PACHUCA.- Construido en el año 1902, un edificio símbolo de la capital hidalguense, encierra entre sus muros un legado de historia, patrimonio y cultura. Ubicado en el Centro Histórico de Pachuca, en la contra esquina de la Plaza Independencia donde emerge el Reloj Monumental, destaca por su imponente elegancia neoclásica y su influencia francesa.
Es actualmente la sucursal bancaria de BBVA (Banco Bilbao Vizcaya Argentaria) edificio que antiguamente albergó también el banco Mercantil, después el Banco de Hidalgo y posteriormente el Hotel Niágara. Justo aquí, entre los años 1929 y 1943, albergó a uno de los más grandes comediantes y actores pionero del cine mexicano, Mario Moreno, mejor conocido como Cantinflas.
Aunque son pocos los documentos que existen sobre la historia, se sabe el Hotel Niágara funcionó durante un corto periodo como uno de los alojamientos más reconocidos en la capital hidalguense. Su arquitectura, estilo y ubicación estratégica en el centro de la ciudad lo convirtieron en un punto de encuentro para viajeros, artistas y figuras públicas.
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Mario Moreno Cantinflas habría sido uno de los reconocidos personajes que tuvo la oportunidad de hospedarse en este majestuoso hotel antes de que cerrará sus puertas en el año 1943, para convertirse en una sucursal bancaria. Es desconocido el número de veces que Cantinflas llegó a la ciudad de Pachuca y se hospedó en este hotel. Sin embargo, la anécdota se queda en el inventario de la cultura pachuqueña.
Un inmueble histórico
En el año de 1902, el edificio en el Centro de Pachuca abrió como Banco de Hidalgo a cargo de Maquivar y compañía, Carlos Francisco de Landero, Manuel Aráoz, J. Octavio Fernández. Ese mismo año, el 1 de noviembre, iniciaron operaciones en un edificio pensado para reflejar el poder financiero de la región minera. Sin embargo, la historia también relata que poco fue el dinero que se vio circular en la ciudad pues era más una zona minera que comercial.
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Este edificio también fungió como la residencia de gobernadores durante la época porfirista. Durante el siglo XX, albergó al Banco Mercantil y se convirtió en el Hotel Niágara en 1929. Desde 1943, ha operado como una sucursal de BBVA Bancomer.
Su creador fue el ingeniero y arquitecto Ernesto Fuchs, de origen alemán. El edificio fue construido en cantera de tonos cafés, tiene columnas corintias con capitel jónico como parteluz y las superiores muestran detalles geométricos. El frontón superior tiene la figura de un león en alto relieve con listones en las fauces que van desde las dos figuras en forma de pergaminos, decoración muy al estilo europeo.
Con el paso del tiempo, se ha logrado conservar la fachada casi intacta, a diferencia del interior que ha sufrido algunos cambios y adecuaciones de la modernidad. Solo se tiene documentado en el año 2012 se realizó una intervención para su restauración.
De gran relevancia
Además del Reloj Monumental de Pachuca este edificio es una de las construcciones más representativas en la Plaza Independencia en Pachuca. El inmueble diseñado por un ingeniero y arquitecto alemán se convierte en un punto obligado para visitar durante tu paseo por la Bella Airosa.
Si vives en Pachuca y no has tenido oportunidad de detener la marcha para contemplar esta construcción, te sugerimos tomarte unos minutos y “echarle un vistazo”. El ahora banco forma parte del corredor patrimonial de Pachuca, junto con el Reloj Monumental y otros más de 500 edificios históricos de arquitectura civil y religiosa que se encuentran en la ciudad.
Mario Moreno Cantinflas: el genio del humor mexicano
Mario Fortino Alfonso Moreno Reyes, conocido mundialmente como Cantinflas, nació en la Ciudad de México en 1911 y se convirtió en uno de los íconos más representativos del cine y la cultura popular mexicana. Su carrera comenzó en las carpas teatrales, donde desarrolló el personaje del “peladito”, un hombre humilde, ingenioso y parlanchín que se convirtió en símbolo de la identidad nacional.
Debutó en el cine en 1936 y alcanzó la fama con Ahí está el detalle (1940), cinta que consolidó su estilo único: humor verbal, crítica social y una retórica enredada que dio origen al término “cantinflear”. A lo largo de su trayectoria filmó cerca de 50 películas, entre ellas El padrecito, El barrendero y Ni sangre ni arena, que lo posicionaron como el comediante más querido de Hispanoamérica.
Su talento trascendió fronteras con La vuelta al mundo en 80 días (1956), producción hollywoodense que le valió un Globo de Oro al mejor actor de comedia. Además de actor, fue productor, guionista y defensor de causas sociales, manteniendo siempre una imagen cercana al pueblo.
Cantinflas se retiró del cine en los años 80 y falleció en 1993, dejando un legado que sigue vivo en el lenguaje, el cine y la memoria colectiva. Charles Chaplin lo llamó “el mejor comediante del mundo”, y su figura continúa inspirando generaciones por su capacidad de hacer reír, pensar y cuestionar con humor inteligente y compromiso social.
jgp
