Nezahualcóyotl. - Félix Solís Zavaleta, empresario restaurantero del municipio del Coyote en Ayuno, en el Estado de México, trasladó hasta su negocio y sus clientes la convicción de dejar de fumar.
“Yo nunca he dejado fumar adentro, desde que abrí nunca dejé fumar porque el humo les perjudica a ciertas personas”, sentencia frente a varios de sus empleados que lo acompañan desde hace 27 años.
El dueño de Fonda las Delicias, uno de los restaurantes con mayor tradición en la zona oriente de la entidad, fundada desde 1995, vivió en carne propia los efectos del cigarro, que dice, lo llevaron a prohibir el cigarro en su negocio.
Te podría interesar
“A unos no les desagrada, pero a otros no les agrada. El que fumó, le cae de maravilla el olor, pero para quien no fuma, no”, dice entre risas.
Te podría interesar
Y es que una visita al médico donde le detectaron posibles complicaciones respiratorias fue el aliciente para cambiar su gusto por el humo.
- “Yo fumaba mucho, pero a raíz de que dije no fumo, no fumo porque ya tenía secuelas”, reconoce.
- ¿Quizá eso lo orilló para que no dejara fumar en el restaurante?, se le pregunta.
- Si, me dije yo “voy a dejar de fumar” aunque la verdad es que me fui a hacer unos estudios al ABC y me dijeron usted está bien en todo, nada más tiene que dejar de fumar porque está propenso a un enfisema pulmonar.
Aunque al principio estaba renuente a dejar la costumbre del cigarro, al final aceptó la recomendación y decidió terminar su relación con los cigarrillos.
“Seguí fumando, pero como al mes me llegó una carta. ´Señor Solís recuerde que tiene que dejar de fumar´, entonces me dije: ¿qué el doctor me quiere más a mí que yo mismo?
- Y así fue pasando un señor y le dije:
- ´Oiga señor usted fuma ´, me dijo que sí, saqué mis cigarros, porque yo fumaba Raleigh.
- “Tenga le regalo mis cigarros”
- “Oiga porqué me los regala”, le respondieron.
- “Hoy dejo de fumar”, dijo.
Sin preocupación por modificaciones antitabaco
Con el precedente de eliminar la costumbre por los cigarros, ahora dice que la Ley General para el Control del Tabaco no le perjudicará en mucho porque su clientela sabe que en el local nunca se ha permitido esa costumbre.
“No sé si esté bien o esté mal. Yo nunca he dejado fumar aquí desde que abrí. Que a mí no me afecta en eso para nada, a lo mejor algunos que tiene terraza para fumar les va a afectar porque ahora ya no los van a dejar fumar ni en la terraza”.
“Si yo tuviera una terraza aquí tendría más clientes, pero como no tengo, saben que aquí no fuman y se van a otro lado a donde puedan dejar de fumar”, afirma.
A diferencia de restauranteros que se ubican sobre el mismo corredor de Cuarta Avenida, en la colonia Benito Juárez, y que cuentan con áreas de fumadores, en la Fonda las Delicias la reforma no les impactará.
“Pa´ que me quejo, me ha ido bien. Muchos se quejan por cualquier cosa, pero bueno, sale para comer”
Decían que estaba loco, que a quién le iba a vender, pero ya llevamos 27 años. No había ningún restaurante, había puros changarritos, yo también pensé que le iba a vender a la gente de los tallercitos, pero no fue así”
“Es más no tengo clientes de aquí, mis clientes son de Palacio, luego vienen clientes de San Lázaro, de los Reyes, de Chimalhuacán, de la política… todos saben que aquí no se fuma y si quieren se van a otro local”, señala.
VGB