Tizayuca.— “No somos coleccionistas de tigres ni ‘los señores de los gatos’. Solo estamos ocupados y trabajando arduamente para que nuestros 33 tigres o grandes felinos estén bien, pues les queremos dar una mejor vida de la que han tenido, después de haber sido objetos de entretenimientos en circos de México”.
Así lo expresó Emma Litzuly Gómez Ramos, jefa de medicina y veterinaria del Bioparque Tekuayán, el cual se ubica en el municipio de Tizayuca, en el estado de Hidalgo. Ahí concentran al mayor número de ejemplares felinos en Centroamérica, los cuales fueron comprados por anteriores administraciones municipales a empresas circenses “a precios de remate”.
Lo anterior ocurrió con la entrada en vigor de las reformas a la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente y a la Ley General de la Vida Silvestre, que prohibieron en México el uso de animales silvestres en los circos y espectáculos, por lo que los dueños de los circos remataron sus animales “a quien fuera”.
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En entrevista con La Silla Rota Hidalgo Emma Litzuly Gómez Ramos, jefa de medicina y veterinaria de Bioparque Tekuayán, dijo que cada uno de los felinos que hay en este parque tiene su historia.
Algunos sufrieron maltratos físicos y psicológicos, debidos a la explotación a los que eran sometidos. Otros estaban enfermos y desnutridos, pues muchos de ellos vienen de aquellas épocas de espectáculos circenses.
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El tener felinos en cautiverio, dijo, no es solamente “para coleccionarlos”. Tiene que ver con darles bienestar y esto implica darles alimentos nutritivos, medicamentos y albergues adecuados para ellos, evitándoles el sufrimiento, el hambre y la sed.
Dadas las características especiales de cada uno de estos felinos, dijo, se va diseñando un Plan Estratégico para cada uno, es decir “no puedes tratar a todos los animales igual, aunque sean de la misma especie, ya han sufrido mucho estando expuestos a gritos, luces y severos entrenamientos de domesticación, por ello, una de la principales encomiendas que nos ha dado la presidenta municipal Susana Ángeles Quezada es dignificar su vida, ya han sufrido mucho”, reiteró.
Autoridades de Tizayuca compraron 132 especies a circos
Durante la administración municipal del alcalde Juan Núñez Perea (2012 al 2016), se adquirieron 132 especies de animales como monos araña, dromedarios, papiones, llamas, tigres amarillos y blancos, jaguares, pumas y leopardos, por un millón 995 mil pesos.
De acuerdo con la solicitud de información 00154915, de estos 132 animales adquiridos por las autoridades municipales de Tizayuca, 78 fueron comprados a los circos Medina, Rex, Romany, Tonino, Novel y Promociones Aguilar (Circo Chino de Pekín) tras la entrada en vigor de la Ley General de Vida Silvestre.
En 2015, la lista de animales que quedaron bajo resguardo del ayuntamiento de Tizayuca eran: cuatro monos araña, seis papiones, siete llamas, dos dromedarios, ocho dromedarios blancos, cinco camellos o bactrianos (uno nacido en cautiverio), dos camellos blancos, dos caballos miniatura (pony), un caballo percherón y diez caballos árabes.
Los felinos adquiridos son: 17 tigres amarillos, comprados a los circos Romany, Rex y Chino de Pekín; dos pumas al Circo Novel; siete tigres blancos; tres jaguares y un leopardo, todos estos a la empresa Promociones Aguilar. Finalmente, dos osos negros fueron comprados al circo Romany.
En su momento, el entonces edil de Tizayuca Juan Núñez declaró que la compra a circos de los animales se hizo a precios simbólicos, por ejemplo, una llama les costó 10 mil pesos y un dromedario 35 mil pesos, cuando estos animales superan los 70 mil pesos.
Emma Litzuly, comentó que estos 33 felinos tienen desde seis meses hasta 29 años de edad. Es una gran variedad de tigres amarillos y blancos, al igual que jaguares, leopardo y pumas. Incluso, el año pasado nacieron dos tigres gemelos en este espacio.
“Tengo historias en fragmentos. La verdad es que cada uno de los animales albergados en Tekuayán me ha conmovido al extremo de que sigo trabajando aquí; todos ellos son únicos, merecen respeto y calidad de vida. Hay animales que estuvieron con algún particular, donde sufrieron maltrato físico. También, otros que estuvieron en circo y que sufrieron fríos, hambres, entrenamientos duros para obligarlos a trabajar… son muchas historias”, dijo.
