambio abrirá un nuevo rumbo en la política de género o si se mantendrá la estructura conservadora que ha caracterizado al sistema político japonés.
VGB