Embozados, vestidos de negro, agresivos cuando son grabados por la prensa, a cuyos representantes no dudan en insultar y atacar, cargan botes de pintura para escribir consignas o símbolos y algunos están dispuestos a tomar piedras o tubos para romper vidrios. Así son los integrantes del llamado Bloque Negro. Siempre en grupo, en ocasiones llevan bombas molotov que arrojan a los policías, o mazos para intentar abrir tiendas o destruir vallas metálicas.
Se aparecen en marchas profeministas, por los 43 estudiantes de Ayotzinapa, en las de facultades de la UNAM, o más recientemente en la realizada el 20 de julio en contra de la gentrificación, en la cual al concluir causaron destrozos en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo.
Con ellos casi todas las marchas terminan con actos vandálicos. En la de este 20 de julio, los organizadores anunciaron que el Bloque Negro se había comprometido a no realizar acciones directas, lo que significaba que no harían pintas o romperían vidrios. Pero al final no fue así. Sabedores de este modus operandi, dueños de negocios en Insurgentes Sur tapiaron sus locales.
Te podría interesar
Aprovechando el argumento de que las autoridades no pueden ingresar a instalaciones universitarias para no violar la autonomía de la institución, el Bloque Negro y otros grupos de jóvenes ingresaron al campus universitario, se dirigieron hacia el Museo de Arte Contemporáneo y rompieron los cristales de la fachada. Luego, fueron a la librería Julio Torri, a unos 100 metros de distancia, reventaron la puerta de cristal e hicieron destrozos en su interior.
El Bloque Negro acudió no avisó que iría a la manifestación contra la gentrificación, por eso al inicio de la marcha los organizadores aclararon que se trataba de una marcha pacífica, con la esperanza de contenerlos.
“No creo sean de nuestros grupos y sólo desprestigian la lucha contra la gentrificación”, dijo Gaby, una de las asistentes.
UNAM alista denuncias por destrucción en Centro Cultural Universitario
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) condenó este domingo los actos de destrucción y saqueo ocurridos en el Centro Cultural Universitario.
En comunicado publicado en redes sociales, indicó que los manifestantes dañaron el Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) y la librería Julio Torri, instalaciones emblemáticas que promueven la reflexión, el arte y la literatura.
Tras los hechos, la máxima casa de estudios inició con la evaluación de los daños para presentar las denuncias correspondientes ante las autoridades capitalinas para que se investigue y sancione a quien o quienes resulten responsables.
La UNAM reiteró su vocación como un espacio de libertad, pluralidad y defensa de los derechos de expresión y manifestación pacífica; nunca compartirá la violencia, la agresión y la intolerancia como vías de expresión.
Brugada condena agresiones durante protesta contra la gentrificación
La jefa de gobierno de la Ciudad de México, Clara Brugada, rechazó los lamentables hechos violentos registrados en el Museo Universitario de Arte Contemporáneo de la UNAM, durante la marcha en contra de la gentrificación.
Precisó que los elementos de la policía capitalina no ingresaron a la Máxima Casa de Estudios en respeto a su autonomía. “La marcha fue pacífica, sin embargo, hubo disturbios cuando los manifestantes entraron al campus universitario”, puntualizó.
“Aunque respaldamos firmemente el derecho a manifestarse, no coincidimos con el uso de la violencia como medio para alcanzar ningún fin. Creemos en la fuerza de las ideas, en la organización colectiva, en el debate público y en todas las vías como el camino más poderoso para lograr las transformaciones duraderas”, puntualizó.
Cómo actúa el Bloque Negro
Los manuales de movilizaciones sociales aclaran que se denomina Bloque Negro a una táctica de protesta que se caracteriza no solo por el uso de ropa negra, capuchas y máscaras para preservar el anonimato. También carecen de vocerías o líderes. Rechazan la intermediación e invariablemente actúan en grupo.
La capucha negra, que les da anonimato, representa tanto protección como rechazo a la cosificación y criminalización. Además, intervienen monumentos, mobiliario urbano o edificios públicos como forma de protesta simbólica.
Esta táctica surgió en Alemania en los años 80 del siglo pasado y se popularizó globalmente tras las protestas antiglobalización en Seattle en 1999. Ha sido llevada a manifestaciones de las Conferencias de las Partes para detener el cambio climático y se han reproducido a nivel local.
En México, la táctica de Bloque Negro es usada principalmente por los llamados grupos anarquistas, que son aquellos que buscan la abolición del Estado y cualquier forma de autoridad. En las marchas los anarcos siempre van a la retaguardia. Son los últimos grupos en salir y en ocasiones, principalmente cuando son manifestaciones con numerosa convocatoria y van al Zócalo, llegan incluso cuando ya acabó el mitin motivo de la movilización.
Hay anarquistas violentos y pacíficos
De acuerdo con el documento Cuatro campos del poder Ciudad de México, edición 2022 y elaborado por la Sedena, en el país se han detectado 18 grupos anarquistas, que actúan en por lo menos 14 estados. Los más violentos están agrupados en la Coordinadora Estudiantil Anarquista, a la que pertenecen el Comité Libertario Preparatoria 3, el Comité Libertario Prepa 7, el Comité Libertario CCH Oriente. Además, están los grupos Okupache, Instinto Salvaje, Cruz Negra Libertaria y Federación Anarquista de México.
Se caracterizan por sus acciones violentas, pintas, incendios, detonaciones de artefactos explosivos e incluso de armas de fuego.
