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La historia de Christian: trasplantes de riñón, múltiples amputaciones y la esperanza de una prótesis

A pesar de más de 15 cirugías y la pérdida de casi todas sus extremidades, Christian lucha por recuperar su independencia con el apoyo de su familia y obtener una prótesis que le permita volver a caminar

Créditos: Arturo Callejo
Escrito en METRÓPOLI el

En cuatro años, Christian Alejandro González Mariscal, un hombre de 36 años, ha enfrentado una de las pruebas más difíciles que la vida puede imponer: la pérdida casi total de sus extremidades.

Lo que comenzó como un problema renal, escaló hasta convertirse en una insuficiencia arterial que le ha arrebatado gran parte de su movilidad. A pesar de haber ingresado más de 15 veces al quirófano sólo en lo que va de este año, Christian se mantiene en pie, impulsado por la fe y el amor de su familia.

"Salí adelante con la ayuda de Dios y de las Vírgenes de Guadalupe y Santa María siempre Virgen", dice Christian con voz entrecortada por la emoción, mientras las lágrimas asoman en sus ojos.

A su lado, en cada paso de este camino, ha estado su pequeña hija de 10 años y su esposa, Julieta Hernández. Ella, con una determinación admirable, afirma que seguirá hasta el final con su marido, originario de Guadalajara, Jalisco, y residente en Toluca desde hace 18 años. Su historia es un testimonio de amor, resiliencia y la inquebrantable fuerza del espíritu humano.

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El origen de una batalla inesperada

Con una mirada serena y una voz tranquila, Christian Alejandro relata cómo su calvario comenzó con problemas renales que lo llevaron a necesitar dos trasplantes de riñón.

El primero, hace 18 años, fue una donación desinteresada de una de sus tías, hermana de su madre. El segundo, hace aproximadamente cinco años, provino de su propio padre, un regalo de vida que le dio una nueva oportunidad. Estos trasplantes, si bien vitales, marcaron el inicio de una serie de complicaciones.

Las hemodiálisis necesarias para mantener sus riñones funcionales, explica Christian, comenzaron a debilitar sus venas y su sangre, comprometiendo gravemente su circulación.

Primero, sus manos y luego sus piernas fueron afectadas, a medida que el flujo sanguíneo disminuía hasta casi desaparecer. Con esta nueva batalla, Christian mantiene sus chequeos trimestrales en el Instituto de Seguridad Social del Estado de México y Municipios (ISSEMyM) para monitorear la aceptación de sus órganos. "Gracias a Dios, mi sangre está bien, al igual que mis riñones y todas mis amputaciones".

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De sus dos manos, sólo le quedan los dedos pulgares

"Empecé con mis manos, mis dedos se me fueron cayendo uno por uno", relata Christian, confirmando que la falta de circulación fue el detonante. "Mi sangre ya no llegaba a mis extremidades, comenzó por las manos. Yo creo que con este proceso arterial sufrí aproximadamente dos años para que concluyera el tema de las manos".

 Hace aproximadamente dos años, el problema se extendió a su pierna derecha. Los dolores causados por la insuficiencia arterial eran tan intensos que necesitó usar parches de morfina para intentar aliviarlos. Se dio cuenta de que la enfermedad había alcanzado sus piernas al experimentar los mismos síntomas que recordaba de sus manos.

"Como no llegaba la circulación al pie me dijeron que lo más seguro es que lo iba a perder. Entonces tuve que someterme a una cirugía arriba de la rodilla porque la circulación ya no era buena y hace un año igual, perdí parte de la otra pierna debajo de la rodilla, igual, por el tema circulatorio". Cada amputación ha sido un golpe, pero Christian ha sabido levantarse, apoyado en el amor incondicional de su familia.

La fortaleza de Julieta

Con 12 años de casados, Julieta Hernández, esposa de Christian, lo describe como un ejemplo de fortaleza. Se conocieron en la facultad de Administración de Empresas, y desde entonces, Julieta ha sido su compañera incondicional. "Su testimonio es una manera de reflejar que no hay que darnos por vencidos", dice Julieta a La Silla Rota.

