“¡Que vivan nuestros hermanos migrantes!”, arengó el presidente Andrés Manuel López Obrador la noche del 15 de septiembre de 2023, desde Palacio Nacional, ante un zócalo eufórico. El “grito”, sin embargo, no hace eco en la Plaza Giordano Bruno de la colonia Juárez, donde decenas de migrantes han vuelto a ocupar este espacio como campamento, en condiciones inhumanas, atrapados en el “limbo”.
Abandonados a su suerte, haitianos, venezolanos, centroamericanos, siguen sin recibir apoyos de los gobiernos federal ni de la CDMX, y se han visto obligados a acampar en la Plaza Giordano Bruno, “bien público considerado patrimonio cultural de la Ciudad de México y de la nación”, se ufana la autoridad capitalina.
Algunos tienen claro que su propósito no es quedarse en el país, sino llegar a la frontera y cruzar, como sea, hacia Estados Unidos, mientras que otros sí han realizado trámites en la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar) para recibir asilo y tener la oportunidad de empleo y educación en México.
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En la Plaza Giordano Bruno un joven de pies y manos agrietadas, suéter y pantalón rotos, batalla para introducir en la boca de su inquieto hijo de dos años de edad, el nebulizador con medicamento para atender el asma que padece, el cual tiene un precio que ronda los 500 pesos.
Viaja con su pareja, amigos y otros niños; cinco adultos y cuatro pequeños que salieron de Zulia, Venezuela, hace tantos días que prefieren no recordarlos.
Sobreviven del dinero que les dan algunas personas y que les sirve para comer, comprar medicamento para el niño, y necesidades básicas, pero duermen a la intemperie. Si tienen suerte pueden alcanzar lugar en la Casa del Migrante que instaló Sandra Cuevas, alcaldesa de Cuauhtémoc, en el número 40 de la calle Roma, colonia Juárez.
Este centro tiene capacidad para 150 personas que pueden dormir en colchonetas, preparar sus alimentos en un área especialmente acondicionada y en condiciones de higiene, además de recibir atención médica y psicológica, aunque la demanda supera el número de sitios disponibles.
“Las condiciones allá en Venezuela son infernales, eso de allá no es vida, caballero, acá sólo pedimos que no nos maltraten los mexicanos, ya hemos tenido suficiente con nuestro gobierno, con el camino infernal (travesía), entendemos a los que viven acá (colonia Juárez), créame que tratamos de reunir lo necesario para irnos pronto y dejarles esto limpio”, comenta una mujer que viaja con el grupo que salió de Zulia.
Señala que no han presentado ninguna solicitud en la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), “porque si lo hacemos, perdemos a oportunidad de tener asilo en Estados Unidos”.
Robenson es de Haití. Abandonó Puerto Príncipe y trata de escapar de la miseria que lo persigue.
En esta plaza de la calle Lisboa, alcaldía Cuauhtémoc, prepara gallina en caldo, un banquete para él y sus acompañantes, que piden no ser grabados, solo desean estar tranquilos.
Gobierno abandona a migrantes: activistas
Las condiciones de vida de estos migrantes son desoladoras; los menos desafortunados duermen en tiendas de campaña, otros a la intemperie con sus niños, carecen de baños portátiles y de sitios adecuados para preparar alimentos.
El regreso del campamento migrante ha despertado de nueva cuenta el rechazo de vecinos, particularmente de calles como Lisboa y Roma; algunos ven con desconfianza a la gente que ha tenido que huir de sus países, niegan xenofobia o clasismo; sin embargo consideran que constituyen un factor de inseguridad y “foco de infección” por las condiciones en que sobreviven.
Hay otros habitantes de la zona que exigen que los gobiernos del presidente Andrés Manuel López Obrador y de Martí Batres que actúen y brinden el apoyo adecuado a los migrantes.
Sergio González, activista e integrante de la “06600 Plataforma Vecinal y Observatorio de la colonia Juárez”, afirma que lo más importante en este momento es la solidaridad de autoridades y ciudadanos con la gente que huyó de sus países por diversas causas, el respeto a sus derechos humanos y comprender, como sociedad, la problemática del fenómeno migratorio que es a nivel mundial.
