MEDIO AMBIENTE

La delincuencia organizada se alía con taladores: Profepa

La red de quienes talan bosques en el corredor que une la Ciudad de México con Tlalpan incluye a pobladores de las zonas de bosques y aserraderos que compran el ilegal, y hasta acceden a simular que es de procedencia legal mediante falsificación de documentos

Los taladores cortan especies de hasta 90 años de antigüedad y sólo usan 30 por ciento del material.
Los taladores cortan especies de hasta 90 años de antigüedad y sólo usan 30 por ciento del material.Créditos: Marco Martínez
Escrito en METRÓPOLI el

La tala ilegal es otra de las actividades a las que ha volteado la delincuencia organizada. Como en otras actividades, cuentan con personas que a cambio de dinero les avisan de operativos, pero no solo eso, tienen el apoyo de aserraderos que les compran la madera, pese a su origen fuera de la ley.

ÚNETE A NUESTRO CANAL DE WHATSAPP. EL PODER DE LA INFORMACIÓN EN LA PALMA DE TU MANO

SÍGUENOS EN EL SHOWCASE DE GOOGLE NEWS

Algunos aserraderos incluso se prestan para lavar madera, el equivalente a lo que se hace con el dinero y hacer que esa madera parezca legalmente cortada. Llegan a falsificar papeles para hacerla pasar como certificada, o usan un mismo documento dos o tres veces y falsean datos para transportarla. A ello se suma que hay municipios en que las autoridades protegen a los delincuentes.

Los integrantes de esta red delictiva escriben con plumas que se borran y lo hacen con suavidad. Como la Profepa ya tiene detectado esto, los inspectores leen el papel a contraluz para detectar si había algo escrito antes. El documento incluye un código de barras único.

De acuerdo con la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente, entre 2019 y 2024 han sido detenidas en México por el delito de tala y presentadas ante el Ministerio Público 103 personas.

La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), junto con la Guardia Nacional, la Secretaría de Seguridad Ciudadana y la Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural (Corena) han instalado retenes para combatir la tala ilegal de madera. Un punto elegido está en la carretera federal México-Cuernavaca, entre el último pueblo de la Ciudad de México antes de llegar a Morelos, Parres, y Huitzilac, en la entidad vecina.

La Silla Rota acudió a la zona para ver la devastación de los taladores y los operativos contra ellos.

Es delincuencia organizada: Profepa

El área Jurídica de la Profepa informó a La Silla Rota que, de acuerdo con los datos que manejan los cuerpos de seguridad y fiscalías, existen indicios de la participación de grupos de delincuencia organizada que se asocian con taladores para cometer este tipo de delitos, y cuya presencia se ha incrementado en años recientes.

Esto, debido a que México cuenta con una amplia diversidad de recursos naturales, incluidos los forestales representativos de diversas zonas climáticas -templadas, tropicales y áridas. Los recursos forestales albergan una gran riqueza de especies vegetales y animales, muchas de las cuales son endémicas, están en alguna categoría de protección o tienen un alto valor comercial.

“La venta ilegal de madera es una de las actividades que la delincuencia organizada desarrolla. Según cifras del Banco Mundial, deja ganancias ilícitas de entre 10 mil y 15 mil millones de dólares anuales”, informó la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente.

Usan las brechas para cortar árboles ilegalmente

La tala clandestina muestra sus secuelas en las brechas que conectan Cuajomoloapan, en Huitzilac, Morelos, con Parres, en Tlalpan, Ciudad de México.

En esos caminos de terracería, a unos metros se ven los tocones, la base que queda de los árboles talados. En algunos aún se ve resina en su base. En otras zonas hay troncos abandonados, o árboles de 20 metros inclinados que no terminan de caerse, porque no fueron cortados completamente.

Los taladores eligen las orillas de las brechas porque es más fácil escapar si son detectados. Llegan con su camioneta y sus motosierras y cortan ejemplares que ya tenían detectados previamente. No les importa derribar arboles que tienen hasta 90 años de edad. Con la motosierra los cortan en alrededor de cuatro minutos, los suben apoyados en otros troncos más delgados, puestos como rampas y los cuales son llamados caballetes y que sólo sirven para eso.

