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“No hay un momento en que deje de pensar en ella”, Wendy busca a su hija desaparecida

"A veces creo morir, a veces creo verla, escucharla…la veo cruzar la puerta…la mente nos juega muy feo”, Wendy no pierde la esperanza de encontrar a su hija, Magdiel Yamileth, quien lleva 2 años 2 meses desaparecida

“No hay un momento en que deje de pensar en ella”, Wendy busca a su hija desaparecida
“No hay un momento en que deje de pensar en ella”, Wendy busca a su hija desaparecidaCréditos: Especial
Escrito en METRÓPOLI el

“Me levanté como cualquier día normal, vi la ´bolita´ de cobijas, nada se me hizo raro, excepto la puerta entreabierta de la habitación…de repente me doy cuenta que no está en su cama, entré en pánico, comenzó un dolor que me quiere volver loca”. Entre sollozos, Wendy Flores Velasco recuerda así la mañana del 10 de septiembre de 2021, cuando se dio cuenta de la extraña desaparición de su hija Magdiel Yamileth de la recámara de su casa, en el pueblo de San Miguel Atlajamac, Estado de México.

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Manos criminales separaron desde entonces a la joven madre y a la pequeña Magdiel Yamileth Hernández Flores, que entonces tenía 5 años de edad y ahora está en los 7. “A veces creo morir, a veces creo verla, escucharla…la veo cruzar la puerta…la mente nos juega muy feo”.

“Mamita, ¿ya me acuestas? ¿me duermes ya para ir a la escuela?”. Le dije “sí mi niña”, le había dado de cenar; las últimas palabras que cruzaron madre e hija aquella noche del 9 de septiembre de 2021, fecha oficial de su desaparición. “La metí a bañar, eran como las 7 o 7:30 de la noche, ella dormía conmigo, con su hermanita Mikei de 3 años y su papá, todos juntos en una cama matrimonial, yo estaba en el proceso de separarla a una cama individual porque estaba creciendo, la acosté, la tuve ahí hasta que se quedó dormida”.

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De acuerdo con datos de la Secretaría de Gobernación actualizados al 21 de noviembre de 2023, en México hay 113 mil 255 personas desaparecidas y no localizadas, entre ellas Magdiel Yamileth Hernández Flores.

A las 7 de la mañana del 10 de septiembre de 2021 sonó la alarma del despertador, Wendy se levantó al baño, pensó que la pequeña estaba debajo de las cobijas, en una “bolita”, porque acostumbraba taparse completamente; solo le llamó la atención ver la puerta de la recámara entreabierta.

No le puso mayor atención a este detalle porque entonces tenía una perrita y pensó que había sido la responsable, pero cuando regresó del baño para despertarla comenzó el terror, “un dolor, una desesperación que no le deseo a nadie”.

La desaparición de Magdiel

A la desaparición de la niña que se registró en su casa, en el municipio de Temascalapa, siguieron otras penurias. Wendy Flores Velasco, su esposo y su cuñado, fueron detenidos por la fiscalía mexiquense en Otumba, Estado de México, que los privó de la libertad durante 5 días, como los “principales sospechosos” de la desaparición de Magdiel Yamileth Hernández Flores.

Como pudieron pagaron un abogado que tramitó amparos y quedaron libres, pero se perdió tiempo valioso por parte de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) para indagar el caso de la niña que lleva 2 años 2 meses desaparecida, sin rastro alguno hasta el momento.

La familia ha señalado a personas que creen que pueden estar involucradas, conocidas como “Chapus”, de oficio mecánico, “Johnny” y su esposa “Cintia”, que eran sus amigos y visitaban frecuentemente la casa donde todo ocurrió; sin embargo, las autoridades no les han comprobado nada.

“Mi hija no habla con extraños, a ellos ya los ubicaba, los conocía, no sé, creemos que ellos pudieron tener algo que ver, no obstante, alegan inocencia”.

No dejan de buscarla

La crueldad contra Wendy, de 26 años de edad, no ha parado con la ausencia de la menor y el hecho de haber sido señalada en un principio por la FGJEM como “principal” sospechosa; a través de cuentas que se abren y desaparecen en Facebook y redes sociales le han pedido miles, hasta millones de pesos, a cambio de darle supuesta información del paradero de su hija; en otros casos un tipo le pidió tener relaciones sexuales y uno más le advirtió que si no pagaba lo que exigía le iba a mandar en una caja el brazo de la pequeña.

No deja de buscar a su hijita. Pide apoyo a la gobernadora del Estado de México, Delfina Gómez, al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y sobre todo a la ciudadanía. “Hemos tratado por todos los medios de contactarlos, a la gobernadora y al presidente AMLO, sabemos que son personas muy ocupadas, somos uno (su familia) en millones, pero si nos escuchan, ayúdenos por favor”.

El apoyo que ha recibido para su caso no quede en el olvido y que las autoridades mexiquenses actúen proviene de la activista Frida Guerrera y la colectiva Voces de la Ausencia.

