Pese a la interrupción de un grupo de manifestantes, quienes alegan que el nuevo Pacto de Migración y Asilo de la Unión Europea “mata”, el Parlamento Europeo decidió este jueves aprobar dicho pacto, que dará pie al establecimiento de una política común para el control de las fronteras exteriores de la Unión Europea. Con este acuerdo, se homogenizará el marco regulatorio para la migración en todos los países miembros de la Unión.
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La aprobación del pacto, el cual fue aprobado en una primera instancia el pasado mes de diciembre, se da tras un intenso debate que confrontó las posturas políticas de la derecha (liberalismo) e izquierda (socialismo). Esto últimos, mostrándose en desacuerdo con la composición final del texto, el cual, consideran violatorio de derechos humanos, por lo que votaron en contra.
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Al respecto, la representante de Suecia, Malin Björk, ha declarado que, con este nuevo pacto migratorio, el derecho al refugio quedará desmantelado y habrá más pactos con Estados totalitarios”.
Por su parte, algunos políticos socialistas como el español Juan Fernando López Aguilar, presidente de la Comisión de Libertades Civiles, Justicia e Interior del Parlamento Europeo, se han mostrado poco convencidos con el pacto, sin embargo, han votado a favor de su aprobación. Según declaró, decidió votar los la aprobación del pacto porque, el Parlamento Europeo asumir la responsabilidad de tomar decisiones” en la materia, además de que “la alternativa es peor”.
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Por su parte, organizaciones humanitarias se han pronunciado en contra del nuevo Pacto de Migración y Asilo de la Unión Europea por considerar que este tendrá “efectos devastadores” a los miles de personas que migran a Europa, principalmente desde medio oriente, en busca de una mejor vida, alejada de la guerra y el hambre, situaciones de las que, en parte, Europa es responsable.
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¿De qué trata el Pacto de Migración y Asilo de la Unión Europea?
Entre otras cosas, el nuevo Pacto de Migración y Asilo de la Unión Europea, el cual pretende homogeneizar el marco regulatorio para la recepción de migrantes provenientes de los países fronterizos a la Unión, dará pie a los países con gobiernos antinmigrantes rechazar la recepción de refugiados provenientes, principalmente de medio oriente.
Hasta ahora, los miles de migrantes que llegaban a diario a la Unión Europea a través del mar rojo y el mediterráneo, entre otras rutas, en busca de mejorar sus condiciones de vida, la cual, en sus países de origen estaba marcada por la guerra y el hambre, eran repartidos entre los países de la Unión con el propósito de evitar la saturación de los países fronterizos como Francia, Italia y España, entre otros.
Así, parte de los migrantes que llegaban a Italia, por ejemplo, eran enviados a países como Alemania y Polonia, donde serían reubicados en campos de concentración. Precisamente, estos países figuran entre los que más se oponían a esta política de repartición de migrantes y, por tanto, impulsaron la aprobación del nuevo pacto migratorio, el cual, les permitirá rechazar migrantes a cambio de una cierta cantidad de dinero como compensación, la cual, será destinada al Fondo de Asilo y de Migración.
En concreto, el acuerdo plantea la reubicación de 30,000 migrantes, de países en primera línea como España e Italia a países del interior como Alemania y Polonia, los cuales podrán rechazar la recepción de dichos migrantes a cambio de un pago de 200,000 euros por migrante rechazado, además de apoyo técnico y operativo en caso de que los países saturados de migrantes lo soliciten.
Otra medida del pacto migratorio es el establecimiento de límites más cortos para el rechazo de solicitudes de asilo y los procedimientos de retorno. Con esto, los países podrán deportar migrantes en un periodo de 12 semanas desde el momento del rechazo de la solicitud de asilo, y en situaciones de crisis, el periodo podrá ser ampliable en 6 semanas.
Además, los países establecerán estándares similares para la aprobación de las solicitudes de asilo, para la cual se tomará en cuenta el país de origen del migrante. Los migrantes también serán sometidos a procesos de toma de datos biométricos (huellas dactilares y reconocimiento facial) y controles de salud y seguridad. Y serán incluidos en un registro de migrantes irregulares por un periodo de 10 años, en los cuales verán limitados sus derechos.
Este pacto ha sido tachado por organizaciones humanitarias como violatorio de derechos humanos, por lo que piden a los países no aplicar las normas aprobadas por el Parlamento Europeo.
VGB