Las inundaciones del pasado sábado en Nezahualcóyotl dejaron bajo el agua a unas 8 mil familias, principalmente en la Metropolitana, Vicente Villada, Loma Bonita y otras colonias. Familias como la Bojórquez, en la calle Juárez, perdieron la totalidad de sus bienes en el primer nivel y aun están en espera de recibir ayuda.
Hasta este martes, la ayuda prometida (censos, kits de alimentos, servicios médicos) por la gobernadora Delfina Gómez y la secretaria del Bienestar, Ariadna Montiel, es inexistente en puntos críticos, forzando a los damnificados a autoorganizarse para la limpieza y lidiar con la falta de servicios y el temor a la rapiña.
La pérdida total de la familia Bojórquez
La familia Bojórquez, que reside en un edificio de departamentos en la calle Juárez número 316 de la colonia Metropolitana Tercera Sección, sufrió una pérdida total en el nivel inferior del inmueble que rentan.
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Para Guadalupe y María Laura Bojórquez, quienes viven con su madre, Rocío, una mujer hipertensa y diabética, el drama está lejos de terminar. Entre los bienes perdidos se cuentan tres refrigeradores, tres camas, roperos, ropa, diversos electrodomésticos, documentos y hasta una fotocopiadora.
Lucha por la limpieza en la oscuridad
En medio de un olor fétido, la familia ha tenido que improvisar la limpieza ante la ausencia de apoyo oficial. "Desde las dos de la madrugada hasta este mediodía logramos conseguir una bomba de achique para sacar el agua estancada", relata Guadalupe.
La labor se realiza en la oscuridad, pues la CFE cortó el suministro eléctrico en la zona para prevenir riesgos de electrocución, lo que obliga a la familia a operar la bomba con una planta de energía eléctrica.
"Ni siquiera una torta nos han traído"
Señalaron que escucharon sobre el despliegue de más de 450 Servidores de la Nación para realizar un censo casa por casa, pero aún no se concreta en esta "zona cero", ubicada entre las avenidas Pantitlán y Glorieta de Colón.
Guadalupe Bojórquez expresa su frustración con coraje y cansancio: "Nada de eso ha llegado aquí, ni siquiera una p… torta nos han traído". Sus palabras resuenan en medio de la calle, donde el lodo, la basura y los muebles inservibles se acumulan, reflejando el panorama de cientos de damnificados en la misma situación.
Apoyo militar y municipal a cuentagotas
Mientras las 8 mil familias afectadas, distribuidas en colonias como Metropolitana, Vicente Villada, Loma Bonita y otras, esperan el apoyo estatal y federal, en las calles la ayuda visible es la de elementos del Ejército Mexicano, la Guardia Nacional y la Marina, quienes apenas este martes comenzaron a recorrer los puntos críticos con la aplicación del Plan DNIII.
A ellos se suman más de mil empleados del gobierno municipal que, con escobas, mangueras y equipo del ODAPAS, trabajan en el drenado del agua, según informó el alcalde Adolfo Cerqueda Rebollo.
Sin embargo, la emergencia va para largo. La segunda etapa, que incluye la limpieza y sanitización de patios, cisternas y habitaciones, apenas comienza. En este punto, el miedo a la rapiña es tan grande que los damnificados han optado por no ocupar los tres albergues habilitados, prefiriendo pernoctar en sus casas dañadas para resguardar lo poco que les queda.
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En contexto: El calvario en Nezahualcóyotl inició la noche del sábado pasado (cerca de las 20:00 horas), cuando una precipitación de 90 mm, cifra equiparable a la lluvia de todo un mes, superó la capacidad del drenaje. En cuestión de horas, el agua alcanzó hasta un metro de altura, dejando vehículos bajo el agua y casas con muebles flotando. Aunque el domingo hubo un ligero descenso, una nueva lluvia elevó el nivel nuevamente. No fue sino hasta el lunes que la naturaleza dio una tregua, permitiendo a los damnificados iniciar el recuento de sus pérdidas materiales este martes.
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