Por años, uno de los principales objetivos de la Conferencia de las Partes sobre el Cambio Climático ha sido una postura firme en cuanto al uso de los combustibles fósiles, uno de los mayores contribuyentes del calentamiento global. Y aunque este 13 de diciembre la COP28 logró un acuerdo histórico para dejar atrás los combustibles fósiles, muchos activistas han asegurado que lo acordado por más de 200 países no es lo suficientemente ambicioso para asegurar un futuro.
El acuerdo conocido como Balance Global de la COP28 reconoce por primera vez la necesidad de dejar atrás los combustibles fósiles para garantizar que el calentamiento medio no supere los 1.5 grados a finales de siglo. En ese sentido, el acuerdo pone en manos de cada país las opciones para lograrlo que van desde acelerar las energías renovables para dejar de usar carbón, petróleo y gas de cero a bajas emisiones hasta el uso de la energía nuclear y reconocer el papel de los combustibles de transición para así garantizar el suministro energético.
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De acuerdo con el presidente de la COP28, Sultan Al Jabar, quien estuvo en medio de la polémica al ser también director ejecutivo de la Compañía Nacional de Petróleo de Abu Dabi (ADNOC), el acuerdo es considerado histórico porque “por primera vez en nuestro acuerdo final tenemos lenguaje sobre los combustibles fósiles.”. Mientras que el secretario general de las Naciones Unidas, António Guterres coincidió también en que era un acuerdo histórico pues “se reconoce la necesidad de dejar atrás los combustibles fósiles después de muchos años en los que el debate sobre esta cuestión estuvo bloqueado”.
A pesar de que varios líderes y actores políticos aplaudieron lo acordado, activistas pusieron en duda que el acuerdo fuera lo suficientemente contundente. La Alianza de Pequeños Estados Insulares (AOSIS) dijo estar “excepcionalmente preocupada”, pues, aunque se logró un avance con respecto a lo habitual, aseguró que “lo que realmente necesitábamos es un cambio exponencial”. Por su parte, Javier Andaluz, responsable de Energía y Clima de Ecologistas en Acción, aseguró que el acuerdo “está muy lejos de ser una respuesta”, pues es necesaria una “transformación rápida, justa y equitativa de los combustibles fósiles”.
China lamenta no resolver reclamaciones
El representante de China lamentó que pese a haberse alcanzado un acuerdo "histórico", no consiguieron desarrollar "del todo" las reclamaciones de los países más vulnerables y dijo que los más desarrollados deben liderar la transición y llegar cuanto antes a la reducción de sus emisiones prestando al mismo tiempo apoyo financiero y técnico al resto para una transición justa. Mientras que en nombre de los pequeños estados insulares en desarrollo, la negociadora principal de Samoa, Anne Rasmusse, criticó que el acuerdo no es suficientemente ambicioso como para asegurar su futuro.