Otros grupos tienen nombres como Acampada Revolución, Bloque Anarko Sur, Bloque Negro Aguascalientes, Cruz Negra Anarquista, Miserables Libertarios o Comando Feminista Informal de Acción Antiautoritaria.
El documento establece que también tiene detectados a 11 grupos anarquistas con tendencia pacifista, los cuales proponen el rechazo total a la violencia, pero desconocen a la autoridad.
Las acciones de los anarcos a lo largo de los años
A grupos anarquistas encabezados por José Luis Ramírez Alcántara, alias El Chompiras, e Irene Villegas, estudiantes expulsados del CCH Naucalpan, se les atribuye la toma del auditorio Justo Sierra, rebautizado como Che Guevara, en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, que desde hace lustros mantienen bajo su poder.
Durante las primeras movilizaciones por la desaparición de los 43 estudiantes de la normal de Ayotzinapa, en 2014, la presencia de los anarcos o Bloque Negro se hizo constante, y en ocasiones sus destrozos de establecimientos de Reforma o 5 de Mayo se destacaron más que las demandas de justicia de los padres de los normalistas.
Estos grupos han actuado sin distinción durante las administraciones de Miguel Mancera, Claudia Sheinbaum y ahora Clara Brugada.
Aunque integrantes del Bloque Negro, que para identificarse sólo dan nombres genéricos, dicen que su labor es proteger a sus compañeras y compañeros de la brutalidad policíaca, en ocasiones son sus integrantes los que agreden a autoridades.
Eso ocurrió el 2 de octubre de 2019, en el 51 aniversario de la masacre estudiantil de 1968. Ese día, el gobierno capitalino puso cinturones de paz integrados por funcionarios locales, en la calle 5 de Mayo, para intentar contener a los integrantes del Bloque Negro.
Esa medida no agradó a los del Bloque Negro, que los empujó para realizar pintas y romper cristales. Esta situación hizo que los funcionarios, que llevaban camisas blancas, se las quitaran para evitar así la posibilidad de ser un blanco de ataque de los anarcos.
Ese mismo día los del Bloque Negro arrojaron cohetones contra policías de la SSC. Según la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México, tres personas resultaron heridas durante la marcha, y una persona más fue detenida.
En esa ocasión, el principal orador y quien fuera líder en 1968, Félix Hernández Gamundi, dijo que no necesitaban de provocaciones y a quienes se les señaló los invitó a unirse. “A lo mejor nos solidarizamos con ellos”.
Su actuación ha sido criticada, como en la marcha del 26 de mayo de 2015, por la desaparición de los 43. Ahí, personas embozadas y de negro arrojaron botellas y piedras a los policías, pero también les dieron a algunas personas. Al concluir un hombre le reclamó a uno de los anarcos.
“Vamos contra ellos, no contra nosotros”.
También han estado presentes en manifestaciones feministas. Un caso es el 11 de noviembre de 2019, donde en el marco del Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la mujer, marcharon del Ángel de la Independencia al Zócalo capitalino pintando el Hemiciclo a Juárez y al Zócalo, donde realizaron diversas quemas.
El 11 de marzo de 2020, en el Dia Internacional de la Mujer, marcharon del Monumento a la Revolución hacia el Zócalo, pintaron diversos inmuebles y agredieron a elementos policíacos.
El 4 de septiembre de 2020, 11 anarcas acompañaron a Marcela Judith Alemán Delgado y Silvia Castillo y tomaron las instalaciones de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos en la calle de Cuba, en el Centro Histórico. De manera violenta desalojaron al personal que se encontraba laborando, arrancaron las cámaras de vigilancia y bloquearon el acceso. Incluso el paso a los automóviles estuvo cerrado.
Algunas de las anarcas fueron identificadas y detenidas.
El documento Cuatro campos de Poder, refiere que entre las acciones radicales que han hecho los anarcos está el intento de ingreso a Palacio Nacional por la Puerta Mariana, el 8 de noviembre de 2014, durante una marcha por los 43. Esa noche hubo 18 personas detenidas y puestas a disposición de las autoridades correspondientes.
El 1 de diciembre de 2015, un grupo de anarquistas arremetió física y verbalmente en contra del cuerpo policiaco, tras la marcha denominada ‘1° de Diciembre ni se perdona ni se olvida’, con motivo del tercer aniversario de la toma de posesión del Ejecutivo Federal, resultando la detención de 18 jóvenes por ultrajes y disturbios.
El 25 de febrero de 2016 fue detenido Jorge Emilio Esquivel Muñoz, El Yorch, uno de los líderes en el auditorio Che Guevara. Al momento de la detención tenía 50 envoltorios de cocaína y 26 pastillas de rivotril, un medicamento de uso restringido que puede generar adicción. Eso ocasionó que un día después que encapuchados tomaron las instalaciones de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM, donde quemaron un automóvil y contenedores de basura.
ÚNETE A NUESTRO CANAL DE WHATSAPP. EL PODER DE LA INFORMACIÓN EN LA PALMA DE TU MANO
SÍGUENOS EN EL SHOWCASE DE GOOGLE NEWS
El documento recordó que el 12 de octubre -día de La Raza- de ese año presuntos anarquistas bloquearon Insurgentes e intentaron incendiar una unidad de Metrobús, para expresar su apoyo a presos vinculados con organizaciones anarquistas.
lrc
