Longino Celestino Zetina Reyes, un hombre de 60 años originario de San Pedro Tlanixco, Estado de México, ha vuelto a pisar tierra libre. Pasó 14 años y cuatro meses en prisión, acusado de un homicidio que no cometió.
Con el amparo de la Ley de Amnistía, Celestino regresa a su oficio de albañil contratista y tiene la promesa de sembrar sus milpas de maíz el próximo año. Ha comenzado a preparar sus tierras para volver a darles productividad, sembrar maguey, flores y aguacate.
“Ya estoy alegre porque estoy libre, ahorita vengo a mi terrenito, juntando la basura, la voy quemando, lo voy dejando limpiecito porque había muchas víboras, las vamos quitando”.
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En entrevista con La Silla Rota, el comunero compartió los duros recuerdos de su tiempo en una cárcel de mediana seguridad, en la que convivió con secuestradores, homicidas, violadores y traficantes.
La comida era un suplicio, a decir de él mismo: en un buen día, frijoles bien cocidos; en el peor, tres tortillas remojadas en salsa con una raya de crema. El pollo solía estar echado a perder, apestoso, aunque ocasionalmente probaba carne de cerdo con verdolagas.
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"Nos daba risa, nos decían que eran enchiladas y era pura agua con una raya de crema, de la crema más pobre y tres tortillas, eso era lo que nos daban de comer", recordó.
La cronología de una injusticia
La pesadilla de Celestino comenzó la noche del 20 de noviembre de 2010. Acudió a una boda con su esposa. Al regresar a casa, recibió una llamada: primos de Germán, un vecino, le informaron que estaban golpeando a su hijo Marcos. Al defenderlo, Celestino se enfrascó en una pelea con su vecino. Germán le disparó en la mano y en el pie, y en el forcejeo, la pistola se accionó y el disparo impactó a Germán cerca del abdomen.
Germán falleció horas después. Dos meses más tarde, un ingeniero con quien Celestino había trabajado lo acusó de robo, lo que llevó a su detención. Aunque no pudieron fincarle responsabilidad por el delito de robo, a su salida de las galeras lo esperaban agentes de la Fiscalía de Justicia del Estado de México para aprehenderlo por el homicidio de Germán. En 2012 fue sentenciado a 47 años y seis meses de prisión por homicidio calificado.
Catorce años después, con la ayuda del Centro de Derechos Humanos Zeferino Ladrillero y la Comisión de los Derechos Humanos del Estado de México, Celestino finalmente obtuvo su libertad, dejando atrás un capítulo de injusticia para construir un futuro de esperanza.
Contexto
El 5 de enero de 2021 entró en vigor la Ley de amnistía del Estado de México que establece las condiciones para liberar a personas vinculadas a proceso o condenadas por delitos que sean indígenas o afromexicanos, que están acusadas de robo cuyo monto no supere los 10 mil pesos, tengan más de 65 años, o se encuentren en situación de pobreza a vulnerabilidad.
En el Estado de México del 6 de enero de 2021 a la fecha se han otorgado 3 mil 366 amnistías, de las cuales 2 mil 72 fueron de las solicitudes recibidas por la Defensoría Pública y mil 294 por el Poder Judicial.
La mayoría de las amnistías otorgadas corresponden a delitos como robo, delitos contra la salud, abigeato y, en menor número casos de homicidio doloso, daño de bienes y evasión.
La Comisión de Derechos Humanos del Estado de México puede asesorar a los ciudadanos que deseen conocer si pueden recibir este beneficio. El teléfono del organismo público es 800 999 4000 y 800 999 4002.
La lucha por la supervivencia en prisión
El encierro no solo fue un castigo físico, sino también psicológico. Celestino relató cómo los reos trasladados de otras cárceles amenazaban a los recién llegados.
"Cuando uno llega, llega cerrado de ojos, lo amenazan los que vienen de traslado, aquí te vas a mochar, aquí vas a convivir y, la verdad, yo nunca me dejé, les decía, ¿de dónde si no tengo?".
Dormían en el suelo, soportando colillas de cigarro y agua lanzadas por otros reclusos.
A pesar de la adversidad, la prisión también le brindó una oportunidad. Celestino llegó a la cárcel con solo el tercer grado de primaria. Durante su sentencia, logró terminar la primaria y la secundaria, e incluso comenzó la preparatoria. Aunque se pregunta para qué la necesitaría siendo albañil, considera retomarla ahora que está libre.
El sabor de la libertad
El 1 de julio de 2025 Celestino abandonó la prisión, beneficiado con el mecanismo de amnistía. Lo primero que hizo fue abrazar a Fortunata Hinojosa, su esposa de 45 años, con quien ha visto nacer y crecer a sus diez hijos. Su comunidad, San Pedro Tlanixco, lo recibió con los brazos abiertos, reconociendo su inocencia.
"Me van a visitar a su pobre casa, ¿cómo está?, gracias a Dios estoy bien porque estoy con vida, ¿pero ¿cómo te fue?, pues fue una cosa horrible, ni al peor enemigo se le desea eso", compartió con La Silla Rota.
Su compromiso ahora es con sus compañeros que siguen en prisión, jóvenes que se dedicaron a estudiar y a quienes desea ver libres.
Su esposa dice estar contenta por la libertad de Celestino: “luchando se puede ganar la libertad de la gente inocente que está presa y los delincuentes andan libres. fue difícil luchar para salir adelante y ahora una nueva vida”.
Compartió con La Silla Rota, que la injusticia fue para toda la familia: “yo sentía que no era la misma, sentíamos que no éramos nada. Luchando salimos adelante, abrimos los ojos de que nos levantan un falso y ya no somos lo que éramos antes”.
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Un pasado de servicio y un presente de compromiso
Antes de su encarcelamiento, Celestino fue un líder en su comunidad. Se desempeñó como delegado de su pueblo y, con 28 años de experiencia como albañil, ayudó a construir la delegación de San Pedro Tlanixco. También gestionó la lechería de Liconsa y la creación de campos deportivos, impulsado por el deseo de ver a su pueblo progresar.
La rutina de la cárcel aún lo acompaña; se duerme a las diez y media de la noche y se despierta a las cuatro de la mañana, la hora del pase de lista en prisión. Su mayor prioridad ahora es la educación de su hijo más joven, Alexis, de 14 años. Con lo poco que ganaba, no pudo darles a todos sus hijos una educación completa, pero aspira a darle una carrera a Alexis.
VGB
