A partir del 2020 los candidatos a presidentes municipales tuvieron acceso a ser parte del ayuntamiento siempre y cuando obtuvieran el 3% de la votación, esta modificación constitucional dio un giro a la vida interna de los órganos colegiados, obligando a los alcaldes a conciliar su forma de gobierno con quienes se habían enfrentado en las urnas. Con ello también se pone a prueba la capacidad de conciliación, la capacidad política del consenso, pero en su mayoría la paciencia.
Una experiencia que hoy los presidentes salientes pueden hacer una reflexión de una gestión que se ha visto marcada por la necesidad de negociar y colaborar con aquellos que, en su momento, fueron adversarios. Esta nueva dinámica, lejos de ser un obstáculo, debería ser vista como una oportunidad para fortalecer la democracia local. Los cabildos, ahora más diversos, presentan un escenario donde las distintas voces pueden influir en la toma de decisiones, enriqueciendo el debate y, en teoría, beneficiando a la ciudadanía.
Sin embargo, la realidad es que muchos presidentes municipales han enfrentado dificultades para gestionar estas relaciones. La falta de experiencia en el diálogo y la confrontación de intereses pueden llevar a un estancamiento en la agenda municipal. Por otro lado, aquellos que han logrado establecer alianzas estratégicas han encontrado en sus cabildos un apoyo valioso para implementar políticas públicas que realmente respondan a las necesidades de la comunidad.
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Es fundamental que los próximos presidentes municipales no solo sean capaces de ganar elecciones, sino también de construir consensos duraderos. La historia reciente nos muestra que una gestión exitosa depende en gran medida de la habilidad para negociar y de la disposición a escuchar a todos los actores involucrados. En este sentido, la reflexión de los alcaldes salientes debe enfocarse en cómo han manejado esta nueva realidad y qué lecciones pueden trasladar a sus sucesores.
La política local se enfrenta a un desafío sin precedentes: transformar la adversidad en colaboración. Solo así se podrá avanzar hacia un gobierno más inclusivo y eficiente, que verdaderamente responda a las expectativas de la ciudadanía. La clave estará en la capacidad de los presidentes municipales para ver más allá de las diferencias y construir un futuro en el que todos tengan voz y voto en el desarrollo de sus comunidades.
Octavio Magaña Soto, columnista LSR Hidalgo. X: @tavomaganamx