“Hay halconcitos para escoger, llévese el que más le guste”, ofrece un vendedor a quienes pasan por la acera frente al Mercado de Peces de Mixihuca. Un grupo de siete hombres vende halcones, cardenales, pericos verdes, ninfas, periquitos australianos y otras especies protegidas en pleno día y a la vista de todos sin que autoridad alguna intervenga.
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Durante un recorrido por ese mercado, en el que se vende desde comida para animales hasta especies protegidas, La Silla Rota preguntó a uno de los vendedores que tenía en la mano derecha un halcón mexicano atado a un guante de cuero por el precio del ejemplar.
Explicó que era un halcón mexicano joven, que comía vísceras de pollo y trozos de carne y el precio de venta era de mil 500 pesos. Inicialmente aseguró que tenía los registros y permisos para venderlo pero que los había dejado en su casa. Si la compra era segura, dijo, podía ir por los documentos y entregarlos junto con el halcón en media hora.
Treinta minutos después, el halcón ya no estaba en el sitio ni dentro de las jaulas. El vendedor aseguró que fue por los registros y un comprador que pasó lo compró ya con documentos.
Los vendedores ofrecen los canarios en 500 pesos, un solo cardenal en 500 y la pareja en 900; el loro verde en mil, los periquitos australianos en 450 cada uno y los halcones mexicanos en mil 500.
Profepa, con conocimiento
La norma 059 de la Secretaría de Medio Ambiente, Recursos Naturales y Pesca (Semarnat) estipula que todos esas especies están en peligro de extinción y deben manejarse de acuerdo con medidas especiales porque pertenecen a la categoría de riesgo de una especie o población de anfibios, aves, hongos, invertebrados, mamíferos, peces y reptiles.
La Silla Rota preguntó a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) que conoce que en ese sitio se venden especies protegidas, en especial aves. Personal de la dependencia respondió que están al tanto pero esperan la participación de otras autoridades para diseñar una intervención conjunta, aunque no existe una fecha precisa para hacerlo.
La Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) está al tanto de la venta de especies protegidas afuera del Mercado de Peces, sin embargo, su área de comunicación dijo a La Silla Rota que no interviene porque “está buscando articularse con otras dependencias para atender estos casos de manera integral en estos lugares porque son muy complejos e implican a redes criminales”.
Lucía Hernández, activista por los derechos de los animales, dijo que los procesos para denunciar venta de especies protegidas son complicados y que solicitan datos personales “innecesarios”.
También planteó que los traficantes deben conseguir a los animales cuando aún están pequeños porque facilita su extracción y para lograrlo normalmente matan a la madre o a los padres.
“Es evidente este tráfico de animales y es imposible pensar que no estén coludidos… No sabemos a cuántos halcones mataron estos traficantes para tener acceso a uno, si dices que hay 10 allá, imagínate” dijo la activista.
La venta de aves no sucede dentro del Mercado de Peces, pero está en la entrada y tanto los trabajadores de las tiendas dentro del mercado como las personas que asisten a comprar pasan frente a las más de 30 jaulas donde están las aves traficadas.
Así como los vendedores de aves, los tenderos dentro del Mercado de Peces tienen la política explícita de permitir que se tomen fotografías.
Un periodista de La Silla Rota trató de tomar imágenes y fue rodeado por vendedores, quienes amenazaron con golpearlo y lo obligaron a borrar las fotografías que había tomado.
Sobre la procedencia ilegal de algunas o todas las aves que venden, una vendedora de cuyos y ranas albinas afirmó que no le molesta porque “todos los animales vienen de la naturaleza” y “en algún punto todos son ilegales”.
Algunos comerciantes dijeron que en el sitio también se venden pájaros que los vendedores pintan con tintas para “disfrazarlos” como pájaros exóticos y subir el precio del espécimen, pero hay otro tipo de trampas afuera del mercado.
“Tú lo compras y ellos tienen una maña para meter al pajarito en una bolsa de papel sin que tú te des cuenta de qué pájaro es, lo sé porque hay gente que me compra la jaula inmediatamente después y ven que en vez de canario les dieron otro y cuando regresan a quejarse el vendedor ya se fue o niega lo que hizo y finge demencia” dijo Miguel, dueño de una tienda cercana al Mercado de Peces.