Un proceso de desnutrición no se cura en dos años
Emma Litzuly comentó que los procesos de desnutrición, curación de heridas y rehabilitación conductual de un animal que ha sido sacado de su habitad natural para ser el entretenimiento de los humanos, lleva muchos años, amor y esfuerzo.
“Cuando comencé a trabajar aquí (hace dos años), me encontré muchos felinos desnutridos. Desde ese entonces, todos los días seguimos trabajando aquí para sacarlos adelante, porque un proceso de desnutrición no lo curas ni en un año o dos años, es un periodo grande”, expresó.
También, hay especies viejitas que padecen enfermedades metabólicas. Por ello, dijo, es importante que la gente sepa que todos los animales, al igual que los humanos, tenemos ciclos de vida y que cuando crecen van envejeciendo.
Hasta 10 kilos de carne al día comen los felinos
La dieta de los felinos es sumamente cara. Aunque los encargados de Tekuayán no tienen el dato preciso de cuánto dinero se invierte para la compra de alimentos, Emma Litzuly asegura que, dependiendo de la edad, en promedio cada felino comer entre 8 y 10 kilos de carne.
“Es una mezcla de carne roja de res, cerdo, caballo, cordero y pollo… imagínate qué cantidad de alimentos se requiere aquí. En el caso de un oso, es un animal omnívoro, come frutas y verduras y también requiere de un aporte proteico de carne animal”.
Costear la alimentación de estos animales silvestres, lo absorbe en su totalidad la presidencia municipal de Tizayuca; aunque también reciben donativos de organizaciones y ciudadanos.
“Son alimentos de muy alta calidad, no son desechos. Son carnes en buen estado, incluso, para consumo humano… es una labor titánica, pero la administración actual nos ha ayudado mucho en ese aspecto”.
Para costear los insumos alimenticios, también se apoyan de las entradas al Bioparque Tekuayán. Esta tiene un costo en general de 35 pesos, tanto adultos como niños. Para este 30 de abril “Día del Niño”, lo recaudado por la entrada, será destinada exclusivamente para comprar alimentos y medicamentos.
La prohibición de espectáculos animales en los circos
El próximo 8 de julio se cumplen ocho años de que entró en vigor las reformas a la Ley General del Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente y a la Ley General de la Vida Silvestre, que prohibieron en México el uso de animales silvestres en los circos y espectáculos.
A iniciativa del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), esta ley tuvo sus primeros efectos en 2015, pues los circos tuvieron que vender hasta el remate a sus animales para evitar las sanciones impuestas.
De acuerdo con referencias históricas, varios ejemplares, sobre todo, grandes felinos como tigres y leones de circo, fueron vendidos a particulares o rematados en el mercado negro a grupos del crimen organizado.
Con la entrada en vigor de la ley federal que prohibió los espectáculos con animales en México, al menos seis circos han vendido animales al municipio de Tizayuca, pues se está trabajando en un proyecto de rescate animal similar al Bioparque de Convivencia en Pachuca.
Bioparque Tizayocan
El Bioparque Tekuayán es el principal atractivo de convivencia familiar en el municipio de Tizayuca. Está asentado en una extensión de más de 10 hectáreas, donde antes era un tiradero a cielo abierto que representaba un foco de contaminación para los habitantes. Ahí se sembraron alrededor de 5 mil árboles.
Este atractivo turístico se ubica en la antigua carretera San Bartolo (calle Francisco I. Madero), a la altura del Rastro Municipal, en el Barrio de Atempa; está a 32 kilómetros de Pachuca, capital de Hidalgo y a 52 kilómetros de la Ciudad de México; además, está a 11 kilómetros del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA).
Con la actual administración, que encabeza la presidenta Susana Ángeles Quezada, en el Bioparque Tekuayán se cubren con varias funciones básicas: conservación de especies nativas, protegidas legalmente y exóticas; recreación, al ofrecer espacios para una sana convivencia; investigación, para que alumnos de universidades pueden obtener proyectos de tesis ya sea de licenciatura o posgrado, servicios sociales, voluntariado con objetivo académico.
Conciencia ecológica y social, pues en Tekuayán fomenta el bienestar tanto en los ejemplares que albergue como en sus trabajadores y visitantes, a través de la integración de diversas actividades con miras ecológicas, integrando información de la misma índole.
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