En sólo ocho días, cerca de mil hectáreas de bosques y pastizales que alimentan la región de los volcanes en Amecameca, Estado de México, terminaron reducidas a cenizas.
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Las llamas acabaron con árboles, pasto y algunos animales nativos de la región oriente que se encuentran en peligro de extinción y que no pudieron escapar de la emergencia.
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“Fueron ocho días que estuvimos combatiendo donde se afectaron 970 hectáreas aproximadamente porque todavía no está liquidado en su totalidad, se encapsuló y llegó a una zona donde desde peñas de 180 metros de altura, son muy, muy peligrosas”, comentó Óscar Enrique Meléndez Delgado, coordinador de protección civil y bomberos de Amecameca.
Con palas y picos, más de 260 elementos de protección civil, bomberos y alta montaña del gobierno local, estatal y federal trabajaron en las faldas del volcán Iztaccíhuatl donde iniciaron las llamas.
Ocho días para controlar las llamas
Para sofocar las llamadas, cuadrillas de bomberos tuvieron que caminar diariamente por cerca de una hora y media desde el parque nacional Izta-Popo para llegar a la zona devastada, ubicada a más de 4 mil metros sobre el nivel del mar.
Para los brigadistas fue una fortuna que sólo un 20 por ciento de afectaciones fuera en los árboles y que se lograra contener antes de que las llamas se extendieran al bosque: "no tuvimos incendio de copas, que esos sí son peligrosos y devastadores, porque se acaba en cuestión de minutos".
“Fue el trabajo de muchos brigadistas que estuvieron ahí trabajando en el día, porque en la noche, desgraciadamente por el área geográfica que se encuentre, por la altura y todo eso no es recomendable”, agregó.
"Afortunadamente, te puedo decir que humanamente fue un saldo blanco, a pesar de que estuvieron un promedio de 160 a 260 brigadistas diarios. Cuidamos mucho el tema, se instaló el comando incidencias para poder llevar un trabajo coordinado, ordenado porque el incendio se dio a una altura de 3 mil 800 a 4 mil 300 metros sobre el nivel del mar.
De acuerdo con lo dicho a La Silla Rota, el terreno en el que se originó este incendio el mes pasado es muy difícil, lo que duplica el riesgo para los brigadistas, sobre todo a la hora de reaccionar y correr, pues el esfuerzo crece por la falta de oxigenación.
Uno de los incendios más fuertes de los últimos 70 años
De acuerdo con datos del gobierno local, la zona afectada acumulaba más de 70 años sin registrar un incendio de magnitud similar, por lo que ahora se trabajará en un programa de reforestación con el fin de recuperar la zona boscosa.
“Las llamas estuvieron en una zona irregular, en terrenos irregulares, barrancas, entonces se tiene que ir haciendo los polígonos poco a poco para sacar bien el dato correcto de la afectación”.
“La gente dice pues fue el pasto, pero son pastizales que absorben mucha agua y que mantienen mucha agua y son los que ayudan a los escurrimientos naturales del agua, que es el proveedor principal de toda esta zona de los volcanes, entonces nos perjudica en ese aspecto”, agregó.
Óscar Enrique Meléndez Delgado, coordinador de protección civil y bomberos de Amecameca, también hizo hincapié en que, entre las especies más afectadas por el incendio, se contabilizó la muerte de ejemplares como serpientes y teporingos, que ya están en peligro de extinción.
“No alcanzaron a salir de los pastizales, porque déjame decirte que el fuego avanzó tremendo y así como víboras sí, y los demás animales ya un poco más grandes se alcanzan a bajar”
“Entonces yo creo que el impacto ambiental sí fue igual de devastador, las afectaciones pues se van a ver reflejadas, ¿Por qué? Porque yo creo que el calentamiento global nos está afectando en todo el mundo y aquí gran parte de la afectación que tenemos en México ya lo hemos visto, pues precisamente es el agua, nos ha disminuido los niveles y creo que nos preocupa y nos ocupa si se están yendo a cuadrillas, a los veneros, todo eso que tratar de limpiar, tratar de rescatar y hoy se tiene planeado un proyecto grande de reforestación para poder ayudar a la naturaleza”.
De manera preliminar se estima que las llamas afectaron un 80 por ciento de la zona de pastizales del Parque Nacional Izta-Popo, uno de los sitios turísticos más visitados por turistas nacionales y extranjeros para realizar actividades de alta montaña como alpinismo y senderismo.
“Es una desesperación tremenda ver cómo algo tan hermoso que tenemos aquí en la zona se va destruyendo en cuestión de segundos, entonces tratamos de dar nuestro mayor esfuerzo y creo que lo dimos, todos los que fuimos, lo dimos, lo hicimos y hoy, se ve reflejado. Y si queremos hacer conciencia con toda la gente que nos visita, a invitarlos a que no se hagan fogatas donde sea, estamos pasando por una de las temporadas de estiaje más, más difíciles que hemos tenido en esta parte del Estado de México, entonces invitar a la gente a que no haga fogatas, si vas a la montaña, pues disfruta la montaña, no vayas a fumar, porque muchas veces fuman, tiran la colilla y también eso, lo que es las fogatas hechas sin el debido cuidado y el fumar, tirar el cigarro, es lo que nos lleva a un siniestro de tal magnitud como el que hoy tuvimos”.