La candidata por la designación republicana para las próximas elecciones presidenciales de Estados Unidos, Nikki Haley, abandonó este miércoles 6 de marzo la contienda, dejando así el camino libre a Donald Trump como virtual candidato del partido; sin embargo, dejó en claro que no lo respaldaría ante sus seguidores.
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Luego del rotundo triunfo del expresidente en el Supermartes, la republicana dio fin a su campaña electoral, dejando la vía libre al magnate en su camino por regresar a la Casa Blanca, pues el Comité Nacional Republicano (RNC, por sus siglas en inglés) lo ha reconocido formalmente como su único representante en las boletas.
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"Estoy llena de gratitud por el gran apoyo que hemos recibido de todo nuestro gran país, pero ahora ha llegado el momento de suspender mi campaña. Dije que quería que se escuchara la voz de los estadounidenses. Lo he hecho. No me arrepiento", dijo Haley en Carolina del Sur.
Fue toda una serie de derrotas en primarias del Partido Republicano lo que la orilló a dejar la contienda y aceptar los resultados; sin embargo, esto no quiere decir que apoyará a Trump en las elecciones. “Tendrá que ganarse a mis seguidores”, fue su declaración.
"Ahora le corresponde a Donald Trump ganarse el voto de aquellos dentro y fuera de nuestro partido que no lo apoyaron. Y espero que lo haga", añadió.
Se acerca Trump cada vez más a la Casa Blanca
Tras su renuncia, Nikki Haley advirtió a los estadounidenses sobre los problemas que se avecinan y los que ya se enfrentan a nivel global.
"El mundo está en llamas", expuso al señalar la amenaza de la deuda nacional y la importancia de apoyar a Ucrania en la guerra contra Rusia y Vladímir Putin.
Aunque adelantó que no respalda su discurso ni su campaña política, en general, pidió a Trump que se gane a los votantes que la respaldaban y los lleve a las urnas en noviembre.
Y es que, la ex embajadora de Estados Unidos ante las Naciones Unidas se desmoralizó al ver cómo la base republicana demostraba una lealtad sólida hacia el expresidente. Aunque Haley logró ganar en Vermont y el Distrito de Columbia, sus victorias no se tradujeron en un número significativo de delegados, lo que llevó a su retirada de la carrera presidencial.
La retirada de Haley refleja la marcada influencia de Trump en el Partido Republicano, a pesar de las críticas y las especulaciones sobre su viabilidad en una contienda presidencial y los diversos procesos judiciales que enfrenta a la par de su campaña.