MIGRANTES EN CDMX

Crisis migratoria en la CDMX: el desborde de los albergues

"la política migratoria de México no está pensada para brindar protección, sino para la contención, detención y deportación, para la deshumanización", aseguró el coordinador del albergue Cafemin

Crisis migratoria en la CDMX: el desborde de los albergues
Crisis migratoria en la CDMX: el desborde de los alberguesCréditos: EFE
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La crisis migratoria en México se extiende desde la frontera sur a la frontera norte, incluida la Ciudad de México, que se ha convertido en un lugar clave en las rutas migratorias para miles de personas, quienes esperan en los campamentos improvisados y albergues de la ciudad, a espera de conseguir los permisos humanitarios que les permitan seguir su viaje hacia Estados Unidos o trabajar en el país.

La crisis es tal, que la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), encargada de tramitar las tarjetas humanitarias, se encuentra ampliamente saturada, presentando un retraso de más de 100 mil casos, luego de recibir un 29,2 % más de solicitudes que en 2022, pues este 2023, ha recibido 37 mil 606 solicitudes tan solo durante el primer trimestre del año.

Desde Chiapas, donde los migrantes ya superan a los residentes de Tapachula, según algunas organizaciones, hasta Ciudad Juárez donde 40 migrantes perdieron la vida en un centro del INM, la situación de los migrantes ha ido empeorando, y en la CDMX, los responsables del albergue Cafemin prevén que el flujo migratorio no cesará.

"Estamos esperando cerca de 65.000 personas en la segunda quincena de mayo, no hemos llegado al punto más alto. Nunca habíamos vivido una situación así (...), la ciudad (CDMX) es el segundo lugar del país en solicitudes de protección internacional", expuso a EFE Mario Monroy, coordinador de integración local de Cafemin.

La capital está en una situación de "saturación máxima", agregó Mario Monroy al compartir las cifras de migrantes que son atendidos en sus albergues, los cuales, rondan las 200 personas diarias, mientras que solo tienen capacidad para 100, e incluso comentó que han llegado a atender hasta unas 700 personas. 

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Esta situación ha llevado a muchos de los migrantes a dormir en la calle, como está sucediendo en la plaza Giordano Bruno a un par de metros de las oficinas de la Comar, de donde muchos de ellos fueron trasladados a un albergue temporal en Tláhuac, y donde esperan recibir el documento que les saque del atolladero.

"Están durmiendo en la calle, no hay qué comer y lo pasamos mal. No hay ayuda de nadie", señaló Delissone Salntisalnt, un haitiano de 52 años.

Para Mario Monroy, el traslado de los migrantes fue una maniobra improvisada para evitar que se aglomeren en el centro de la ciudad, pues sentenció que "la política migratoria de México no está pensada para brindar protección, sino para la contención, detención y deportación, para la deshumanización".

En ese sentido, José, un migrante haitiano de 32 años, mostró a EFE imágenes grabadas por él, en las que funcionarios tratan de desalojarles la madrugada del pasado jueves, despertándoles de sus tiendas de campaña.

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Inoperancia y corrupción en la Comar

Hasta este viernes, medio centenar de migrantes haitianos permanecían en las inmediaciones de la Comar, donde sólo unos cuantos de ellos tienen cita para antes de que termine junio, por lo que algunos de ellos, como Diony André, piensan que al trasladarse al albergue gubernamental tendrán mayor posibilidad de que les den los documentos humanitarios.

Sin embargo, algunos otros como Ricardo Louis, no tiene intención de moverse de la Giordano Bruno pese a la presión de las autoridades, pues asegura, "Me siento más seguro viviendo aquí", aunque lleve tres semanas durmiendo al raso.

Además, denunció la connivencia de algunos migrantes y agentes de la Comar para extorsionar a solicitantes de refugio, pues a cambio de 3 mil 500 pesos (194 dólares) prometen adelantar una cita que, para muchos de ellos, parece que nunca llega.  

"La Comar tuvo una reducción de presupuesto de más del 45 %. Están superados en solicitudes y acotados en recursos", explicó Monroy.

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Albergues desbordados

De acuerdo con información brindada por el albergue Cafemin, ante la demanda de apoyo para los migrantes, han tenido que ampliar su abanico de refugiados, luego de que por 10 años, se centraran en ayudar a menores no acompañados, mujeres y núcleos familiares.

"Hemos tenido que diversificar para poder acoger al mayor número de personas. Este mes hemos recibido personas de 23 nacionalidades", explicó Samantha Hernández, responsable de comunicación del albergue.

Allan Enrique Castellanos, uno de los cientos a los que atiende Cafemin, llegó a México desde Honduras con su mujer y sus tres hijos menores, huyendo de la violencia y en busca de estabilidad.

"Nuestra idea es quedarnos aquí hasta conseguir la residencia permanente, trabajar y conseguir estabilidad económica", relató Castellanos, quien trabajaba en un centro de atención al cliente.

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Para Michael Urbina, venezolano de 51 años, quedarse en México no es una opción. Cruzó la selva del Darién, entre Colombia y Panamá, y pretende llegar hasta la frontera estadounidense subido a lomos de La Bestia, un ferrocarril de mercancías que los migrantes usan para viajar hacia el norte y donde muchos pierden la vida.

"Ahorita me estás viendo, pero en un ratito voy a estar en el tren. No quiero, pero no tengo otros medios económicos para seguir", lamentó.

VGB