OPINIÓN

Violencia digital: el odio que no vemos

Las redes sociales no son un universo paralelo, son parte de nuestra realidad, y lo que sucede ahí tiene consecuencias que enfrentan miles de defensoras y periodistas en México en donde se espera a que la tragedia ocurra para actuar | VIOLETA SOSA ZAMORA

Violencia digital.Créditos: iStock (ilustrativa)
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Imagina que cada mañana, al abrir tu teléfono, te encuentras con decenas de mensajes que no solo te insultan, sino que amenazan con matarte, que te dicen que mereces morir por ser quien eres. Que publican datos tuyos e incitan a otros a "darles su merecido" a personas como tú. ¿Son solo palabras en una pantalla? Para María —llamémosla así—, periodista deportiva, defensora de derechos humanos y mujer lesbiana, esas palabras fueron un infierno cotidiano que pone en riesgo real su vida.

Cuando María solicitó protección al Mecanismo para Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas, le dijeron que no. Cuando pidió una suspensión de plano en el juicio de amparo, el juez consideró que no existía "peligro inmediato y directo a su vida". Porque, después de todo, ¿qué tan peligrosos pueden ser unos comentarios en redes sociales? Mucho. Mortalmente peligrosos, en realidad porque pueden ser la antesala de algún delito.

La interseccionalidad: cuando las violencias se multiplican

El Vigésimo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa del Primer Circuito emitió una tesis que debería cambiar la forma en que entendemos la violencia digital. No se trata solo de que María reciba ataques por ser periodista, o por ser mujer, o por ser lesbiana. Se trata de que recibe ataques precisamente por ser todo eso a la vez y eso es lo que llamamos interseccionalidad: ese punto ciego donde convergen múltiples formas de discriminación y violencia, en donde el daño no se suma, se multiplica exponencialmente.

“Solo son palabras en internet”, dirán algunos. Los mismos que seguramente no han tenido que cambiar de casa tres veces en un año porque publicaron su dirección en redes, que nunca han recibido amenazas de como serán agredidos, que no son acosados digitalmente, Por ello, el Tribunal fue claro: la violencia digital puede desencadenar agresiones físicas que pongan en riesgo la vida, la integridad o la dignidad. Y no es teoría, hemos visto a periodistas asesinadas después de campañas de odio en redes, mujeres violadas por agresores que las localizaron gracias a información compartida en línea. Personas trans atacadas físicamente después de que sus datos fueron "doxxeados" en grupos de odio.

Las redes sociales no son un universo paralelo, son parte de nuestra realidad, y lo que sucede ahí tiene consecuencias que enfrentan miles de defensoras y periodistas en México en donde se espera a que la tragedia ocurra para actuar y que no sanciona la violencia digital hasta que se convierte en violencia física irreversible, por lo que es urgente aprobar las iniciativas formuladas por nuestros legisladores al respecto, porque existen consecuencias reales y en el marco de los 16 días de activismo contra la eliminación de la violencia contra la mujer alzamos la voz pugnando por ello.

Cada comentario de odio que ignoramos, cada amenaza que minimizamos, cada solicitud de protección que negamos, es un paso hacia una sociedad que no queremos y en donde no debemos vivir.

Quizá deberíamos preguntarnos: ¿cuántas Marías más tendrán que morir antes de que tomemos en serio la violencia que no queremos ver?

Violeta Sosa Zamora, columnista LSR Hidalgo.