La joven madre distribuye ahora el retrato “progresivo”, hecho a lápiz que muestra, según la FGJEM, cómo podría verse la niña; tampoco deja de dar a conocer la ficha de búsqueda; sigue dando a conocer sus fotos y comparte con La Silla Rota un video que le tomó cuando canta una canción del kínder.

Es un penoso y tortuoso peregrinar para ella, su esposo, su otra niña Mikei, a punto de cumplir 5 años, quien extraña mucho y tiene presente a su hermana, además de toda la familia.

“Cuando me di cuenta de la desaparición entro en pánico, empiezo a gritar, llamaron a las autoridades, salí y estaban la policía y vecinos. Desde un inicio todo estuvo mal por parte de las autoridades del Estado de México, en el gobierno anterior; llegamos a la fiscalía en Otumba para levantar la denuncia y ahí nos detienen como principales sospechosos (ella, esposo y cuñado), nos gritaban que dónde estaba mi hija, uno de los oficiales me agredió verbalmente.

“Nos abrieron una carpeta de investigación, nos hicieron mil preguntas, tuvimos que conseguir dinero que no teníamos, cómo alguien puede pensar que nosotros le hicimos algo, cómo, en qué cabeza cabe, nos detuvieron 5 días, conseguimos abogado, logramos quedar en libertad y cuando regresamos, la casa estaba patas arriba, hubo un cateo, todo en desorden, ni siquiera tuve la oportunidad de revisar si hacían falta juguetes, ropita y cosas de mi hijita.

“Yo debía estar afuera buscándola, estaba en la fiscalía, encontré ayuda en Frida Guerrera, aunque la fiscalía dejó pasar momentos clave en la investigación, ni siquiera me pidieron muestras de ADN que son clave en este tipo de protocolos, todo lo empezaron a hacer desde cero, gracias a la intervención de Frida”.

La afligida mujer señaló que ella sospecha de las 3 amistades de su esposo. “Que me perdonen si pienso así, uno de ellos era amigo de mi marido desde la infancia, la noche que Magdiel Yamileth desapareció estaban tomando afuera, en la esquina de mi casa en San Miguel Atlamajac, hasta el momento no se les ha comprobado nada……son los únicos que pudieron ver o escuchar o lo que sea…ah, pero todos dicen que son inocentes, ahora se hacen que no nos conocen, se hacen los desentendidos”

Magdiel Yamileth Hernández Flores nació el 16 de abril de 2016. Iba en preescolar, en la escuela “Estefanía Castellanos”, empezaba el tercer grado para poder pasar a primero de primaria. Sabía las vocales, números, escribir su nombre, era muy lista, muy inteligente.

“Vivimos un tiempo por Peralvillo, en Ciudad de México, después nos fuimos a San Miguel Atlamajac, mi esposo trabaja en un negocio familiar y mi hija Mikei tiene 5 años, va en kínder. Mi pequeña era muy despierta, interactiva; le gustaba bailar, la danza, la llevaba a talleres de pintura.”

Sus sospechas hacia quienes intervinieron en la desaparición parte de que Magdiel Yamileth Hernández Flores no les hablaba a extraños. “No sé si se despertó o vio algo, a veces me despertaba en la noche diciéndome mamá tengo sed, mamá tengo que ir al baño, pero esa noche no hubo ruido, no gritó, no habló, tal vez se la llevó alguien conocido, alguien de su confianza”.

Wendy describió cómo imagina a su hija en estos momentos: “Tengo fe en que está viva, más alta, ella media 1.144 metros, era un poco ´llenita’, espero que siga sonriente como cuando se fue de mi lado.

“Donde quiera que esté que la traten bien, que esté feliz y contenta, es una niña muy feliz, debe ser ahora todavía más inteligente”.

El llanto y la emoción le impide hablar por momentos a esta desesperada joven. Dice que la carpeta de investigación por este caso ahora está radicada en la fiscalía de San Agustín, en Ecatepec, Estado de México.

No hay muchos avances, los investigadores han buscado en registros de la Secretaría de Educación Pública (SEP) para ver si la inscribieron en la escuela con otra identidad; también en centros de vacunación y de salud, así como en orfanatos… todo sin resultados. Apenas elaboraron un retrato “progresivo” de cómo luciría a sus 7 años de edad, no es muy exacto, pero se tiene la esperanza de que aporte algún dato sobre su paradero.

Wendy está destrozada. “Como madre, no hay un momento en que deje de pensar en ella, veo que crece y ella sola me busca: “Mamá”, me dice y abraza, a veces creo morir, a veces la veo, la escucho, a veces siento que me estoy volviendo loca, quisiera desaparecer, la cabeza, la mente me juega muy feo, pero tengo a mi familia y a mi otra chiquita, Mikei, debo ver por ella.

La mamá se encomienda todos los días a Dios y a la Virgen de Guadalupe, basa su fuerza en la fe, pero no deja de lamentar que aquella noche del 9 de septiembre de 2021 no haya escuchado un solo ruido en la recámara, ni un grito en la oscuridad de “¡Mamá!”

VGB