La falta de medicamentos se ha convertido en un problema endémico en clínicas y hospitales del Estado de México, forzando a pacientes y sus familias a incurrir en gastos adicionales y generando un clamor generalizado por una solución urgente. Esta situación, lejos de ser un incidente aislado, es una realidad diaria que afecta la calidad de la atención médica en la entidad.
El desabasto se vive en hospitales como el Centro Médico Adolfo López Mateos, ubicado al norte de Toluca. Una familia originaria del municipio de San Antonio la Isla, en el Valle de Toluca, es un ejemplo de esta problemática. Con un familiar internado por una afección hepática, se han visto obligados a comprar los fármacos necesarios que el hospital no les proporciona.
"Pues sí, falta mucho medicamento, pero ¿Qué se le hace?, se tiene que comprar", lamentó un familiar afuera del nosocomio. Aunque no especificó el tipo de medicamento, enfatizó la magnitud del problema: "Sí, hace falta mucho, pero pues nosotros ¿qué podemos hacer si tenemos que comprarle? Tenemos a nuestro paciente. Gracias a Dios no se paga el doctor, en eso estamos agradecidos, pero pues ¿a dónde está lo que nos prometieron?", cuestionó con resignación y frustración.
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La percepción es general entre los usuarios. La pobladora de San Antonio la Isla recalcó que la mayoría de los familiares en el Centro Médico Adolfo López Mateos confirman la carencia de medicinas esenciales. "A veces dice uno, trabajamos y sí hay para poder comprarlo, pero ¿y los que no? ¿Los que definitivamente son de muy bajos recursos? ¿Cómo le hacen? Tienen que buscar ayuda, no sé", compartió con La Silla Rota.
Consultas sin insumos
En un recorrido por las inmediaciones del Hospital Nicolás San Juan se confirmó que los pacientes, al igual que en el Centro Médico Adolfo López Mateos, deben suplir las carencias del sistema con sus propios recursos.
Una pobladora, cargando una bolsa llena de medicamentos adquiridos externamente, relató que esta situación no es reciente: "Hay ocasiones en que sí hacen falta medicamentos, hay ocasiones en que sí nos los surten, por ejemplo, el día de hoy sí me dieron el medicamento. Cuando me hace falta lo tengo que estar comprando por mí misma". Al ser cuestionada sobre la frecuencia, afirmó: "A veces sí, casi por lo regular si no los encuentro aquí, tengo que comprarlos por mí misma. Sí hace falta medicamento".
Protestas del personal médico: un grito de auxilio ignorado
En contexto, la crisis no solo impacta a los pacientes, sino también al personal de salud, quienes se encuentran en la primera línea de esta problemática. Decenas de especialistas de la salud y personal administrativo de los hospitales Nicolás San Juan, Centro Médico Adolfo López Mateos y el Hospital Materno Perinatal “Mónica Pretelini Sáenz” han salido a las calles para protestar.
Desde hace varios días, exigen a las autoridades de salud estatales y federales la dotación urgente de insumos y medicamentos para poder atender la creciente demanda en la entidad.
Las pancartas y cartulinas exhibidas en las inmediaciones del Hospital Materno Perinatal, ubicado en la zona sur de Toluca, reflejan la gravedad de la situación. Mensajes como "No contamos con cunas para prematuros graves" evidencian la precariedad de las condiciones laborales y la falta de equipo básico.
Además, los manifestantes han dejado clara su postura de trabajar "bajo protesta" y su rotunda negativa a adherirse al modelo IMSS Bienestar, impulsado por el gobierno federal. Con leyendas como "IMSS-Bienestar vulnera a los más necesitados haciendo ver su suerte".
Las demandas del personal médico van más allá de los insumos. También exigen la contratación urgente de especialistas como ginecólogos, neonatólogos, anestesiólogos, radiólogos y enfermeras, subrayando la falta de personal calificado para cubrir las necesidades asistenciales. Esta serie de protestas en el territorio mexiquense subraya la necesidad apremiante de una intervención gubernamental efectiva para garantizar el derecho a la salud de sus ciudadanos.
La urgencia de una solución
La relevancia de esta información radica en que el acceso a la salud es un derecho fundamental, y la actual situación en los hospitales mexiquenses revela una falla sistémica que pone en riesgo la vida y el bienestar de miles de ciudadanos.
La escasez de medicamentos no solo prolonga el sufrimiento de los pacientes y sus familias, sino que también genera un gasto inesperado que golpea directamente a los bolsillos de quienes menos tienen, profundizando la desigualdad social.
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Este panorama no solo exige una respuesta inmediata por parte de las autoridades para garantizar el abasto de insumos y la contratación de personal, sino que también invita a una reflexión profunda sobre la gestión de la salud pública en el país. La presión y las protestas del personal médico son un llamado de auxilio que no debe ser ignorado, ya que su capacidad para brindar atención adecuada se ve directamente comprometida, afectando la calidad de vida de todos los habitantes del Estado de México.
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