Este lunes se cumplen 22 años del peor ataque terrorista en la historia de Estados Unidos, cuando la mañana del 11 de septiembre de 2001, dos aviones se estrellaron en las Torres Gemelas de Nueva York, uno en el Pentágono y otro más en Pensilvania, dejando 2 mil 996 muertos y más de 25, 000 heridos.
En la zona cero se dio un homenaje a donde acude la vicepresidenta Kamala Harris, quien estuvo en el memorial de Nueva York, acompañada del alcalde Eric Adamas y la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul.
El evento realizado en donde se ubicaban las Torres Gemelas no incluyó comentarios de figuras políticas, sino que se ofreció el podio a los familiares de las víctimas para una lectura de los nombres de los muertos durante una hora.
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Este año, el presidente Joe Biden tendrá que realizar la conmemoración del 11-S en la base militar Elmendorf-Richardson, en Anchorage, Alaska donde llegará el mandatario luego de un largo viaje tras participar en la reunión del G20.
Será la primera vez que un presidente de Estados Unidos no estará en Washington, Nueva York o Pensilvania, donde se estrellaron algunos de los aviones secuestrados por terroristas.
Identifican los restos de dos víctimas del 11-S
A dos décadas del devastador atentado del 11-S en Estados Unidos, los restos de dos personas que murieron en el derrumbe de del World Trade Center fueron identificados mediante un novedoso método de análisis de ADN. Las identidades de los dos víctimas un hombre y una mujer no se han hecho públicas a petición de sus familiares.
De las casi tres mil personas que perdieron la vida tras el colapso de las dos Torres Gemelas de Nueva York hasta la fecha se han logrado identificar los restos de mil 649, esto gracias a los trabajos de la Oficina del Médico Forense de Nueva York.
Con ello quedan mil 104 víctimas cuyos restos mortales no han sido identificados, aunque se tiene constancia de que fallecieron en los atentados. El proceso de identificación es terriblemente lento y complicado. Las dos cuerpos identificados anteriormente datan de 2021.
La identidad de las dos últimas víctimas fue posible gracias al uso de tecnología de secuenciación de próxima generación, más sensible y rápida que las técnicas de ADN convencionales.