Sin dinero y con la esperanza de encontrar una mejor vida en Estados Unidos para ella y sus tres hijos, Monserrat salió huyendo de una situación de violencia familiar en El Salvador. En su tránsito por la Ciudad de México, acusa que su hija de siete años fue víctima de abuso sexual en el campamento migrante instalado en la Plaza de la Soledad, en el Barrio de la Merced.
“Yo vengo con tres bebés. No encuentro trabajo en donde me los acepten, debido a eso me violaron a la niña porque tuve que dejarla sola en la carpa, en el Parque de La Soledad. Tenía que dejarlos a ellos adentro de la carpa y se metió un hombre y la violó”.
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Monserrat confrontó al agresor, pero tras ser amenazada por el mismo, decidió huir del lugar.
Tras pedir ayuda a las autoridades capitalinas, Monserrat fue trasladada a Caritas Arquidiócesis de México, en la alcaldía Miguel Hidalgo, donde existe un albergue para migrantes, sin embargo, nunca obtuvo la orientación necesaria para judicializar el caso de su hija, mismo que hasta el momento sigue impune.
En el albergue “Caritas” continuó el tormento para Monserrat, pues señala que ahí fue víctima de malos tratos por parte del personal.
“Los encargados de ahí me trataron mal. Me humillaron, lloré, me salí y de ahí ya no quise entrar. Ahora, estoy en la calle sin comida, sin trabajo, sin un lugar para mis hijos, sin nada”.
Tras salir del albergue Caritas, Monserrat llegó por recomendación a la Casa del Migrante en la colonia Juárez, alcaldía Cuauhtémoc. Le dijeron que ahí priorizaban el acceso a mujeres y niños, pero ella se encontró con una realidad muy distinta: largas filas para poder entrar, maltrato del personal y una situación de hacinamiento que es visible desde la calle Roma, donde se encuentra el albergue.
Por esa razón, desde hace cuatro meses, Monserrat ha tenido que vivir en la calle.
“Tenemos tres días de no comer y de no tomar agua. Tengo dos días de estar aquí y a mi hijo le dio fiebre de 40 grados, pero no tengo dinero para llevarlo a un doctor”.
De la CDMX a Morelos
Maryelis, es otra mujer migrante para quien la situación ha sido complicada. Ella es madre de una bebé recién nacida y forma parte de una de las 76 personas que fueron trasladadas a Morelos, tras ser desalojadas de la Plaza Giordano Bruno, en la Ciudad de México.
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Ella salió de Venezuela junto con su esposo y su hija, rumbo a Estados Unidos, afirma que, tras el desalojo, solo recibieron, por parte de personal de Instituto Nacional de Migración (INM), Tarjetas de Visitante por Razones Humanitarias (TVRH). Fue durante la madrugada del pasado jueves que Maryelis llegó a Cuernavaca en uno de los dos autobuses que llegaron de la CDMX a las oficinas del INM Morelos, situadas en la colonia Delicias.
Entre las personas que arribaron a la ciudad de la eterna primavera, había menores de edad, mujeres y hombres de distintas edades, algunas provenientes de Venezuela y Haití.
“Estamos aquí en la calle, pensamos que nos llevarían a un albergue o algo. No conocemos a nadie, no tenemos familia, estamos a nuestra suerte. Este carnet no nos sirve para entrar a Estados Unidos y nosotros queremos llegar a Estados Unidos, pero por cita”, señala Marelys.
Aseguró que en el campamento que mantenían en Plaza Giordano Bruno en Ciudad de México había aproximadamente mil 500 personas.
“La mayoría se fueron porque pensaban que la migra nos iban a sacar”.
La Silla Rota buscó una entrevista con la representante del Instituto Nacional de Migración de la Delegación en Morelos, así como con la autoridad estatal, pero hasta el cierre de esta edición no hubo comunicación.
De acuerdo con cifras de la Unidad de Política Migratoria del Gobierno de México, en la CDMX se tiene registro de 3 mil 814 personas con situación migratoria irregular, mientras que en Morelos se tiene el registro de 714 personas en esta situación.