Luego de casi tres meses de trayecto a pie, cerca de 300 migrantes llegaron al centro del país procedentes de Tapachula, Chiapas, en busca del sueño americano; cruzar la frontera mexicana hacia Estados Unidos.
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“Todo el día hemos caminado, no hemos parado desde hace tres meses”, cuenta José, quien abandonó El Salvador para reencontrarse con su abuelo en territorio estadounidense.
“Yo vengo solo, no tengo papás. Solo tengo hermanos, pero viven con mi abuela. Allá (en Estados Unidos) tengo familia, está mi abuelo, él me va a recibir”, dice.
La caravana ingresó este jueves sobre la carretera federal Texcoco-Calpulalpan, en la región oriente del Estado de México, escoltados por elementos de la Guardia Nacional y agentes de la policía local.
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Cargan una Cruz gigante que llevarán a la Basílica de Guadalupe
“Somos varios, yo soy de El Salvador, pero vienen hermanos de Colombia, Venezuela, Cuba, vienen varios, pero todos para mejorar las condiciones de sus familias y salir de la pobreza y la inseguridad que se vive allá”, explicó.
Lo hicieron pese al fuerte sol, cargando una cruz gigante, símbolo de la fe y la esperanza para el pueblo centroamericano, que, afirman, los ha protegido en su camino hacia el norte de México.
“Vamos para la Basílica, ahí vamos a descansar la cruz, esa nos la trajeron de Estados Unidos y hay que ir a entregarla allá para que regrese con otros compañeros y les de fuerza”, señaló.
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Víctima de la delincuencia
Sin embargo, para José el camino no ha sido fácil. Apenas en dos semanas en suelo mexicano fue víctima del robo de sus pertenencias que lo dejaron prácticamente incomunicado.
“A mí me quitaron mis pertenencias en Oaxaca, fue la migra. Ellos no nos apoyan, más bien nos quieren regresar para atrás”, cuenta.
“Se robaron mi celular, mis identificaciones por eso no he podido comunicarme con mi familia, ellos han de pensar que estoy muerto”, agrega.
Pese al incidente, aún tiene la esperanza en el pueblo de México que le ha tendido la mano con comida, asilo y un poco de viáticos para continuar su camino hacia el norte del continente.
“No nos quejamos, en general México nos ha tratado bien, el único problema es la migración. Pero rezamos para que nos vaya bien, que no nos toque la mafia porque ahí si ya no se puede hacer nada”.
“Si hemos sabido de compañeros que no llegan, que desaparecieron así nada más, pero Dios primero llegaremos con bien porque somos más familias, niños, madres, que sólo quieren una mejor vida”.
VGB