INCENDIOS FORESTALES

Incendios forestales: Cómo los combate Probosque

Explican cómo operan los centros de control Probosque en la temporada de sequía 2024, en la que ya se han registrado 653 indendios forestales en el Edomex

Créditos: Especial
Escrito en METRÓPOLI el

Una chispa de fuego, siempre puede generar un siniestro, y aunado a las condiciones geográficas, de combustible, así como a la fuerza y dirección del viento, pueden ser el inicio de un incendio forestal, situaciones que se atenderán en forma inmediata por los elementos de las brigadas de combate a incendios, que en este 2024 en el Estado de México, han trabajado para liquidar 653, así lo explicó a La Silla RotaGuillermo Carillo Maciel, jefe del programa de incendios forestales de la Protectora de Bosques  Probosque.

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En esta temporada de sequía, para los integrantes de las 24 brigadas del equipo de campo de Probosque, aumenta el trabajo y con ello los riesgos, pero también las satisfacciones y el desarrollo de estrategias que se planean para cada uno de los incendios forestales que se registran.

La labor de todo el personal de Probosque no comienza en campo con los trabajos de combate de incendios forestales, inicia desde que se detecta presencia de humo en alguna zona boscosa, a través de las 28 torres de vigilancia, o bien, cuando la ciudadanía hace el reporte de presencia de fuego.

Cómo inicia el trabajo de los combatientes

En el Centro Estatal de Manejo de Fuego, que está ubicado en las instalaciones de Probosque en el municipio de Metepec, se cuenta con personal las 24 horas del día, principalmente, un radio operador que se encarga de recibir las llamadas de aviso de presencia de humo, lo checan con las torres de monitoreo que están distribuidas en nueve regiones del territorio mexiquense y el mapa de incidencia de siniestros que tiene identificadas a todas las regiones para movilizar, de forma inmediata, a la brigada que se encuentra más cerca del punto y se implementa una estrategia de acción para controlar el fuego, explica Guillermo Carillo, quien tiene 38 años de experiencia en incendios forestales.

Cada una de las brigadas de Probosque está integrada por un jefe de grupo y 10 combatientes oficiales que tienen experiencia de, por lo menos, 15 años, a los cuales se les suman brigadistas voluntarios. 

"Los primeros que llegan al punto donde se detecta humo, son los comuneros o ejidatarios, que cuentan con la capacitación para atender los incendios forestales como primer contacto".

Una vez que los brigadistas están en el punto, que en muchas de las zonas no hay acceso en unidades vehiculares, por lo que su arribo es caminando e, incluso, en ocasiones recorren por lo menos una hora a pie con su equipo para llegar al lugar y poder comenzar su labor.

Primero analizan el punto, hacen una valoración considerando los factores de riesgo, como el geográfico, el viento y el combustible que hay en la zona, arman su estrategia e inician el trabajo para controlar el fuego.

"(Los brigadistas) comienzan el ataque inicial que son las llamadas líneas negras y cortabrechas, es decir, cortar la continuidad de los combustibles, que son los pastizales y arbustos, en general siete brigadistas son los que hacen está acción dirigida por el localizador de la línea de control, es el combatiente que va con machete abriendo el paso, posteriormente se pone en acción la práctica conocida como aplicación de contra fuego, es decir, los brigadistas prenden fuego en la cortabrecha para evitar que el incendio forestal pase de esa zona y no se expanda más", explicó Guillermo Carillo.

En tanto, otro grupo de brigadistas realizan las labores para controlar y liquidar las llamas. En esta etapa los riesgos aumentan porque al estar fuego contra fuego, pueden hacerse remolinos y, aun cuando se tienen las brechas grandes, una chispa, el viento o un tronco seco, puede reactivar en cualquier momento el fuego e, incluso, provocar que se inicie en otro punto, y se tiene la posibilidad de estar a dos fuegos, con un riesgo mayor para los combatientes.

