VIOLENCIA DE GÉNERO

Violencia contra mujeres a través de mascotas: una realidad ignorada por la ley

La violencia contra las mujeres no solo se manifiesta de forma directa, sino también a través de sus mascotas, una práctica utilizada por agresores para ejercer control y daño emocional sobre sus parejas o exparejas, que no está tipificado en la ley

Créditos: iStock / gece33 (ilustrativa)
Escrito en HIDALGO el

PACHUCA, HGO. - Los tipos de violencia contra la mujer pueden ir desde agresiones directas, ya sean físicas, psicológicas o económicas, hasta indirectas, como cuando se usan a los hijos o las mascotas para causar daño por parte de la pareja o expareja.

Y aunque los casos donde los animales de compañía son utilizados para agredir indirectamente a las mujeres sí existen, esta acción no está tipificada todavía como delito por la ley, ni en Hidalgo, ni en el país, pese a que hay historias que testifican que ocurre más frecuentemente de lo que se cree.

Cuando Carmen (de quien se reserva su identidad) vivió con su ex pareja, lidió al menos con un par de situaciones en las que ésta advirtió con hacerle daño o matar a sus animales de compañía, al grado de amenazarla con un arma por defenderlos.

La joven relató a La Silla Rota Hidalgo que cuando se mudó a la casa de su madre para cuidarla, después de haber sufrido una caída, enfrentó el desprecio que su exnovio mostró hacia las mascotas de la familia: un par de perros y un gato.

Carmen estaba muy encariñada con el felino, al que solía abrazar y cargar, y ello, inesperadamente, provocó los celos de su pareja, quien, en diversas ocasiones, la amenazó con que lo iba a matar o desaparecer, y en una ocasión intentó agredirlo, lo que desató una discusión entre ambos.

Pero ese no fue el único suceso traumático que vivió, pues su ex pareja también estuvo a punto de agredir a uno de los perros, al que incluso apuntó y disparó con una pistola, pero no acertó. En esa ocasión, ella le reclamó por haber realizado ese acto, pero recibió como respuesta que el sujeto amenazara con dispararle a ella, algo que finalmente no hizo.

La joven señaló que su exnovio también era muy manipulador con la madre de ella, a quien le daba una cara diferente y le contaba las cosas muy a su manera, por lo que la señora siempre lo defendió, restándole credibilidad a su propia hija.

Una situación similar vivió Sofia, a quien un exnovio la amenazó con asesinar a sus perros, pero ella no se quedó de brazos cruzados e interpuso una denuncia ante las autoridades correspondientes, y ello pareció asustar al agresor, quien nunca más la volvió a molestar y también dejó en paz a sus mascotas.

En el caso de Dicia Apodaca, una activista veracruzana radicada en Pachuca, su expareja le exigió decidir entre su gato y él. La joven se divorció después de vivir violencia en su matrimonio y decidió dedicar más tiempo al rescate de animales en situación vulnerable.

No hay legislación

La activista Lol Canul resaltó que en México no existe una legislación que tipifique y castigue la violencia que se ejerce contra la pareja a través de las mascotas o animales de compañía, pero sí hay casos que han ocurrido en el país y en la entidad.

Como psicóloga social y experta en intervención psicosocial, Lol Canul brinda acompañamiento a mujeres víctimas de violencia y le ha tocado atender casos donde existe este tipo de agresión.

“Como acompañante, tengo algunos reportes de casos en que las parejas de las mujeres que ya las agredieron, y en las que ellas ya abandonaron el domicilio del agresor o donde cohabitaban con él, lo que este hace es retener a sus animales de compañía o violentarlos”, compartió.

La activista sostuvo que en México actualmente no hay ninguna ley que sancione para este tipo de casos, a diferencia de países como España, donde sí hay antecedentes y existe una legislación que permite incidir en estas situaciones.

“En estos casos donde se agrede no solamente a la pareja, sino a su animal de compañía o sus animales de compañía, en México es un tema que no se ha trabajado, está pendiente por ahí para que lo hagamos y lo atenuemos en estrategias jurídicas, en legislación, en el Código Penal, todo eso está pendiente, pero de que existen casos, existen”, afirmó.

