A dos meses de haber salido de Honduras, su país de origen, por temor a ser asesinados, Carlos y su hija Samara de sólo 4 años, por fin llegaron al centro de México, aunque con malas noticias.
Este martes el gobierno de Estados Unidos acordó prohibir la solicitud de asilo a los inmigrantes que crucen ilegalmente la frontera, situación que afectó su camino rumbo al norte de México.
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Ahora los planes para Carlos y Samara, para llegar a Estados Unidos los continuarán sólo si tienen garantizada su seguridad en el paso y conseguir el anhelado sueño americano de manera legal.
“Venimos desde honduras, cruzando Guatemala, luego Tapachula subiendo hasta acá en la Ciudad de México. Es un trayecto complicado para nosotros porque al final el objetivo es alcanzar esa meta más anhelada”, dice.
Con una muda de ropa y apenas lo necesario para poder llegar a la unión americana, arribó este miércoles a la Casa del Migrante Arcángel Rafael II, con sede en Ecatepec, para solicitar apoyo y un sitio para dormir.
“Venimos huyendo de cierta persecución que surgió por una circunstancia personal por eso salgo de mi país de origen, por el simple hecho de guardar mi vida y la de mi familia”, cuenta.
Para ellos, quedarse en México no es una opción. “Mi plan es ir a Estados Unidos y pedir asilo”, comenta Carlos tras salir del recinto ubicado en la comunidad de San Pedro Xalostoc para comprar agua potable que los ayude a pasar las altas temperaturas que se registran en el Estado de México.
“Acabo de llegar a este lugar porque busqué información en Google maps y llegamos por acá, sólo me hicieron preguntas de que si era mi hija, que si en realidad era mía y me dejaron entrar”, explicó.
Una aplicación, la esperanza para la comunidad migrante
De las cerca de 150 personas en situación de movilidad que se encuentran con refugio en la Casa Migrante de Ecatepec, la mayoría coincide en que cruzar hacia Estados Unidos será más complicado y con mayor riesgo de detención y retorno a sus sitios de origen.
“Creo que a la mayoría no nos afectaría porque desde que yo vengo de mi país la mentalidad es pedir la cita a través del CBP One para realizar todo lo legal lo más posible, porque no quiero pasar de manera ilegal más que todo por la integridad de mi hija”.
“Quiero que pase segura porque ese es el objetivo de cualquier padre que sus hijos no pasen circunstancias adversas como uno”, señala Carlos en el patio central del refugio, destinado al apoyo de las personas migrantes que transitan por el país.
Apenas en diciembre pasado, el refugio fue inaugurado por religiosos de la Congregación Misioneros de San Carlos o Scalabrinianos, quienes informaron que cada día brindan atención a un máximo de 200 personas, todos en busca de descanso para seguir con su camino para llegar a Estados Unidos.
“Aquí tenemos techo, podemos buscar trabajo y mejorar un poco en lo que tenemos respuesta de las citas, ya es muy complicado continuar así porque es más riesgo, que te deporten y todo el trayecto que ya cruzaste, con todas las dificultades, sería volver a intentar”, dicen.