OPINIÓN

¿Tienen derechos las mujeres cuidadoras?

Tribunal Colegiado estableció un criterio novedoso y revolucionario al determinar que las personas cuidadoras primarias tienen derecho a una pensión | VIOLETA SOSA ZAMORA

Mujeres cuidadoras.Créditos: iStock (ilustrativa)
Escrito en HIDALGO el

La justicia acaba de reconocer algo que millones de mujeres mexicanas saben desde siempre: cuidar a un familiar te puede costar tu futuro. Pero por primera vez, un tribunal federal toma cartas en el asunto cuando analizó un asunto en donde una hija dedicó su vida a cuidar a sus padres militares hasta su muerte, sacrificó estudios, trabajo, vida social, al quedar huérfana y sin ingresos, solicitó una pensión por esos años de cuidado, pero la respuesta fue devastadora: “Tienes más de 25 años. No calificas.”

Ella impugnó esa resolución, pero el Tribunal Federal de Justicia Administrativa determinó que la ley era clara: “demasiada edad, demasiado tarde”.

Pero un Tribunal Colegiado estableció un criterio novedoso y revolucionario al determinar que las personas cuidadoras primarias tienen derecho a la suplencia de la deficiencia de la queja; es decir, que se deben analizar sus argumentos mejorándolos o incluso tenerlos por formulados de no existir, por estar en desventaja, ya que cuidar margina estructuralmente.

Y es que se deja de lado la labor del cuidador primario que tiene que atender a alguien en todas sus necesidades y todo momento, lo que no solo quita tiempo, sino también futuro; pero ese tribunal reconoce que generalmente esa labor se desempeña por mujeres perpetuando desigualdades y restringiendo el acceso a sus derechos esenciales, porque no es una elección, sino una trampa estructural

Aquí está lo revolucionario: el tribunal reconoce que no se trata solo de “pobreza” en el sentido económico clásico. La marginación de las cuidadoras es estructural. Viene del sistema mismo ya que existe ausencia de políticas públicas de cuidado, se tienen que cumplir expectativas sociales sobre lo que es una buena madre o hija, así como un mercado laboral que no contempla estas realidades.

Sentencia

Esa sentencia reconoce que esta desventaja se agrava por factores como: baja escolaridad (porque dejaste de estudiar para cuidar); ser mujer (porque el peso recae desproporcionadamente en nosotras); estado civil (muchas cuidadoras son solteras, divorciadas, viudas); bajo nivel socioeconómico (cuidar te empobrece); acceso limitado a recursos (no tienes tiempo ni dinero para contratar abogados) y ese cúmulo de circunstancias se conoce como elementos interseccionales que difícilmente podremos conocer todas.

Sin embargo, esta sentencia es justicia con perspectiva de género, justicia que entiende que las vidas de las mujeres son distintas, que nuestras trayectorias están marcadas por responsabilidades de cuidado que nos impone el sistema, pero si eres cuidadora primaria y necesitas acudir a un tribunal recuerda que el juez debe ayudarte aunque no plantees bien tus argumentos, buscar todas las violaciones a tus derechos y debe protegerte el Estado ya que tiene una deuda histórica con quienes sostienen, sin paga y sin reconocimiento, el sistema de cuidados de este país y que debe de contemplarse en los sistemas de seguridad social.

Es decir, se sugiere un Sistema Nacional de Cuidados que no dependa del sacrificio individual, que otorgue pensiones dignas para cuidadoras, que incluya apoyo psicológico, así como licencias laborales pagadas. Ahora solo sabemos que cuando una cuidadora llega a un tribunal, el sistema judicial debe estar de su lado porque sin esa labor esencial la sociedad colapsa ya que el sistema se construyó asumiendo que las mujeres cuidarían gratis, eternamente, sin queja.

Para la mujer que está leyendo esto mientras su madre duerme en la habitación de al lado; para ti, que dejaste tu carrera a medias; para ti, que ya no sales con tus amigas; para ti, que no recuerdas la última vez que hiciste algo solo para ti; para ti, que te preguntas qué pasará contigo cuando tu familiar fallezca. Tú trabajo importa. Tus derechos importan.

Y ahora hay un precedente judicial que lo reconoce, no resuelve todo, pero es un paso necesario para seguir adelante: saber que alguien, en algún lugar, está diciendo la verdad sobre lo que el cuidado nos cuesta y contribuye a eliminar la violencia de género.

Violeta Sosa Zamora, columnista LSR Hidalgo.