TASQUILLO.- El estado de Hidalgo es reconocido prácticamente en todo México por su amplia selección de balnearios, la mayoría termales y por ende con propiedades curativas por sus minerales, pero existe uno con una curiosa leyenda que dice sus aguas son rejuvenecedoras y del que te contamos a continuación todos sus detalles para que pases un agradable fin de semana o unas vacaciones planeadas.
Se trata del balneario-hotel Tzindejéh que es poco conocido entre los turistas, pues se localiza en el municipio de Tasquillo, donde pobladores cuentan que el primer manantial fue descubierto en el siglo XIX, y era común ver a princesas y doncellas otomíes acudir hasta los recovecos en la tierra para bañarse y con cada visita esas hermosas mujeres descubrían un interesante secreto que las hizo felices.
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Tal era que parecía que rejuvenecían en su piel, por lo que la leyenda de esas milagrosas y cristalinas aguas pasó de boca en boca desde la cultura otomí hasta las nuevas civilizaciones que tuvo eco, pues el parque acuático fue inaugurado un soleado sábado 19 de mayo de 1956 y para respetar lo que los ancestros de Tasquillo decían sus dueños decidieron cuidar la decoración con esas raíces indígenas.
Estas son las tres albercas que encontrarás en el balneario Tzindejéh
Para comprobar la leyenda y disfrutar de las aguas rejuvenecedoras del balneario Tzindejéh, hay tres increíbles albercas, de las cuales la más grande es la que recibe a los turistas y se trata de dos grandes círculos que tienen diferentes profundidades para que toda la familia pueda darse un chapuzón, pues uno de ellos tiene apenas 1.65 metros especial para niños y adolescentes y el otro llega hasta los dos metros.
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Pero eso no es todo, pues si bien no hay toboganes, existe un trampolín con más de dos metros de altura, pero se asevera que solo es para aquellos “adictos” a la adrenalina; para los que gustan de las curiosidades a donde van, en medio de la piscina hay un puente colgante para ir de extremo a extremo, pero se debe tener cuidado, ya que un mal paso que se dé puede llevar directamente al fondo.
Más al interior del parque acuático, los bañistas encontrarán otra peculiar alberca y hasta creerán que se equivocaron o algo raro pasó, pues es casi una réplica a la descrita líneas arriba, pero más pequeña, pero conserva sus dos círculos y el puente colgante. Un tercer espacio es igual de pequeño, y más cuadrado, pero con una temperatura tibia perfecta para relajarse un poco o chapotear un rato.
No olvides probar las pocitas, pero llega temprano
Además de las tres piscinas, Tzindejéh cautiva a quienes lo visitan con sus relajantes pocitas, de las que hay dos opciones a elegir, aunque se aclara que en ambas se debe madrugar, por lo menos a las 7 u 8 de la mañana, para apartarlas, pues se llenan rápido. Las primeras excavaciones son a todo público y al aire libre, a las que se llega con unos pequeños escalones, pero hay otras igual de encantadoras.
Pero son privadas y caben máximo cuatro personas y se encuentran dentro de habitaciones, donde se puede pasar un tiempo a solas si es que se quiere y para aprovechar la estancia se debe poner atención a los muros que están decorados con la cultura otomí de donde proviene la leyenda de las aguas rejuvenecedoras, líquido que a propósito igual alimenta a las pocitas que tienen una agradable temperatura .
Estos son los costos para estar en Tzindejéh
Si ya quedaste maravillado con el balneario Tzindejéh, te decimos que el parque acuático maneja dos tipos de costos, en función de si se entra con alimentos o sin ellos y para la segunda opción los adultos deben pagar 120 pesos de boleto general, mientras que niños de tres a 11 años la cantidad de 90 y 60 a adultos mayores; pero si se quiere degustar comida las tarifas suben a 330, 300 y 300, respectivamente.
Así llegas
Ahora bien, para disfrutar de las deliciosas aguas rejuvenecedoras y comprobar si la leyenda es cierta, te decimos cómo llegar y para hacerlo desde la ciudad de Pachuca será necesario recorrer 94.4 kilómetros (km) de distancia, lo que en promedio se traduciría en un viaje en automóvil propio de solo una hora con 45 minutos, pero a cambio se tendrá un día acuático irrepetible; para CDMX serían 178 km o 3.14 horas.
cem