Lol Canul señaló que dentro de sus actividades trata de ser muy participativa en estos temas y constantemente tiene contacto con instituciones y autoridades, aunque se necesita que haya más participación y respuesta ciudadana para construir estrategias, aparte del sello de las instituciones.

Lol Canul, activista. (Emma Fermín)

“Yo sé que hay necesidades que ya están muy bien trabajadas, que ya hay tipificados muchos delitos, pero incluso hay formas de violencias que vivimos las mujeres que no están tipificadas como delitos, por ejemplo, ésta de los animales”.

La psicóloga fue una de las que acudió a las mesas de la paz, organizadas por autoridades estatales, donde expuso algunos de los casos que le han llegado, por los que sufrió una agresión, lo que ha solicitado medidas de prevención, pero en este proceso, también descubrió el déficit de policías y patrullas para atender a las mujeres que se encuentran en estas situaciones.

“Esto sí es algo que hay que considerar, pues que somos muchas mujeres las que hemos vivido alguna situación de violencia, somos menos las que tenemos unas medidas de prevención. Parte de la pugna que tenemos es que todas las mujeres se les puedan brindar medidas de prevención, lamentablemente, no alcanza para que todas las tengamos, a veces hay lista de espera, contando con eso que sólo hay tres patrullas para todo el estado. Me parece realmente una cantidad muy poca”.

Es violencia vicaria

Aunque las leyes mexicanas sí establecen sanciones para el maltrato animal, el agravante de que este se realice para agredir o lastimar a la pareja no está estimado dentro de este delito; sin embargo, hacer daño a un animal de compañía podría considerarse una forma de violencia vicaria contra las mujeres.

Así lo consideró la diputada local Tania Meza Escorza, quien señaló que esta acción debería incluirse dentro de la violencia vicaria, que está tipificada en el Código Penal como el utilizar a los hijos e hijas como instrumentos para causar daño a la mujer.

La legisladora de Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) consideró que lastimar a las mascotas para hacer daño a la pareja, es similar a lo que ocurre cuando un padre se desquita de la madre a través de los hijos.

Tania Meza, diputada local. (Emma Fermín)

“Aquí lo que tenemos que hacer es incluirlo en la violencia vicaria, pues es parte de la misma, […] porque la violencia vicaria es contra los hijos, pero no por los hijos e hijas, sino por violentar a la madre, agredes a través de ellos o directamente a ellos, pero el fin es agredir a la mujer”, manifestó.

“Digamos que ese es el pretexto, es una cosa muy, muy desquiciada, pero eso sucede y lo estamos viendo en muchos casos. Entonces, a veces la violencia cuando no hay hijos, o cuando ya la violencia se ejerció de todas las maneras posibles contra los hijos, sí puede pasar a las mascotas, a los animales de compañía”, agregó.

Tania Meza señaló que es importante complementar el tema de la violencia vicaria e incluir la agravante de los animales de compañía, por lo que se tiene la intención de trabajar en una iniciativa para tipificar este tipo de maltrato.

La diputada indicó que tras las mesas de paz que se han realizado en Mineral de la Reforma y Pachuca se han adquirido compromisos, y de manera personal ha atendido algunas de las situaciones que se han exhibido en estos ejercicios, donde mujeres y activistas han expuesto historias de violencia.

“No solamente es la experiencia que podamos tener nosotras, sino que es la experiencia que tienen ellas a partir del acompañamiento con las víctimas. Hay que recordar una cosa, la violencia vicaria se desató a partir de la pandemia, del confinamiento por pandemia, cuando hubo que compartir la custodia de hijos e hijas, en un momento en donde no estaban las condiciones dadas”, dijo.

Recientemente, la diputada, junto con su compañera Diana Rangel, presentó un par de iniciativas en materia de igualdad sustantiva y brecha salarial, con las que se busca erradicar diferentes tipos de violencia que viven las mujeres en la entidad.

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