 "A veces por cuestiones muy banales nos quejamos, entonces Christian es un ejemplo de que la vida hay que vivirla hasta el último momento. Así es, hasta donde Dios nos permita ahí vamos a estar siempre".

La joven esposa confía plenamente en que su esposo, a pesar de las adversidades, logrará nuevamente ser independiente y volverá a caminar como lo hacía antes. Su amor y apoyo son pilares fundamentales en la recuperación y adaptación de Christian.

Prótesis y sueños de un nuevo comienzo

Actualmente, Christian Alejandro González Mariscal se apoya en una silla de ruedas adaptada con una palanca en su costado derecho para poder desplazarse. Se asiste con este mecanismo para moverse por sitios accesibles, mientras que el cuidado personal y la asistencia para su aseo corren a cargo de su esposa. A pesar de los desafíos, Christian mira hacia el futuro con esperanza.

González Mariscal indicó a La Silla Rota que está a la espera de que la Fundación Ellen Ford en México le otorgue sus prótesis de piernas. Se encuentra en un proceso de terapias intensas, preparándose para el momento en que pueda volver a ponerse de pie. Además, en un futuro cercano, espera recibir sus prótesis de manos. Este es un paso crucial en su camino hacia la independencia y la recuperación de una vida más plena.

Enfermedad renal crónica afecta a más de 13 millones de personas

En este contexto, Gerardo Vázquez, embajador de la Fundación Ellen Ford México, destacó la importancia de la prevención y la capacitación para evitar la pérdida de extremidades.

Explicó que muchas amputaciones se deben a la falta de formación en entornos laborales. "Si tú los capacitas laboralmente no debiera de suceder, si no tienen diabetes, si no tienen problemas vasculares, si no meten las manos a los tableros eléctricos, porque algunas son electrocuciones, otros son cohetes, motocicletas, las jovencitas se suben a las motocicletas y los cercenan las cadenas, hasta una astilla, la gente que trabaja en los molinos", enumeró Vázquez, resaltando factores diversos.

El experto sostuvo que los accidentes en el hogar son los que más terminan en amputaciones, seguidos de los laborales.

La Fundación Ellen Ford, con 18 años de trayectoria en México y presencia en más de 100 países, ha entregado alrededor de 800 prótesis en el país en los últimos dos años, de un total de 80 mil a nivel global. La historia de Christian Alejandro es un recordatorio de la fragilidad de la vida, pero también de la increíble capacidad humana para adaptarse, luchar y encontrar la esperanza incluso en las circunstancias más difíciles.

En contexto, en México, la enfermedad renal crónica afecta a más de 13 millones de personas, siendo una de las principales causas de morbilidad. El 60% de los casos está relacionado con diabetes mellitus e hipertensión arterial, según el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP).

En 2023, se realizaron 2,701 trasplantes de riñón en México, siendo el más frecuente entre todos los órganos, de acuerdo con el Centro Nacional de Trasplantes (CENATRA).

El acceso a trasplantes sigue siendo limitado: por cada paciente trasplantado hay al menos 3 en lista de espera.

Cada año se realizan entre 75,000 y 100,000 amputaciones en México, de acuerdo con estimaciones del Colegio Mexicano de Ortopedia y Traumatología.

La insuficiencia arterial periférica y la diabetes mal controlada son las principales causas médicas. Los accidentes laborales y domésticos representan hasta el 30% de los casos.

En México, una prótesis básica puede costar entre 25,000 y 150,000 pesos, dependiendo de su complejidad.

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¿Por qué es importante la historia de Christian?

La historia de Christian visibiliza múltiples problemáticas estructurales de salud y bienestar en México: la vulnerabilidad de pacientes con enfermedades crónicas, el difícil acceso a prótesis y rehabilitación, la falta de cultura de prevención y seguridad laboral, y la ausencia de políticas públicas sólidas que garanticen inclusión y autonomía a personas con discapacidad.