Mario, un hombre de 75 años acudió a un cajero automático localizado en el Centro Histórico de la Ciudad de México para retirar su dinero de la Pensión del Bienestar, quien asiste a todos sus trámites solo al no tener alguien que lo acompañe. Asimismo, tiene dificultades para leer y le es complicado retirar dinero de los cajeros automáticos y se ve en la necesidad de pedir ayuda a las personas para poder obtener su dinero, no obstante, no siempre la gente tiene buena voluntad.
De acuerdo con El Heraldo, Mario fue víctima de los desplazadores de tarjetas al recibir “ayuda” de un desconocido. Los desplazadores son un grupo de delincuentes que operan de forma conjunta para detectar a posibles víctimas, distraerlos y así cambiarles las tarjetas del banco de las personas beneficiarias de este apoyo después de haber observado el NIP de la tarjeta, de tal manera que tengan acceso sencillo a los recursos.
Asimismo, el hombre Mario no se percató del cambio de su tarjeta sino hasta días después cuando quiso retirar dinero en otro cajero, y descubrió que esa no era su tarjeta en donde cobraba su pensión. Así, perdió su pago bimestral, además de todos los ahorros que tenía guardados.
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De acuerdo con la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México, los desplazadores de tarjetas no operan solos, realizan sus ataques en grupos de dos o tres personas, aunque se han reportado casos en los cuales hasta cinco sujetos acorralan a la víctima para realizar su robo y su primer paso es elegir a su víctima, alguna persona que acude sola al cajero automático.
Así operan los desplazadores de tarjetas bancarias
Luego de haber elegido víctima a una persona que acude sola al cajero automático, los desplazadores de tarjetas fingen estar en espera de que se desocupe una máquina de los cajeros automáticos para así detectar el NIP de la tarjeta cuando la ingresa. Mientras un sujeto está parado junto a la víctima, otro está muy cerca de la ella, tanto que le permita observar los dígitos de su NIP.
Posteriormente, el cómplice que está a un lado le da billetes y hacen una técnica infalible: tiran el dinero al piso y llaman a la persona que está en el cajero para hacerle creer que se le ha caído dinero y cuando la víctima se agacha a recoger los billetes, en cuestión de segundos, el otro cómplice se acerca al cajero, cancela la operación y saca la tarjeta para guardarla.
En tanto, el hombre que todo el tiempo está pendiente de vigilar los números de seguridad de las tarjetas se encarga de distraer a la víctima para que no se percate del momento en que le roban su tarjeta que está utilizando en ese instante. Después salen del cajero los dos delincuentes y huyen, sin recurrir a la violencia.
BV