DÍA DE RECUERDO DEL HOLOCAUSTO

Sobrevivientes de Auschwitz alertan por resurgimiento del antisemitismo

La mayoría de las víctimas fueron judíos de diversas partes de Europa, además de gitanos, polacos y rusos

Créditos: Crédito: United States Holocaust Memorial Museum
Escrito en MUNDO el

En la conmemoración por el aniversario 80 de la liberación del campo de exterminio de Auschwitz, supervivientes del Holocausto llamaron la atención por el resurgimiento del antisemitismo y el discurso de odio en el mundo.

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Sobrevivientes del campo en el que fueron masacradas más de un millón de personas pronunciaron discursos frente a dos mil 500 personas y medio centenar de jefes de Estado y de Gobierno, diplomáticos y representantes de países y organizaciones internacionales, que acudieron a la conmemoración.

Marian Turski, del Consejo Internacional de Auschwitz, alertó ante el “auge del antisemitismo”, un sentimiento que “llevó al Holocausto” y las teorías de la conspiración que culparon a grupos sociales, como los judíos, de los males del mundo.

Otra de las supervivientes, Janina Iwanska, nacida en 1930, instó a Europa a “no dejarse llevar por locuras” como las ocurridas en la Segunda Guerra Mundial y que terminaron en el Holocausto.

Alertó de que “no se debe perder de vista que un caos así puede ocurrir en cualquier lugar”.

A su vez, Tova Friedman, de 86 años, destacó que hay que despertar “la conciencia colectiva para transformar la violencia, la ira, el odio y malignidad que tan poderosamente ha atrapado a la sociedad en un mundo más humano y justo antes de que estas fuerzas negativas destruyan” al mundo.

Friedman, que fue una de las personas más jóvenes en salir viva de Auschwitz, alertó igualmente ante el antisemitismo que hay en la actualidad, mientras que Leon Weintraub, que cumplió 99 años este mes, urgió a ser sensibles a todas las expresiones de intolerancia y resentimiento hacia los que son diferentes y pidió tomar en serio "lo que predican los enemigos de la democracia".

“Debemos evitar los errores de los años treinta, cuando el mundo no se tomó en serio los planes del régimen nazi”, concluyó.

Encuentro con el horror

La tarde del 27 de enero de 1945, una unidad del Ejército Rojo de la Unión Soviética, avanzó sobre la ciudad de Oswiecim, en Polonia, tras derrotar a tropas del ejército alemán.

 

Durante su recorrido se encontraron con un campo cercado con alambre de púas en el que se percibían algunos edificios. Al aproximarse vieron torres de vigilancia y lentamente percibieron a algunas figuras, cubiertas con harapos y uniformes blancos con rayas verticales. 

Los soviéticos que avanzaban hacia Alemania no alcanzaban a imaginar el hallazgo. A cinco años de abrirse, en ese espacio, Auschwitz, habían muerto un millón 100 mil personas, la mayoría judíos de diversas partes de Europa, además de gitanos, polacos y rusos.

Unos 15 mil soviéticos prisioneros de guerra habían sido asesinados ahí, igual que alrededor de 70 mil polacos, entre ellos había soldados que se resistieron al ejército alemán y otros catalogados como enemigos de los nazis.

El millón restante se componía de judíos, niños ancianos y mujeres que fueron envenenados en las cámaras de gas, muchos de ellos en cuanto bajaron de los trenes que los transportaron desde los lugares que ya dominaban los nazis.

De acuerdo con estimaciones del Museo Auschwitz, creado en 1947 para dejar testimonio del horror que vivieron miles de personas y los crímenes que cometió el régimen de Adolf Hitler, un millón 300 mil personas fueron enviadas al campo.

Sólo 200 mil de ellas sobrevivieron, el resto fue asesinada en las cámaras, fusiladas por guardias, a golpes, o murieron por desnutrición y enfermedades causadas por el trabajo excesivo, la mala alimentación o el rigor del invierno polaco.

Ivan Martinushkin, líder de la unidad que llegó primero al campo, contó hace unos años lo que sus tropas encontraron en Auschwitz.

“Vimos a personas pálidas, casi en los huesos, exhaustos, con la piel ennegrecida. Tenían ropas distintas, unos sólo estaban en bata, otros estaban cubiertos con sábanas”. Aunque casi ninguno sonreía, sus ojos mostraban que se daban cuenta de que su liberación había llegado, relató Martinushkin a Radio Europa Libre en 2015.    

“Estábamos acostumbrados al olor a humo y hollín desde el comienzo de la guerra, pero aquí había un penetrante olor a humo, un hedor especial”, dijo Martinushkin, el único sobreviviente del grupo que liberó el campo.

El olor procedía de los crematorios en los que se quemaba a los prisioneros y que fue destruido por los nazis unos días antes, cuando se percataron de que su derrota era inminente y trataron de borrar las huellas de los crímenes cometidos.

Crédito: United States Holocaust Memorial Museum

Exterminio y trabajo

Auschwitz-Birkenau fue el mayor de los campos de trabajo y exterminio que se extendieron en los territorios dominados por los nazis.

Comenzó a construirse en 1940 y se usó inicialmente para eliminar a polacos, a quienes el régimen consideraba sus enemigos políticos.

Cuando el régimen nacionalsocialista llegó al poder en 1933 comenzó la discriminación a los judíos. Sus negocios y propiedades a menudo sufrieron ataques y algunos fueron incautados por el gobierno de Hitler.

