Un colchón azul, nuevo, flotando a media habitación, parece resistirse al agua negra que ya cubre medio metro del suelo. La escena resume la tragedia en viven decenas de familias de las colonias Progresista y Azteca, en la alcaldía Venustiano Carranza, que volvieron a inundarse esta noche, por segunda vez en menos de un mes.
“Apenas lo había comprado… y otra vez está empapado. ¿Dónde vamos a dormir hoy?”, cuestiona Lizbeth Campos, en entrevista con La Silla Rota.
El 10 de agosto, más de 80 casas en las colonias Azteca y Progresista fueron arrasadas por el colapso del drenaje que hizo brotar aguas negras por coladeras y tubos del Parque Lineal Gran Canal. Este lunes 2 de septiembre, la historia se repitió. Y fue peor.
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“Sigue subiendo el agua. No podemos entrar ni a la calle”
Lizbeth, de 27 años, regresaba en transporte público de la universidad, donde estudia una maestría, cuando recibió la llamada de su madre: “Nos estamos inundando otra vez”. Se bajó del camión y corrió a su hogar.
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Al llegar, encontró la misma escena que hace 23 días: calles imposibles de transitar, muebles flotando y el colchón nuevo que apenas había logrado comprar, otra vez destruido.
“Ni siquiera puedes entrar bien a las calles, está todo inundado. El agua sigue subiendo, igual que la vez pasada. Es peor”, cuenta. Su casa es de un sólo piso. No hay un “arriba” donde resguardarse. Son siete personas en el hogar. Y esta noche, otra vez, no saben dónde dormir.
La alerta llegó, pero no el auxilio
Este martes, la Ciudad de México se tiñó de colores en el mapa de Protección Civil. Alerta púrpura para la alcaldía Gustavo A. Madero, roja para Iztapalapa, Iztacalco y Venustiano Carranza.
Se pronosticaban lluvias de más de 70 milímetros. En la Progresista, las coladeras reventaron de nuevo.
“¿Dónde están las autoridades? No ha llegado nadie”, repite Lizbeth, quien intensa sacar el agua de su casa con cubetas.
Su colchón, apenas desembolsado días atrás, ahora flota sobre una base plástica improvisada que no resistió el peso del agua. Las paredes ya marcadas de humedad muestran las cicatrices del 10 de agosto, apenas secas.
La Silla Rota documentó las escenas de devastación tras la primera gran inundación. Lizbeth y decenas de vecinos compartieron la misma frase: “Lo perdimos todo en cinco minutos”.
Hoy, esas mismas familias lo han perdido todo por segunda vez.
En la calle Chiclera, donde viven Lizbeth y su familia, los vecinos reviven la pesadilla.
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“Ahora ya no son muebles viejos, ya son nuevos”, reclama, cansada, la señora Araceli, quien vive en la calle Chiclera.
“Es la segunda vez en menos de un mes. ¿Cada vez que llueva fuerte va a ser esto? Ya ni puede uno dormir. Anoche también llovió fuerte. Ya nomás cae la noche y uno se queda pensando: ‘A ver a qué horas empieza otra vez’”, dice.
Hasta el momento, dicen los vecinos, la ayuda sigue sin llegar y la lluvia, según los pronósticos, no cesará esta noche.
VGB