Con el corazón roto, pero con sed de justicia, familiares de Salma Correa Reyes y Renata Martinely, víctimas de feminicidio en el Estado de México, colocaron un “antimonumenta” frente al Centro Penitenciario de Chalco en memoria a las jóvenes asesinadas en esa región de la entidad y para exigir un alto a las agresiones de género que se cometen a diario en municipios mexiquenses.
“Vamos a colocar una cruz que para nosotros representa una antimonumenta para recordarle al Poder Judicial del Estado de México que los casos de los feminicidios de nuestras hijas, Renata y Salma, fueron juzgados en este penal”.
“Se las queremos dejar aquí por todas las inconsistencias que hubo en los dos casos y exigir que se respete y que no la quiten, para respetar la memoria de nuestras hijas y para que recuerden los feminicidios que hay a diario“, señaló Karen Reyes, madre de Renata.
El asesinato de su hija ocurrió el 29 de noviembre de 2020 a manos de su padrastro Carlos Daniel Gutiérrez Tapia, quien la asfixió y abusó sexualmente cuando se encontraba sola dentro de su vivienda en la colonia Chocolines, en el municipio de Ixtapaluca.
Aunque el hombre fue ingresado a prisión el 26 de diciembre de 2021, fue hasta el 31 de diciembre de ese año que autoridades de justicia lo vincularon a proceso como único culpable de la muerte de Renata, de solo 13 años de edad.
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Cinco meses antes de la muerte de Renta, su madre acudió para pedir apoyo a la Agencia Especializada en Violencia Familiar, Sexual y de Género (Ampevis) de Ixtapaluca porque descubrieron que Carlos intentó grabar a la pequeña mientras se encontraba en el baño.
“A mi hija la justicia le quedó a deber muchísimo porque desde la primera denuncia dejaron al feminicida libre, la dejaron sola y nunca hubo un respaldo de las autoridades porque al dejarlo libre ante el Ampevis él logra el hecho del feminicidio de mi hija”, lamentó Karen Reyes.
Pese a todas las pruebas en su contra, el presunto culpable nunca fue sentenciado debido a que el 16 de enero de 2023 fue hallado sin vida y con marcas de torturas en su propia celda estando bajo una medida de protección.
A nueve meses, su madre regresó a los juzgados penales de Chalco, donde se llevó el proceso de Renta para colocar una cruz en su honor con ayuda de un mazo y palas sobre el camellón que divide los carriles de la carretera Mixquic-Chalco, en los límites con la alcaldía de Tláhuac, a donde también acudió la madre de Salma Correa Reyes.
“Estamos aquí para dignificar la memoria de nuestras hijas y que el Estado sea testigo de todo esto que ha venido ocasionando no solamente con los asesinatos de mi hija y la de Renata sino de muchas mujeres más asesinadas en el Estado de México”.
“Lo único que podemos pedirle al poder judicial y a las autoridades del estado de México que respeten este antimonumenta que estamos colocando en memoria de Salma y Renata para dignificar su memoria de aquí en adelante”, comentó su madre Gloria Reyes.
Salma Correa Reyes fue víctima de feminicidio el 1 de abril de 2019 al ser atropellada varias veces y arrastrada por el camión que conducía Ricardo Rangel Chávez, en la comunidad de San Rafael, ubicada en el municipio de Tlalmanalco, en la zona de los volcanes.
Tras varias protestas por encontrar justicia, el responsable fue capturado el 19 de abril del 2021, quien después dos años fue sentenciado a 62 años y 6 meses bajo los cargos de homicidio calificado por haberse cometido con alevosía y ventaja.
Hoy, se encuentra preso dentro del penal de Chalco, donde al exterior lucen dos placas en memoria de las jóvenes asesinadas:
- “Ni una más, ni una menos, Salma Vive”
- “Con las niñas no, Renata vive”. Las madres luchando, al país están cambiando”
VGB