“Las condiciones en que las familias migrantes están acampando en la colonia Juárez, por esta vecindad con la Comar, son muy duras y difíciles para ellos, si bien hay que reconocer que en un primer momento, cuando estalló la crisis grave, hubo buena respuesta del gobierno con el albergue que instalaron en Tláhuac, entendemos que para el nivel de la problemática, es una iniciativa que ya se quedó corta, ya es insuficiente, necesitamos una respuesta mayor”.
Activistas de “06600 Plataforma Vecinal y Observatorio de la colonia Juárez” tuvieron una reunión el martes 19 de septiembre de 2023 con funcionarios de la Comar, entre ellos Germán Gutiérrez, director general de Vinculación y Enlace, y Jesús Quintana, para ver la forma de afrontar la problemática en la zona de la manera más humana y justa posible.
“Yo comentaba a los funcionarios de la Comar que es muy importante una reacción en ´nado sincronizado´ entre todas las instancias de gobierno local y federal, es urgente de Comar, Instituto Nacional de Migración, Secretaría de Gobernación, Secretaría de Relaciones Exteriores, así como gobierno de Ciudad de México y la alcaldía Cuauhtémoc hagan algo para que el tiempo en que los migrantes y sus familias tengan que permanece en México, que lo hagan en las mejores condiciones posibles, es una misión que le toca al gobierno, y es preocupante que a la Comar le hayan dado solo un presupuesto de 40 millones de pesos…”, puntualiza Sergio González.
En Plaza Giordano Bruno y calles aledañas de la colonia Juárez se mezclan penurias de los migrantes, la mayoría atrapados en un "limbo" entre México y Estados Unidos con la molestia y recelo de ciudadanos. Aquí se observa que nada más alejado de la realidad que el grito: “¡Que vivan nuestros hermanos migrantes!”
El pleito de Cuevas y Sheinbaum por la Plaza Giordano Bruno
Fue el pasado 12 de abril cuando elementos del Gobierno de la Ciudad de México acudieron a la Plaza Giordano Bruno ubicada en la calle Lisboa 56 de la colonia Juárez en la alcaldía Cuauhtémoc; para retirar el muro perimetral que había sido colocado por las autoridades de esa demarcación que encabeza Sandra Cuevas.
El entonces gobierno de Claudia Sheinbaum aseguró que la alcaldía Cuauhtémoc no contaba con la autorización de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi), ni con la del Instituto Nacional de Bellas Artes (Inbal) para efectuar los trabajos de remodelación que se pretenden realizar en el lugar.
Fue un día antes, el 11 de abril, cuando un grupo de trabajadores enviados por la alcaldía comenzaron a cercar con láminas y malla ciclónica montada sobre tubos galvanizados las inmediaciones de la plaza Giordano Bruno, mientras que el grupo de migrantes que se encontraban pernoctando en dicho lugar eran trasladados en camiones a otro lugar.
Los migrantes fueron trasladados en dos camiones rumbo al albergue temporal establecido por la Secretaría de Inclusión y Bienestar Social en la alcaldía Tláhuac, sin embargo, en el lugar quedaron algunos migrantes más, quienes permanecieron en la esquina de la calle Londres y Roma con la esperanza de obtener una cita para ser atendidos en la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), que se localiza en la calle Versalles.
De acuerdo con lo informado por la alcaldía, el cercado de la plaza, el cual abarcaba más de 700 metros cuadrados, se realiza por cuestiones de “seguridad”, para evitar que durante las obras de remodelación, que abarcarán: la colocación de piso nuevo, el arreglo de los tubos de la luminaria, la instalación de un nuevo techado y la repintada del sitio, se podría poner en riesgo a la gente que transite por el lugar.
Al respecto, autoridades capitalinas informaron a la ciudadanía que la alcaldía no había recibido autorización para realizar la remodelación, pues su proyecto no cumplía las normas en la materia, por lo que se le solicitó realizar una mesa de trabajo con la Seduvi y el Inbal para revisar el proyecto, pero la alcaldía no respondió.
En las inmediaciones del lugar la alcaldía colocó una pancarta en la que se leía: “Vecina y vecino, disculpa las molestias, estamos trabajando para ti. Obras de mejoramiento urbano. Sandra Cuevas, alcaldesa de Cuauhtémoc”.