Una palapa de cemento rodeada de mallas y cámaras de vigilancia fue el único espacio de convivencia para Julio y su familia por casi una década en el municipio de Ecatepec, en el Estado de México.
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Y es que desde hace siete años y tres meses, se encuentra recluido en el Centro de Reinserción Varonil “Sergio García Ramírez”, conocido como Chiconautla, tres ser sentenciado por el delito de robo.
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Pese a ello, las rejas y las puertas de metal no le han impedido estar pendiente de sus tres hijos y su esposa, a quienes recibe con frecuencia cada vez que es día de visita.
“Esperemos que pronto pueda salir”, dice al tomar de la mano a su hija, Ximena, quien este jueves acudió para visitar a su padre y entregarle una carta.
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“Saque malas calificaciones y le había prometido a mi papá haberlas subido, pero no por eso le escribí la carta por no haberle cumplido”, reconoció junto a su padre, que le respondió con un beso en la mejilla.
Ahora, ambos ya no se verán en la zona de convivencia común, pues podrán hacerlo en el área de visita infantil inaugurado por Reinserta junto a la Secretaría de Seguridad del Estado de México.
“Este es el primer espacio en la historia del país y de cualquier reclusorio que tiene un área específica en un penal varonil para niños que visitan a sus papás dentro de la cárcel”, señaló Saskia Niño de Rivera, fundadora de Reinserta.
El proyecto fue habilitado en una zona abandonada del reclusorio, donde ahora 40 padres podrán convivir con sus niñas o niños, con apoyo de cuidadores, a través de juegos, palapas y columpios al “aire libre”.
“En 2017 aquí hubo un motín y justo este espacio había permanecido por varios años quemado y que representaba un monumento al desorden, pero hoy con este esfuerzo lo transformamos a un monumento a la familia”, dijo Rodrigo Martinez Celis, al encabezar el evento.
De acuerdo con Reinserta, el proyecto beneficiará a un total de 280 infantes que ingresan a este penal semanalmente para visitar a sus padres recluidos en prisión, de los casi casi medio millón de niñas y niños que ingresan a las cárceles en país para visitar a sus familiares.
“El espacio dentro de los reclusorios no está apto para niños. Desgraciadamente en la mayoría de los penales del país se sufre hacinamiento, ingobernabilidad y no está regulado la segregación de los pedofilos y tenemos a los niños en las cárceles con los pedofilos”, criticó.
Pese a ello, confió en que las autoridades del Estado de México, y la próxima administración estatal puedan dar continuidad a los proyectos encaminados a la dignificación de la convivencia infantil dentro de los penales.
“Estábamos aglomerados allá arriba junto a toda la población, pero aquí está muy bonito, hay juegos y todo para poder convivir con la familia”, destacó Julio, uno de los 5 mil 907 personas privadas de su libertad.
“Platicamos de cómo se han portado, de cómo van en la escuela y si obedecen o no a su madre o a su abuelita y que sigan echando ganas y que no dejen de estudiar”, dice.
“Aquí ya es mejor que cualquier otro lugar de este penal. Esta súper aquí para poder convivir con mi familia y mis hijos”, agregó
De acuerdo con Reinserta, más de la mitad de las niñas y niñas que tienen a un familiar en la cárcel cuentan con edades de los 6 a 15 años, mientras que solo el 20% registra una edad de 0 a 5 años, quienes en su mayoría están bajo cuidado de sus madres biológicas.
Además, informaron que solo el 54.59% de la PPL mantienen contacto con las personas que están al cuidado de sus hijos o hijas, algunas de las cuales reconocen no tener visitas de sus hijos debido a motivos económicos.
El año pasado Reinserta inauguró una bebeteca dentro del Centro Penitenciario de Chiconautla destinado a niñas y niños que nacen y crecen en prisión.
VGB