En Iztapalapa se concentra más de un tercio de las purificadoras de agua de toda la Ciudad de México. Son cerca de mil 200 establecimientos que abastecen a más de un millón y medio de personas que dependen de ellas para beber, cocinar o asearse, de acuerdo con un análisis del académico de la UNAM, Ernesto Morúa Ramírez.
Esta red de pequeños negocios quedó paralizada tras el operativo “Caudal” que puso en práctica el gobierno del Estado de México; en él se cerraron 51 pozos y 138 tomas clandestinas el pasado fin de semana. El golpe en la alcaldía vecina fue inmediato: cientos de purificadoras dejaron de recibir agua de las pipas y miles de familias se quedaron sin agua purificada.
La operación, desplegada por la Fiscalía mexiquense en 48 municipios, buscó frenar el robo y venta ilegal de agua potable. Pero su impacto rebasó los límites del Estado de México y alcanzó directamente a las colonias del oriente capitalino. El lunes, más de 200 dueños de purificadoras bloquearon vialidades como Calzada Ermita Iztapalapa, Eje 6 Sur y Eje Central, exigiendo la reapertura de los pozos que eran la fuente principal para el abasto de pipas que surten a los establecimientos.
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“Las purificadoras surgieron por la ausencia del Estado”, explica Morúa, especialista en planeación urbana. “En la Sierra de Santa Catarina, por ejemplo, la gente recibe agua por tandeo y no hay grandes tiendas o centros comerciales cerca. Cuando se acaba el agua, se acude a la purificadora. Hay una cada cuatro cuadras y cada una atiende a unas mil 500 personas”, señala en entrevista con La Silla Rota.
De acuerdo con su análisis Iztapalapa cuenta con más de mil 184 purificadoras, seguida de Gustavo A. Madero (343), Tláhuac (262), Iztacalco (194) y Tlalpan (189).
En contraste, alcaldías como La Magdalena Contreras (44) o Benito Juárez (47) apenas registran unas cuantas. El patrón es claro, las purificadoras se concentran en las zonas donde el agua llega por tandeo o donde las familias no pueden costear garrafones de marca que cuestan hasta 60 pesos, frente a los 15 o 20 pesos que se pagan en una purificadora.
Desigualdad en acceso al agua
De acuerdo con el análisis de Morua, realizado con datos del INEGI, Iztapalapa, GAM, Iztacalco y Tláhuac concentran más del 60% de las plantas de purificación registradas en la capital.
Según el académico, esto no responde al tamaño territorial ni al número de habitantes, sino a la intermitencia del suministro. “Las colonias donde el agua llega por tandeo son las mismas donde se multiplicaron las purificadoras”, señala.
“En esos lugares, el agua entubada se usa solo para limpieza o aseo, mientras que el consumo humano depende casi por completo del agua purificada”.
"Caminé una hora para encontrar agua"
El académico relata que durante el cierre de pozos, él y su familia vivieron el desabasto en carne propia. “Tengo cuatro garrafones que lleno una vez al mes. El fin de semana fui a la purificadora y estaba cerrada. Fui a otra y tampoco tenía agua. Estuve recorriendo varias hasta que encontré un cartel que decía que por disposiciones federales no había agua en los pozos”, relata.
El académico recuerda que intentó comprar agua en una tienda de autoservicio, pero tampoco pudo. “No me aceptaron los garrafones porque tenían la marca de una purificadora. Tuve que comprar dos nuevos con todo y envase, me costaron 300 pesos. Era eso o quedarme sin agua”, cuenta.
En zonas como la Sierra de Santa Catarina, donde se concentra buena parte de estas plantas, el cierre temporal de los pozos mexiquenses significó quedarse sin ninguna alternativa. Ahí, explica, “no hay tiendas grandes ni Oxxos cercanos. Cuando no pasa el pipero, las purificadoras son la única opción para conseguir agua potable”.
El Cutzamala no llega al oriente
Aunque las presas del Sistema Cutzamala alcanzaron niveles cercanos al 100% de almacenamiento tras las lluvias de julio, agosto y septiembre, el incremento no se tradujo en una mejora para las zonas del oriente capitalino.
Según el académico, Iztapalapa, Tláhuac y parte de Iztacalco no dependen del Cutzamala, sino de pozos locales perforados dentro de las propias alcaldías o en los límites con el Estado de México. “El tandeo en esas colonias no ha fallado en años, pero sigue siendo intermitente”.
Esto significa que las lluvias que recuperan las presas y mejoran el suministro al poniente de la ciudad no modifican la disponibilidad en las alcaldías con mayor densidad de purificadoras, donde el abasto sigue dependiendo de fuentes subterráneas y de la distribución por pipas.
Brugada llama a comprar agua “legal”
Desde el Antiguo Palacio del Ayuntamiento, la jefa de Gobierno, Clara Brugada, reconoció que el operativo mexiquense tuvo un impacto directo en la capital, particularmente en Iztapalapa.
“El impacto se debió a que algunas purificadoras compraban agua a empresas que la adquirían de manera ilegal”, explicó. “Aquí lo importante es que se empiece a legalizar todo. Todo mundo tiene derecho a comprar agua, siempre y cuando sea legal”.
Brugada hizo un llamado a regularizar la distribución y destacó que el cierre de pozos “derivó en afectaciones al tránsito capitalino” por las movilizaciones de operadores de pipas y dueños de purificadoras.
Aunque el suministro comienza a restablecerse en algunas colonias, los vecinos reportan que la escasez persiste en zonas altas y que no todas las purificadoras han reabierto.
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gph