Los meten en vehículos que pueden ser desde camionetas de tres toneladas o hasta camiones torton. En 20 minutos o media hora acaban su labor destructiva y se dirigen a un aserradero con el que ya acordaron la compra.

En una camioneta de tres toneladas caben cinco metros cúbicos que son pagados a 10 mil pesos. Un delito redituable, si se considera que para la motosierra sólo requieren dos litros de gasolina, unos 50 pesos. En los sitios de tala clandestina regularmente hay botellas de refresco vacías en las que llevan el combustible.

Sólo usan 30% del árbol talado

De acuerdo con la Profepa, los taladores no sólo cortan ejemplares de manera clandestina sino que desaprovechan el 70% del árbol. Alrededor de los tocones quedan ramas y troncos, algunos de más de 35 centímetros de ancho pero que por su forma irregular son complicados de subir a los vehículos, por lo cual no se utilizan. Todo ese material forestal al secarse se convierte en potencial combustible para los incendios.

En la visita que realizó La Silla Rota se observó una zona en que los talamontes cortaron ejemplares. El suelo de ese paraje lucía quemado. Sin embargo, no fue obra de los mismos personajes porque restos de los ejemplares no estaban quemados, dijo uno de los trabajadores de Profepa.

El incendio tampoco fue fortuito. Es común que algunos productores ganaderos o agrícolas vean como un beneficio quedarse sin árboles. En el caso mencionado, la quema parece beneficiar a unos ganaderos. Pero en otro pasaje donde las camionetas se podían meter unos 200 metros delante de la orilla de la brecha, los cortes de árboles benefician a productores de avena.

En otros parajes, sembradores de papa también sacan provecho de la tala de árboles. Incluso, ellos son parte de los que avisan a los taladores, dice otro trabajador.

Encuentran aserradero camuflado

Dos de los inspectores de la Profepa llevan años recorriendo distintos bosques para detectar posibles delitos de tala, combatirlos y en su caso atrapar a los delincuentes.

Hace dos semanas estaban en el pasaje de brechas entre Cuajomoloapan y Parres.

Durante su recorrido uno de sus compañeros detectó la presencia de una camioneta y les dijo que estaban en una subida. Se enfilaron rápidamente hacia allá, algo que no es fácil para quien no conoce el terreno, pues varias brechas se bifurcan. Pero ellos han recorrido continuamente la zona y la conocen. Pese a ello, cuando llegaron la camioneta ya había arrancado y no la pudieron alcanzar.

En la visita que hizo La Silla Rota eran visibles los tocones y el pequeño sendero que los taladores aprovecharon para estacionar la camioneta y subir los troncos más rápido. No sólo eso. Esta semana, cuando los inspectores regresaron, se dieron cuenta que los delincuentes volvieron para talar un árbol más.

Sin embargo, aunque no pudieron atraparlos en la camioneta, días después sí pudieron incautar la madera. A los pocos días de ese incidente, gracias a investigaciones que realizaron, encontraron un aserradero ilegal, camuflado en un terreno donde se hallaba una casa.

Por el tiempo transcurrido entre el corte y la localización del aserradero, creen que la madera cortada en el pasaje mencionado estaba ahí. El 28 de febrero la Profepa anunció la clausura del aserradero. Cuando fue decomisada la madera y el equipo como sierra y un vehículo, nadie lo reclamó.

Usan halcones y drones

Los taladores tienen a sus propios informantes, sus halcones. Son visibles cuando elementos de la Profepa, de la Guardia Nacional, de la SSC capitalina y de la Corena hacen rondines. Los halcones usan el celular para avisar por WhatsApp, pero también pueden recurrir a viejos métodos para avisar como lanzar cuetes al aire. Como ocurre con otras actividades del crimen organizado, se ha vuelto común el uso de drones para vigilar a quienes les parecen sospechosos.

Pero el aprovechamiento de la tala clandestina no se limita a buscar a quienes de día o de noche talan madera a escondidas y que además ya tienen comprador. Para desincentivarla se clausuran además aserraderos que compran madera sin certificar.

Luego de distintos operativos contra aserraderos ilegales cuya presencia aumentó entre 2020 y 2023 y los cuales estaban a la vista de todos, principalmente en Huitzilac, algunos como el clausurado el 28 de febrero pasado se camuflajean ahora. Otros se dedican a lavar madera, que equivale a hacer pasar madera ilegal como legal.