A partir de 1941, tras los primeros éxitos militares como la invasión a Polonia, Francia, Holanda, Bélgica, entre otros países, Hitler puso en marcha su política de eliminación de los judíos llamada “la solución final”.

Auschwitz tuvo un papel fundamental para poner en marcha esa política. El que inicialmente era un campo de concentración y trabajo se extendió hasta ocupar unas 50 hectáreas cuadradas.

Además del campo principal se construyó otro en la población cercana de Brzezinka (Birkenau) y uno más en Monowice (Monowitz); en el segundo se encontraban las cámaras de gas y crematorios, mientras en el tercero los prisioneros trabajaban como esclavos para las empresas del Tercer Reich encabezado por Hitler.

Exterminio sistemático

La cuenta del Museo en la red social X diariamente publica breves historias de víctimas  asesinadas en Auschwitz. Las fotos de mujeres, niños menores de cinco años, ancianos, hombres relatan su año de nacimiento, la fecha de llegada al campo y el tiempo que pasaron ahí.

Los imágenes muestran a artesanos, profesores, empresarios, amas de casa y niños, cientos de niños asesinados sólo por ser judíos. Llegaron de Holanda, Hungría, Bielorrusia, Ucrania, Alemania, Francia, Italia, en general, de todos los territorios dominados por los nazis

De acuerdo con los registros de los propios alemanes, entre 1940 y 1942 la mayoría de los deportados eran polacos. A partir de 1942, la mayoría de quienes llegaron eran judíos: en ese año arribaron 197 mil personas; en 1943, 270 mil; en 1944 más de 600 mil.

Cuando los prisioneros llegaban eran separados por género. Los niños se quedaban con sus madres y se les colocaba en barracas separadas.

Primero se les quitaba la ropa, eran enviados a las duchas y posteriormente se les tatuaba en el brazo el número de registro.

De acuerdo con su condición de salud se decidía si eran enviados a trabajar para las empresas alemanas que tenían instalaciones en el campo, a la cocina o labores de limpieza. El destino de los otros eran las cámaras en las que se les asesinaba con gas venenoso.

Conmemoración por aniversario

El Museo de Auschwitz-Birkenau celebrará este lunes el 80 aniversario de la liberación en un acto conmemorativo en el que participarán 59 delegaciones encabezadas por jefes de Estado, de gobierno, ministros y otras autoridades.

En el aniversario, los responsables del museo, encargado de preservar la memoria del Holocausto y las atrocidades de la Segunda Guerra Mundial, quieren dar protagonismo a los 50 supervivientes del campo de exterminio que se sumarán a los homenajes previstos para un día en el que sólo tomará la palabra un político, el presidente polaco Andrzej Duda.

Al margen de esa intervención, en el principal acto conmemorativo, la organización ha decidido que, por primera vez desde que se celebran los aniversarios de la liberación, no haya discursos de líderes políticos y las palabras que se escuchen sean las de los supervivientes, personas cuyos testimonios son cada vez más escasos debido al paso del tiempo.

¿Por qué recordar el horror?

Desde 2005 la Organización de las Naciones Unidas designó el 27 de enero como el Día Internacional de Conmemoración de las Víctimas del Holocausto. El objetivo de esa designación, es educar sobre las causas, las consecuencias y la dinámica de loscrímenes contra judíos y minorías durante la Segunda Guerra Mundial, así como a fortalecer la resistencia de los jóvenes contra las ideologías de odio.

Einat Eiger Kranz, embajadora de Israel en México, no duda en calificar lo ocurrido en el campo de concentración como uno de los capítulos más oscuros de la historia.

“El Holocausto no fue sólo una tragedia para el pueblo judío, sino para toda la humanidad. Conmemorar este día es esencial, no solo para honrar la memoria de los seis millones de judíos que perecieron, sino también para reafirmar nuestro compromiso de combatir el odio, la intolerancia y el antisemitismo en todas sus formas”.

El recuerdo del Holocausto y los crímenes en Auschwitz también deben provocar la reflexiónsobre los desafíos actuales que enfrenta la humanidad.

“Debemos luchar juntos contra las fuerzas de terror y odio, y proteger los valores de la paz, la dignidad, la diversidad y la coexistencia, para asegurar que tales atrocidades nunca se repitan. Debemos garantizar que las lecciones de la historia no sean olvidadas”.

Primo Levi, escritor italiano que vivió en el campo de exterminio, dedicó buena parte de su obra a relatar las atrocidades que sufrió y de las que fue testigo.

Su obra “Si esto es un hombre” está catalogada como uno de los relatos más importantes del siglo XX. En la introducción traza el contraste entre la vida cotidiana y el prisionero despojado no sólo de su libertad, sino también de todos sus rasgos de humanidad.

(Con información de EFE)

Si esto es un hombre

Los que viven seguros

En sus casas tibias

Los que al volver por la tarde se encuentran

La comida caliente y los rostros amigos:

Piensen si es un hombre

Quien trabaja en el fango

Quien no conoce la paz

Quien lucha por la mitad de un panecillo

Quien muere por un sí o por un no

Piensen si es una mujer

Quien no tiene cabellos ni nombre

Ni fuerzas para recordarlo

Vacía la mirada y frío el regazo

Como una rana invernal

Piensen que esto ha sucedido:

Les encargo estas palabras.

Grábenlas en sus corazones

Al estar en casa, al ir por la calle,

Al acostarse, al levantarse;

Repítanlas a sus hijos.