Cruzar desde Chimalhuacán al municipio vecino de Nezahualcóyotl, en la zona oriente del Estado de México, se ha convertido en un desafío para cientos de vecinos de la región ante la falta de un puente peatonal y el uso de provisional de estructuras destinadas para uso vehicular.
Desde el colapso hace dos meses del puente de Los Rosales que comunicaba ambas localidades por su aparente deterioro y falta de mantenimiento, habitantes de esta zona han tenido que utilizar estructuras igual de viejas y oxidadas que la colapsada el pasado 2 de noviembre.
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“Están igual todas las que dejaron, apenas y pasan unos porque es mucha gente”, dice don José, electricista de oficio y vecino de Chimalhuacán desde hace más de 20 años.
Con apoyo de una bicicleta a diario tiene que viajar desde del cerro de Chimalhuacán hacia Nezahualcóyotl para acudir a los domicilios y negocios que solicitan sus servicios.
Sin embargo, casi siempre tiene que esperar en un extremo de la estructura para poder cruzar debido a que su bicicleta no puede utilizar el puente por el paso constante de vehículos y la saturación en horas pico de peatones.
“Imagínese el que se cayó fue porque pasó muchísima gente ahora que no está. Tenemos que ocupar uno que está aquí cerquita, pero es igual la misma gente y luego ni se puede pasar sobre todas las horas pico cuando uno sale a trabajar”, comentó.
Y es que tras el colapso del puente más importante de la zona de Los Rosales, las autoridades locales de Chimalhuacán habilitaron el crucé vehicular para el cruce de vecinos a pesar de que es utilizado por unidades de transporte público, particulares y de carga.
“Era el paso para toda la gente, pero ahorita es por la avenida por eso pusieron esto para que pasen por aquí… es un peligro luego porque pasan los camiones, pero aquí seguimos, hay que buscarle a la vida”, dice Javier López, mecánico de Chimalhuacán quien tuvo que mudarse a Nezahualcóyotl junto a su familia para evitar cruzar la estructura.
“Si nos hace mucha falta, según dijeron que lo iban a hacer lo más pronto posible, pero no han hecho nada”, señala.
Guadalupe, trabajadora de un panteón cercano, también ha resultado afectada.
“Trabajo aquí en el panteón y cuando tengo que hacer trámites aquí en la oficina tengo que pasar el puente y la verdad si es riesgoso, aunque parece que no, pero vamos a esperar a ver qué dicen las autoridades”, dice.
Aunque a menos de 300 metros existe un puente exclusivo para uso peatonal, algunos vecinos prefieren no utilizarlo ante las malas condiciones, la lejanía y el temor a que también colapse, por lo que deciden utilizar el cruce provisional en el puente vehicular.
“Allá también hay otro puente, pero mejor nos pasamos por aquí porque está muy solo. Y aparte ahí hay mucha tierra y no vaya pasar como aquí que se cayó de tanto uso mejor pues aunque pasen los carros aquí cerquita, pero pues es más rápido para llegar a la casa”, dice la señora Guadalupe.
Sin respuesta de autoridades
Han pasado ya dos meses desde que el puente peatonal Los Rosales, ubicado en la zona limítrofe de los municipios de Nezahualcóyotl y Chimalhuacán, y a pesar de las personas lesionadas y los riesgos, autoridades locales no han podido realizar su reapertura y uso.
Incluso la zona donde se ubicaba la estructura y que había sido acordonada, ahora sólo luce con montículos de desperdicios y cascajo que son depositados de manera constante y de forma clandestina por casas de materiales que realizan trabajos en viviendas cercanas.
Fue el 2 de noviembre, en plena celebración de Día de Muertos, cuando el puente conocido como Los Rolales, colapsó mientras decenas de personas lo utilizaban para cruzar el Canal de la Compañía hacia el panteón para visitar a sus familiares que descansan en las instalaciones.
En el lugar 13 personas resultaron lesionadas, pues al momento de la caída del puente, éste prácticamente estaba a su máxima capacidad, por lo que a servicios de emergencia atendieron a las personas lesionadas que fueron canalizadas más tarde a un hospital y dadas de alta solo dos días después.
Aunque posterior al siniestro, diversas autoridades como los presidentes municipales de las demarcaciones, Adolfo Cerqueda de Nezahualcóyotl y Xóchitl Flores de Chimalhuacán, así como la gobernadora del Estado de México, Delfina Gómez visitaron la zona, los vecinos reclamaron que las malas condiciones del puente ya habían sido advertidas desde meses atrás.
De acuerdo con documentos oficiales, los desperfectos que presentaba el puente peatonal ya habían sido informados a autoridades municipales, quienes entregaron respuesta hasta el pasado mes de agosto.
Pese a ello, no hubo trabajos de reparación a pesar de incluso contar con un dictamen de Protección Civil que pedía la intervención de la Dirección de Obras Públicas del Ayuntamiento de Chimalhuacán.
Esto, aseguran los habitantes de la zona, fue determinante para que el "accidente" ocurriera, pues la estructura del puente ya presentaba flexiones y movimiento cuando las personas cruzaban la estructura.
Por cerca de 15 días, la zona estuvo clausurada para el paso en el área, además de que puentes cercanos también fueron revisados por personal de protección civil local y estatal.
Sin embargo, días después fue reabierto aparentemente por los mismos vecinos por la necesidad de cruce y evitar utilizar vialidades vehiculares para cruzar el canal de la Compañía que divide ambas localidades, donde dicen, les daba más temor que caer de los puentes.
GPH