Este 30 de julio se registró un microsismo de magnitud 2.1 grados en la escala de Richter con una ubicación a 6 kilómetros al Noroeste de Naucalpan de Juárez, en el Estado de México, de acuerdo con el Servicio Sismológico Nacional (SSN) el movimiento telúrico tuvo lugar alrededor de las 04:08 horas de este martes.
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Por su parte, el proyecto Sismo Alerta Mexicana en su cuenta de X, señaló que durante la madrugada se registraron varios microsismos en el municipio de Naucalpan. Aunque su magnitud es baja, su corta profundidad 1 kilómetro ha provocado que la percepción sea intensa y ruidosa, por la perturbación acústica notable debido a las ondas sísmicas.
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El mismo proyecto informó que a las 05:29 horas se registro un nuevo microsismo en Naucalpan; sin embargo, el Sismológico Nacional no emitió ningún reporte sobre este movimiento telúrico.
Cabe mencionar que el pasado 19 de julio se registró un microsismo de magnitud 2.2 grados a 7 kilómetros al Oeste de Naucalpan. El movimiento telúrico tuvo lugar alrededor de las 06:44 horas y fue registrado por el SSN.
En esa ocasión usuarios en redes sociales aseguran que apenas se sintió, mientras que otros refieren que se sintió como si algo explotara, además de que la percepción fue por varios segundos.
En febrero de este año se registraron al menos 3 microsismos al nororiente del centro del municipio de Naucalpan, en lo que expertos de la UNAM llaman la "falla Satélite" y podría tener relación con otros eventos similares ocurridos en la Ciudad de México.
Microsismos en Edomex
La causa principal de los sismos de baja magnitud que se han registrando tanto en la Ciudad de México como en el Estado de México son las fallas geológicas activas que hay en el subsuelo del Valle de México, así lo explica en un texto difundido en la Gaceta de la UNAM, Luis Quintanar, investigador del Departamento de Sismología del Instituto de Geofísica de la UNAM, quien añade que los sismos ocurren sobre fallas preexistentes y, para que haya un sismo en un determinado punto, debe haber abajo una falla activa.
Para el investigador del de la UNAM, el Valle de México está atravesado por una serie de fallas (ya cartografiadas por el Instituto de Geología (IGL) de la UNAM) que cuando son activadas por acumulación de esfuerzos, dan lugar a la sismicidad local.
Explicó que esos sismos locales son de baja magnitud, ello debido a que la longitud de las fallas que los originan no es tan grande como las de zonas de las costas en el Pacífico. Cuando un sismo de gran magnitud ocurre fuera del Valle de México, el subsuelo de la capital resiente la llegada de sus ondas (por lo general, muy energéticas), lo que puede provocar que las pequeñas fallas preexistentes se activen y desencadenen los sismos de baja magnitud.
El investigador de la UNAM aclara que el origen y la formación de las fallas tienen causas geológicas, cuyos tiempos son muy extensos, existen desde hace miles de años, los sismos de baja magnitud en la capital no han dejado de presentarse a lo largo de su historia.
Precisó que estos microsismos siempre han existido, sólo que no había forma de detectarlos, porque en el Valle de México se tenía solo una estación de monitoreo y ahora hay 30.