Un escalofriante fenómeno tiene en vilo a los vecinos del fraccionamiento Las Alamedas: las cuevas del cerro de La Condesa se han convertido en el escenario de presuntos rituales esotéricos que incluyen el brutal sacrificio de animales domésticos. A pesar de las denuncias y la gravedad de los hechos, la respuesta de las autoridades ha sido mínima, generando indignación y preocupación entre la comunidad.
Un ritual en el solsticio de verano
El pasado jueves 19 de junio, coincidiendo con el solsticio de verano, un grupo de aproximadamente 10 personas fue visto subiendo al cerro de La Condesa con cajas de cartón que contenían animales. Los vecinos aseguran que llevaron a cabo un ritual en el que sacrificaron un chivo, un gato y quince gallinas de plumaje colorado. La sangre de los animales fue vertida en una cazuela de barro, acompañada de licor y más de una docena de puros.
Ante la alerta vecinal, la policía municipal acudió al lugar. Sin embargo, su intervención se limitó a "exhortar" a los sujetos a retirarse, sin tomar ninguna acción legal. Lo más preocupante es que, más tarde esa misma noche, el grupo regresó para "concluir su ceremonia", según relatan los afectados.
Te podría interesar
PUEDES LEER: Denuncian presunto ritual satánico en el cerro Xicuco, al poniente de Hidalgo
Restos macabros y reincidencia
La mañana siguiente, la escena era dantesca Jaqueline Colbert, integrante del comité de vigilancia de Las Alamedas y presidenta de la asociación protectora de animales Huellitas Frida, relató: "Al día siguiente subimos a las cuevas y encontramos los restos de los animales degollados, la cazuela con las cabezas, sangre y botellas de licor, aparentemente mezcal".
Colbert, visiblemente indignada, condenó los hechos: "Amamos y respetamos la vida de todos los seres sintientes. Por eso documentamos lo ocurrido, para tener evidencia. Es gente malintencionada que no respeta la vida".
Lo más alarmante es que no es la primera vez que ocurren estos macabros rituales. El 6 de julio de 2024, otro grupo realizó prácticas similares en las mismas cuevas, dejando una figura de apariencia demoníaca y varios animales degollados. Aunque los vecinos documentaron el suceso, los cuerpos fueron retirados por los propios involucrados antes de que las autoridades pudieran actuar.
Denuncias sin respuesta
Ante la recurrencia de estos actos, los vecinos han interpuesto al menos seis denuncias por maltrato animal ante la Procuraduría de Protección al Ambiente del Estado de México (PROPAEM), con folios 1581, 1584, 1582, 1601, 1630 y 1628. No obstante, la única respuesta obtenida ha sido que la Subprocuraduría de Fauna "iniciará investigaciones", sin que hasta el momento se vean acciones concretas.
Es crucial recordar que en el Estado de México el maltrato animal está tipificado como delito. El Código Penal local establece penas de dos a seis años de prisión y multas de entre 600 y 1,200 Unidades de Medida y Actualización (UMAS) por causar daño intencional a animales. A pesar de esto, la impunidad parece reinar en el cerro de La Condesa.
Maltrato animal y seguridad ciudadana
Además de la crueldad animal, los vecinos advierten que la zona representa un grave riesgo para la seguridad. "Pedimos al municipio que instale una cámara del C4, ya que hace unos años se encontró el cuerpo sin vida de una mujer en esas cuevas", agregó Jaqueline Colbert, evidenciando que la problemática va más allá del maltrato animal.
Los residentes también han solicitado a la empresa FRISA, propietaria del terreno, que cierren el área con malla ciclónica o restrinjan el acceso para evitar la continuidad de estos rituales y la comisión de otros delitos como asaltos y robos. Sin embargo, hasta el momento, no han recibido respuesta ni de la empresa ni del gobierno municipal.
ÚNETE A NUESTRO CANAL DE WHATSAPP. EL PODER DE LA INFORMACIÓN EN LA PALMA DE TU MANO
SÍGUENOS EN EL SHOWCASE DE GOOGLE NEWS
La falta de acción de las autoridades y la empresa propietaria del terreno incrementa la preocupación de los vecinos, quienes temen que estos actos se repitan sin consecuencias, poniendo en riesgo tanto la vida de los animales como la seguridad de la comunidad. La impunidad en Atizapán de Zaragoza sigue siendo una herida abierta.
kach