“Una vez que decimos ya este fuego contra fuego, que permite contener el incendio forestal, se controla y se hacen las labores para liquidarlo y una vez que ya no se tienen llamas, la labor de los brigadistas aún no termina, tienen que hacer revisiones, al menos en un área de  20 o 30 metros al interior del perímetro de las cortabrechas, para verificar que no hay árboles secos, en pie ardiendo, que no haya árboles inclinados aún encendidos con riesgo de caer hacia la parte no quemada, porque estos factores pueden generan que se reavive el incendio”.

“La labor de los combatientes es controlar el incendio, pero no extinguirlo, más bien los liquidamos en el perímetro, pero el humo seguirá saliendo porque hay madera seca que tarda días en terminar de quemarse, por eso a veces ya no estamos en el punto porque el fuego está liquidado, pero siguen los remanentes hasta que la madera se apaga, pero corroboramos que ya no hay riesgo y nos retiramos para seguir atendiendo otras zonas”, explicó el jefe del programa de incendios forestales de Probosque.

Además, el personal de Probosque se dedica a hacer limpieza del combustible, que en las zonas boscosas, es el pasto, los arbustos, la madera muerta, la hojarasca y arbolado vivo.

En las torres de vigilancia siempre hay un radio operador que está en alerta día y noche, para esta labor cada torre cuenta con tres personas, cuyos turnos se manejan conforme a la región, pero siempre se cuenta con un elemento con radio portátil, radio móvil y binoculares, son los encargados de avisar en forma inmediata cuando se detecta humo en su región, verificando a través del Centro Estatal de Manejo de Fuego, si se trata de quema de basura, quema controlada o si es un incendio forestal para movilizar a las brigadas para su atención inmediata.

Una vez liquidado el incendio forestal, las brigadas envían las coordenadas, los daños, el tiempo de duración, datos que sirven para la estadística, que se mantiene en un pizarrón actualizado durante todo el día y en el cual se puede dar seguimiento a los incendios forestales que aún están vigentes.

Además, a través de una aplicación, se actualiza la tabla de atributos, esta contiene toda la información de cada incendio que se registra en la entidad, contiene datos como zona, número de incendios, causa, fecha de inicio y liquidación, tipo de incendio, área afectada, tipo de vegetación, impacto, polígono por coordenadas, todo ello con apoyo de imágenes satelitales, información que permite contar con la bitácora actualizada y subir la información a nivel nacional, explicó Jeni Estefania Martínez, auxiliar técnico operativo de Probosque.

En el centro de control, en esta temporada de sequía, en la que los incendios forestales, en comparación con años anteriores, han sido tres veces más, la participación ciudadana es importante, diariamente se llegan a recibir en promedio 30 llamadas avisando presencia de humo o fuego y, aunque algunas son de un mismo punto, a todas se les da atención y respuesta, explicó Alan Lomas, radio operador del centro.

Guillermo Carillo, quien es parte de Probosque desde 1986, comenta que cada incendio forestal es único, sus características son diferentes y por muchos factores ninguno es igual, de ahí la importancia de que los brigadistas siempre observen, mantengan su estado de alerta y la constante comunicación, para dar los mejores resultados, sobre todo, evitar consecuencias mayores.

A lo largo de los 38 años que ha atendido incendios forestales, Guillermo no ha sufrido incidentes graves, ha presentado torceduras, pero en este tiempo lo que más ha recibido son satisfacciones.

"Si es mucho el riesgo que corremos, a veces jornadas muy largas de estar en combate, no vemos a la familia, pero tenemos muchas satisfacciones cuando liquidamos el fuego y no hubo víctimas, los vecinos se muestran agradecidos porque evitamos se les afectara y nosotros regresamos al hogar sanos y salvos".

Para Probosque, este año los incendios forestales comenzaron antes de tiempo y en número importante, en el Estado de México se han registrado 653 incendios forestales, con afectación en más de 15 mil hectáreas; no obstante, en los últimos días ha disminuido la incidencia de estos siniestros, pero Probosque asegura que se mantiene el estado de alerta, porque aún faltan por lo menos dos meses de sequía y elevadas temperaturas. 

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