Usuarios con discapacidad, mujeres embarazadas y personas de la tercera edad están desencantados del funcionamiento de los elevadores del Metro de la Ciudad de México, ya que en la mayoría de las estaciones no hay oficiales que llamen el ascensor, huelen a orina, están fuera de servicio por semanas y solo hay 128 de ellos para las 195 estaciones que componen el Sistema de Transporte Colectivo (STC).
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Después de un recorrido por las líneas 1, 2, 3 y 8 del Metro, La Silla Rota constató que los usuarios no usan los elevadores por falta de la “Tarjeta Incluyente” que es indispensable para ingresar a la mayoría de ellos, sin ésta necesitan a los policías que, en algunas ocasiones, se niegan o no pueden dejar su puesto junto a los torniquetes.
Los requisitos son que el usuario viva con una discapacidad permanente avalada por una Clínica de Salud, pero aún cumpliéndolo hay gente que no puede acceder a ella como Victor que tiene más de un año esperando la Tarjeta Incluyente.
“Fuimos a donde las tramitan, ahí a un lado de Pino Suárez, pero nos dijeron que no hay. No hay hasta nuevo aviso. Cuando pedimos ayuda a los polis, no nos ayudan, dizque no pueden dejar su puesto”, dijo Victor.
Además, los usuarios no confían en la disponibilidad de los elevadores, como Margarita que para ahorrarse la caminata hacia el ascensor para descubrir que no sirve, baja por las escaleras agarrada del barandal y dando pasos muy despacito.
“La mayoría ni sirven, prefiero ir a mi ritmo por la escalera en vez de ir caminando a un elevador que no funciona o donde no hay policía para entrar”, así se expresó Margarita.
Elevadores que no sirven, escaleras en mantenimiento
De todos los elevadores visitados por La Silla Rota, sólo el elevador de Chabacano de la Línea 2 estaba fuera de servicio, los demás funcionaban correctamente; en cambio la mayor parte de las escaleras eléctricas que auxilian a los usuarios con problemas de movilidad, estaban detenidas y fuera de servicio.
Para las personas con discapacidad, en general, con colocar escaleras eléctricas es más que suficiente, pero no para los usuarios de silla de ruedas que de usarlas arriesgarían su integridad, por esto se ven orillados a pedir ayuda a personas que amablemente carguen la silla.
Elevadores del Metro desde los ojos de sus usuarios
“Creo que ya estoy acostumbrada”, así es como Alma define sus trayectos como mujer con discapacidad que usa muletas en el Metro de la Ciudad de México, afirmó que sólo usa rutas en las que está segura de que hay forma de tomar la mayor cantidad de escaleras eléctricas y elevador. Tener la seguridad del ascensor le permite trasladarse más autónomamente.
Patricia, vendedora de alegrías y palanquetas, dijo que por su rodilla usará el elevador del Metro un tiempo. Su mayor problema es que ella no tiene Tarjeta Incluyente y los policías no se prestan para activar el ascensor, también destacó que hace falta limpieza en el elevador de Pino Suárez, ya que huele normalmente a orina.
Victor y su mamá María Isabel están agradecidos con el elevador, pero les gustaría que colocaran más en otras estaciones porque tienen que planear sus trayectos para asegurarse de que María Isabel pueda transitar lo más cómoda posible en su silla de ruedas, esto limita la cantidad de estaciones del Metro y los forza a hacer recorridos más largos.