El Ministerio de Salud de Perú (Minsa) hizo una declaratoria polémica y regresiva para la comunidad LGBTTTIQ+ en vísperas de conmemorarse los 34 años desde que la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud (OMS) eliminó por completo la homosexualidad de la lista de Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE), reconocimiento que llevó a más de 130 países a instituir el Día Internacional contra la Homofobia, Transfobia y Bifobia, en 2005; hoy, Perú vuelve a considerar diagnósticos caducos y retrógradas en su categorización de "salud mental".
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Y es que el gobierno de Dina Boluarte publicó este viernes el decreto supremo N° 009-2024-SA, que minimiza la lucha de la comunidad LGBTTTIQ+ al considerar que "por sus cambios de identidades sufren problemas de salud mental".
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Aunque colectivos han rechazado esta modificación y el dictamen generó cientos de críticas a nivel mundial, el Ministerio de Salud justificó el cambio con el argumento de que, con esta actualización, se garantiza una cobertura de atención completa en salud mental e, incluso, en su último comunicado, sostienen que la diversidad de género y sexual no son enfermedades ni trastornos, pero no retroceden en el ejercicio de la nueva metodología de salud en el tratamiento.
"El Minsa reafirma categóricamente el respeto de la dignidad de la persona y su libre accionar en el marco de los derechos humanos, brindando servicios de salud en su beneficio", dicen, mientras esperan que entre en vigencia el decreto de manera progresiva en todo el país.
Perú retrocede en derechos humanos
Con la firma de la presidenta Dina Boluarte, el Ministerio de Salud de Perú actualizó el Plan Esencial de Aseguramiento en Salud (PEAS) con una lista amplia y detallada de las condiciones, intervenciones y atenciones que son financiadas por el Estado a los asegurados que buscan atención en centros de salud públicos y privados.
Sin embargo, estos incluyen diagnósticos en la categoría de trastornos mentales y del comportamiento que desde 2022 no son reconocidos en el mundo y que se basan en la caduca décima versión de la Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades (CIE-10). Ahora queda asentado "el transexualismo, el transvestismo de rol dual, el trastorno de la identidad de género en la niñez, otros trastornos de la identidad de género, el transvestismo fetichista y la orientación sexual egodistónica" como parte de los "problemas de salud mental" del sistema de salud.
Asimismo, un término preocupante para analistas internacionales fue el de transexualidad, que revivió en este documento como una "incongruencia de género" asociada con los temas de salud sexual.