Desde que Corea del Norte cerró sus fronteras en 2020 para hacer frente a la pandemia de Covid-19, cada vez más habitantes tienen miedo a morir de hambre, pues las importaciones de bienes básicos disminuyeron provocando una crisis de pobreza y hambruna en ese país. Pero a pesar de que millones viven de esta manera, el líder norcoreano Kim Jong Un quiere aumentar la tasa de natalidad.
Fue durante la Reunión Nacional de Madres de Corea del Norte cuando un emotivo Kim Jong Un dijo que “detener la disminución de las tasas de natalidad y proporcionar un buen cuidado y educación infantil” eran asuntos que se debían resolverse en conjunto con las madres del país. Y es que, en los últimos años, la tasa de fertilidad pasó de 1.88 en 2014 a 1.79 en 2022, de acuerdo con estimaciones del gobierno de Corea del Sur.
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Actualmente se estima que la población en Corea del Norte asciende a 25.7 millones de personas y se espera que para 2070 baje a un total de 23.7 millones, según un informe de Hyundai. Pero si la vida ya era de por si difícil en un país que se ha caracterizado por su aislamiento al mundo, después de la pandemia de Covid-19 las condiciones empeoraron cada vez más.
En junio de este año, la BBC realizó una serie de entrevistas exclusivas a habitantes de Corea del Norte que denuncian las condiciones en las que viven, que incluso podrían ser peores que en la década de 1990, cuando el país registró una crisis de hambruna que mató a cerca de 220 mil personas, según cifras reveladas por el gobierno norcoreano. Los testigos, que hablaron con el medio británico en calidad de anonimato, decían que conocían casos de familias que habían muerto de hambre.
Más vigilancia
Pero no solo es la crisis de hambruna y la pobreza a la que se enfrentan los habitantes de Corea del Norte, también está un aumento en el control que ejerce el gobierno sobre ellos. Uno de los testigos le contó a la BBC antes de se anunciara la reapertura de la frontera, que se habían registrado ejecuciones a puerta cerrada como castigo a quienes intentaran escapar del país. Antes de la pandemia, el gobierno de Corea del Sur estimaba que unas 1,000 personas huían del país, pero durante el cierre, era mucho más difícil escapar.
Y aunque el gobierno de Corea del Norte implementó un programa de beneficios para las familias de tres o más hijos que incluye subsidios estatales, alimentos, medicinas y hasta acuerdos preferenciales de vivienda gratuita, el panorama es difícil para el resto de la población que se enfrenta a una crisis que parece que nunca va a terminar.