Una semana después de su investidura, la nueva primera ministra japonesa Sanae Takaichi ha superado con éxito su primer gran desafío diplomático: ganarse la confianza del presidente estadounidense Donald Trump y reafirmar la alianza entre Japón y Estados Unidos. En una reunión celebrada en el palacio de huéspedes de Akasaka, ambos líderes proclamaron el inicio de una “nueva era dorada” en la relación bilateral y suscribieron un acuerdo de cooperación sobre minerales críticos y tierras raras, sectores estratégicos para la economía global.
Trump elogió a su homóloga japonesa y predijo que será “una de las más grandes primeras ministras”, mientras describió a Japón como un “aliado al máximo nivel”. Para Takaichi, de 64 años, este encuentro no solo simboliza la continuidad del legado de su mentor, Shinzo Abe, sino también la reafirmación de la relevancia geopolítica de Tokio en el escenario internacional.
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Cooperación económica y seguridad energética
Según un comunicado difundido por la Casa Blanca, ambos gobiernos acordaron mantener un diálogo estratégico sobre la inversión de 550.000 millones de dólares que Japón planea realizar en Estados Unidos. A cambio, se preservará el nivel actual de aranceles, del 15%, por debajo del 25% inicialmente propuesto por Washington.
El texto conjunto destaca el compromiso mutuo de “reforzar la prosperidad global” mediante la colaboración económica, tecnológica y energética. El secretario de Comercio estadounidense, Howard Lutnick, adelantó que se impulsarán proyectos en energía, inteligencia artificial, construcción naval y reactores nucleares avanzados, áreas que podrían involucrar a empresas japonesas como Mitsubishi y Toshiba.
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Energía nuclear y transición estratégica
De acuerdo con Reuters, Japón y Estados Unidos estudian construir de forma conjunta reactores nucleares de nueva generación AP1000 y reactores modulares pequeños (SMR), con el fin de fortalecer la seguridad energética del archipiélago. La energía nuclear, pilar central en la agenda de Takaichi, busca reducir la dependencia de importaciones y reactivar la industria tras el desastre de Fukushima en 2011, que dejó más de 18.000 víctimas.
El segundo eje del encuentro bilateral fue la firma de un marco de cooperación sobre minerales estratégicos, clave para la transición energética y la industria tecnológica. Según fuentes citadas por Reuters, Tokio y Washington identificarán en los próximos seis meses proyectos prioritarios en imanes, baterías y reservas estratégicas, además de financiar nuevas explotaciones mineras.
El objetivo es diversificar las cadenas de suministro y reducir la dependencia de China, país que actualmente domina el mercado global de tierras raras. En 2023, Japón logró disminuir su cuota de importaciones desde China al 60%, frente al 90% registrado una década atrás, según datos del Ministerio de Economía, Comercio e Industria de Japón (METI).
Contexto regional y repercusiones diplomáticas
Contexto: La gira asiática de Trump, centrada en los minerales críticos y el comercio, continuará esta semana con una reunión con Xi Jinping en Corea del Sur. Washington busca que Pekín retrase las nuevas restricciones a la exportación de estos materiales, con el fin de allanar el camino hacia una tregua comercial más duradera entre ambas potencias.
Durante la visita a Tokio, Takaichi rindió homenaje al legado de Shinzo Abe, obsequiando a Trump un palo de golf que perteneció al ex primer ministro y una mochila firmada por el golfista Hideki Matsuyama. Estos gestos simbólicos buscan fortalecer su liderazgo interno en un Parlamento en el que su coalición aún no alcanza la mayoría absoluta.
Defensa, disuasión y seguridad regional
En el ámbito de la seguridad, Takaichi reafirmó su intención de reformar la Constitución pacifista japonesa y elevar la inversión en defensa hasta el 2% del PIB. Trump celebró los nuevos pedidos de equipamiento militar estadounidense y aseguró que el intercambio comercial entre ambos países será “más fuerte que nunca”.
Paralelamente, el ministro de Exteriores japonés, Toshimitsu Motegi, y el secretario de Estado estadounidense, Marco Rubio, acordaron reforzar las capacidades de disuasión conjunta frente a las crecientes tensiones con Corea del Norte, China y Rusia.
La jornada concluyó en la base naval estadounidense de Yokosuka, a 50 kilómetros de Tokio, donde ambos líderes visitaron el portaviones USS George Washington, buque insignia de la Séptima Flota. Ante más de 6.000 marineros, Takaichi agradeció el papel de las tropas en la defensa de Japón y del Indo-Pacífico. Trump, por su parte, la presentó como “una ganadora”, sellando así una jornada que marca el comienzo de una nueva etapa estratégica entre los dos aliados más poderosos del Pacífico.
AJA
