REFUGIADOS EN EU

Trump impulsa programa de refugiados con sesgo racista: New York Times

El gobierno de Trump prepara una reforma al sistema de refugiados que reduce su alcance y da prioridad a grupos blancos y angloparlantes, mientras intensifica las redadas contra migrantes latinoamericanos

Política para refugiados en EU.Trump busca aceptar solo a blancos y angloparlantes Créditos: Istockphoto | Ilustrativa
Escrito en MUNDO el

La administración de Donald Trump analiza una modificación profunda del sistema de reasentamiento de refugiados, según documentos obtenidos por The New York Times. El plan plantea un cambio estructural que restringe el número de beneficiarios y redefine los criterios de aceptación bajo parámetros ideológicos y culturales.

Los materiales revisados por el medio indican que las agencias federales propusieron “transformar un programa de décadas de antigüedad destinado a ayudar a las personas más desesperadas del mundo en otro que se ajuste a la visión de Trump sobre la inmigración, que consiste en ayudar sobre todo a personas blancas que dicen estar siendo perseguidas, mientras se mantiene fuera a la inmensa mayoría de las demás personas”.

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De acuerdo con el reporte, el nuevo esquema reduciría el programa a 7,500 plazas, frente al límite de 125,000 vigente durante el gobierno de Joe Biden. El objetivo principal sería, según los documentos, “dar preferencia a los angloparlantes, a los sudafricanos blancos y a los europeos que se oponen a la migración.

Preferencias y criterios ideológicos

Los documentos describen una serie de grupos priorizados. Entre ellos destacan los afrikáneres, minoría blanca de Sudáfrica que en el pasado administró el sistema de segregación racial. Trump sostuvo que este grupo sufre persecución, una afirmación que funcionarios sudafricanos desmintieron públicamente.

El plan también aconseja otorgar prioridad a europeos “objeto de ataques por la expresión pacífica de opiniones en internet, como la oposición a la inmigración masiva o el apoyo a partidos políticos populistas”. Esta formulación, según el diario, alude a organizaciones políticas nacionalistas de Europa central y del norte.

La justificación del rediseño, de acuerdo con los mismos documentos, se fundamenta en un argumento demográfico. Uno de los textos cita que “el fuerte aumento de la diversidad ha reducido el nivel de confianza social esencial para el funcionamiento de un sistema político democrático”. Bajo esa premisa, el gobierno debería recibir solo a “refugiados que puedan asimilarse plena y adecuadamente”.

La reducción de la diversidad como meta

El New York Times señala que las propuestas reflejan una visión de país sustentada en criterios étnicos y culturales. Una exfuncionaria del Departamento de Estado, Barbara Strack, comentó al diario que el proyecto “refleja una idea preexistente entre algunos miembros del gobierno de Trump sobre quiénes son los verdaderos estadounidenses”. Añadió que “creen que son las personas blancas y cristianas”.

El programa, según los analistas consultados, concentraría los beneficios en grupos definidos como culturalmente afines, mientras restringe las solicitudes de refugiados provenientes de regiones en conflicto de África, Medio Oriente y América Latina. El cambio implicaría la sustitución de criterios humanitarios por afinidades políticas e identitarias.

Además, los documentos internos recomiendan evitar “la concentración de ciudadanos no nativos”, una formulación que, según los funcionarios citados, busca reducir los flujos migratorios hacia zonas urbanas diversas del país.

Migrantes trabajadores del campo no aprobados por Trump: Istockphoto | Ilustrativa 

Contraste con la política interior

Contexto: mientras se discuten estos ajustes en la política de refugiados, el gobierno de Trump mantiene operativos de detención y deportación contra migrantes indocumentados dentro del territorio estadounidense. Las redadas se concentran en “ciudades santuario” como Los Ángeles, Chicago y Nueva York, donde el Departamento de Seguridad Interior ejecuta acciones dirigidas a realizar el “programa de deportaciones masivas más grande de la historia”, según declaraciones oficiales.

Empresarios del sector agrícola, de la construcción y de la manufactura reportan escasez de mano de obra derivada del temor a los operativos. La Reserva Federal ha documentado que trabajadores migrantes dejan de acudir a sus empleos por miedo a ser detenidos, lo que provoca retrasos y costos más altos para las empresas.

Un freno económico imprevisto

La presión sobre la fuerza laboral llevó a un cambio parcial en la estrategia. Fuentes federales informaron que el propio presidente instruyó a los agentes de inmigración a reducir las redadas en centros de trabajo, luego de reconocer que los operativos afectaban a “trabajadores muy buenos y de mucho tiempo” difíciles de reemplazar.

Aun con esa pausa, la política de control migratorio continúa activa en el interior del país. Las comunidades indocumentadas mantienen rutinas restringidas y temor constante. En los sectores productivos dependientes de trabajadores extranjeros, la falta de personal agrava los problemas de producción y distribución.

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Un rediseño demográfico en curso

El conjunto de medidas, tanto en la política exterior como en la interior, apunta hacia una transformación del sistema migratorio estadounidense bajo parámetros de homogeneidad cultural. El rediseño del programa de refugiados, orientado a la selección de grupos europeos y angloparlantes, se desarrolla de forma paralela a la persecución interna de la mano de obra extranjera que sostiene buena parte de la economía del país.

VGB